EL MUNDO

Cuando los árabes dicen al cowboy de Bush: “Fumá”

La resistencia a la invasión estadounidense de Irak toma a veces formas heterodoxas. Entre ellas, una campaña para reemplazar los cigarrillos Marlboro por los Gauloises.

 Por Eduardo Febbro

Página/12
en Jordania
Desde Ammán

El cowboy de la célebre marca de cigarrillos norteamericanos cabalga a todo trote por las planicies y los valles de Medio Oriente. Detrás lo sigue una multitud ansiosa de verlo desaparecer para siempre en el horizonte. Los cigarrillos Marlboro o la insignia roja y blanca de una no menos célebre pizzería norteamericana son las primeras víctimas comerciales de la crisis de Medio Oriente. El proceso de boicot de las marcas Made in USA que se inició el año pasado cuando Israel ocupó militarmente los territorios palestinos de Cisjordania se incrementó con la guerra en Irak. Sobre las mesas de los cafés de Ammán, entre una taza y otra de “turkish café”, los cigarrillos que pasan de mano en mano ya no son los tradicionales Marlboro. Los palestinos primero y ahora los jordanos los reemplazaron por los Gauloises franceses. “La única forma de demostrarle al imperio que todo lo que viene de allá representa el mal es dejando de consumir sus productos. Y como ése es el talón de Aquiles de EE.UU. tal vez así entiendan que se les acabó el crédito”, dice Imad, un jordano de 37 anos.
La compañía francesa Seita se frota las manos. El boicot de las marcas más emblemáticas de Estados Unidos se instauró en los territorios palestinos, particularmente entre los jóvenes. La Seita pensó en un momento que el movimiento calificado como “popular y espontáneo” se limitaría a los territorios y que no ganaría tan rápidamente los países vecinos. Pero el extenso antagonismo que precedió la intervención militar anglonorteamericana en Irak, el tono arrogante de la administración Bush y la posición de Francia en contra de la guerra “exportaron” rápidamente el fenómeno a Jordania y a algunos barrios claves de El Cairo, la capital de Egipto. “Washington apoya incondicionalmente a Israel, se trata de una actitud partidista cuyas consecuencias se extienden a los países fronterizos. Entonces, hay que hacerles pagar la cuenta a las marcas norteamericanas en todos los lugares donde la política de Washington acarrea catástrofes”, afirma Nabil, el propietario de un bar situado de Ammán situado a 300 metros de la embajada iraquí. La heladera donde antes estaban las bebidas es la imagen misma de ese boicot. El compartimento de puertas transparentes sólo ofrece agua mineral y alguna que otra gaseosa nacional. Los signos rojos de Coca-Cola fueron tapados con una pintura de color rosa claro. Pero sin lugar a dudas, son los cigarrillos Marlboro los que retrocedieron en el mercado. La Compañía Jordana de Tabacos, que comercializa los Gauloises franceses y los Marlboros, admite que se vende menos pero no adelanta cifras convincentes. La realidad de los porcentajes está sin embargo en la calle. Basta con acercarse a la barra de un bar y pedir un cigarrillo para ver el resultado. Con esa inigualable amabilidad árabe, tres de los cuatro clientes que estaban en la barra sacaron los paquetes de cigarrillos al mismo tiempo. En vez de Marlboros, los tres hombres exhiben orgullosos la caja de “Gauloises blondes”. “Tienen un gusto más suave y agradable. Además, vienen de un país que defiende a los palestinos y que, encima, tiene un presidente como Chirac que, de principio a fin, le dijo no a la guerra. Cuando uno es árabe la elección ya está hecha”, dice uno de los hombres. El otro, más rotundo, dice: “Si George Bush invadió Irak con sus soldados no vamos encima a permitir que se nos meta en los pulmones”.
La combinación del boicot y la crisis económica prácticamente decapitaron al cowboy norteamericano. Los Gauloises franceses cuestan algo más de un dólar más baratos que los Marlboro. El rechazo es masivo en lasgeneraciones más jóvenes, sean de origen palestino o no. “Israel ocupa nuestra tierra, Estados Unidos invadió Irak para ocupar otra tierra árabe, basta. Nosotros cerramos nuestros pulmones a sus cigarrillos para ver si los norteamericanos se despiertan y abren los ojos”, argumenta Fadi, ingeniero informático en un gran banco de Ammán. Marlboro siempre fue la marca más emblemática y popular en los territorios palestinos de Cisjordania y Gaza así como en Jordania. Los hombres los consumían masivamente. “Ahora –cuenta Fharid, un vendedor de cigarrillos del barrio viejo de la capital jordana–, por cada 10 paquetes de cigarrillos vendidos 9 son Gauloises y uno solo es Marlboro. Incluso cuando se me acaban los franceses y sólo me quedan los otros, la gente prefiere no comprar antes que consumir norteamericano”. Según Fharid, la leyenda impresa sobre el paquete “American Blend” es disuasiva frente a los Gauloises rubios, cuyo paquete dice “French Blend”. Haldum Anabtaui, el hombre que empezó a importar los cigarrillos Gauloises en Palestina, asegura que las ventas se multiplicaron a un ritmo impresionante durante el último ano y medio. “Empezamos vendiendo 10 mil paquetes de Gauloises por año. En estos momentos llegamos a 200 mil”, reconoce Anabtaui.

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Este obrero iraquí tratará de elegir productos que no sean estadounidenses ni británicos.
Las compañías de Francia, cuyo gobierno rechazó la guerra, están eufóricas ante el nuevo mercado que se abre.
 
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