EL MUNDO

La justicia es universal, pero unos son menos universales que otros

Donald Rumsfeld bloqueó la construcción de una nueva sede de la OTAN en Bruselas hasta que Bélgica deje su ley de justicia universal, mientras EE.UU. conseguía una nueva excepción en la ONU.

Por Bosco Esteruelas *
Desde Bruselas

Estados Unidos se opone a la construcción de la nueva sede de la OTAN en Bruselas, cuyas labores deben empezar dentro de dos años, mientras Bélgica no suprima su controvertida ley de competencia universal, que ha salpicado entre otros a George Bush padre, Dick Cheney, Colin Powell, el general Norman Schwarzkopf y recientemente al general Tommy Franks, responsable de la operación militar en la pasada guerra de Irak. “Con leyes de esta clase Bélgica ha convertido su sistema judicial en plataforma para aceptar querellas contra sus aliados en la OTAN”, sentenció ayer en Bruselas el secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfeld, que participó en la capital belga en la reunión ministerial atlántica.
“No es una amenaza, simplemente constato una realidad: ningún alto funcionario o militar de mi país o de cualquier otro puede sentirse seguro con leyes así. No pretendemos interferir en la soberanía de esta nación pero es un asunto que deben resolver”, dijo el jefe del Pentágono en rueda de prensa. Rumsfeld expresó a sus colegas su preocupación por el flujo de demandas interpuestas por ciudadanos particulares contra destacadas figuras norteamericanas por presuntos delitos de crímenes de lesa humanidad. “Las acusaciones no pueden ser más absurdas”, observó el representante de Washington. El secretario general de la OTAN, George Robertson, consideró legítimas las preocupaciones norteamericanas: “No es cómodo para nadie. Esa ley es motivo de inquietud para EE.UU. y para el resto de países de la Alianza”.
La Cámara de Representantes ha pedido al Pentágono que haga un informe sobre la conveniencia de trasladar la sede de la OTAN, ante los acontecimientos judiciales que se suceden en Bélgica, considerados como una agresión por parte de la actual administración Bush. Bruselas es la sede del bloque atlántico desde 1967, cuando Francia se retiró de la estructura militar de la organización, lo cual comportó el cierre de la sede de París. El gobierno belga se ofreció a albergarla y cedió unas vetustas dependencias cercanas al aeropuerto de la capital y criticadas desde el principio por su deficiente seguridad.
Los países miembros aprobaron esta primavera el proyecto de nueva sede, justo detrás de la actual, diseñado por un arquitecto belga y otro norteamericano, que debe empezar a construirse dentro de dos años a fin de dar cabida a los nuevos miembros. En 2004 entrarán Letonia, Lituania, Estonia, Eslovenia, Eslovaquia, Rumania y Bulgaria, pero otros están en camino (Macedonia, Albania y Croacia).
“Estados Unidos prefiere en estas condiciones no seguir financiando el proyecto y bloquearlo hasta que se llegue a una solución”, afirmó Rumsfeld, quien una y otra vez repitió que “no es una amenaza por parte nuestra” y ensalzó “la buena salud de la organización”, convulsionada por una grave crisis, en la que estuvo implicada Bélgica, a raíz de la crisis iraquí el pasado febrero.
La ley de competencia universal de Bélgica, aprobada en 1993, la de mayor amplitud de todas las existentes en el mundo, otorga a los tribunales del país la competencia de juzgar crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio que hayan sido cometidos en cualquier lugar del mundo. Con ella han sido procesados y condenados un grupo de ruandeses, entre ellos varias monjas, y de ella pende también un litigio contra el primer ministro israelí Ariel Sharon por las matanzas en los campos de refugiados palestinos en Líbano en 1982.
Las críticas de afuera llevaron al gobierno a proponer la revisión de la ley. El Parlamento aprobó meses atrás una modificación por la cual se puede enviar la demanda a la Justicia del país del demandado. Eso fue precisamente lo que ocurrió en mayo pasado, cuando en vísperas de laselecciones generales la coalición de centroizquierda del liberal Guy Verhofstadt decidió no aceptar la querella presentada por un grupo de ciudadanos iraquíes contra el general Franks, el jefe militar norteamericano que dirigió las operaciones en Irak, y trasladarla a los tribunales de EE.UU. conforme a lo que marca la ley.
Louis Michel, el entonces ministro de Asuntos Exteriores y uno de los políticos belgas más críticos contra Washington, calificó de “abusiva” la demanda contra Franks y recomendó que todo el dossier fuera trasladado a las autoridades judiciales norteamericanas.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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“Ningún alto funcionario o militar de mi país puede estar seguro con una ley así”, advirtió Rumsfeld.
 
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