EL MUNDO › EL GOBIERNO DECRETO MEDIDAS ANTIINMIGRACION ILEGAL

Poniendo el cerrojo a Italia

El gobierno derechista de Silvio Berlusconi aprobó ayer una serie de medidas para restringir aún más la entrada de ilegales. El decreto antidesembarco concede a la marina militar poderes especiales para evitar que arriben los inmigrantes clandestinos a las costas italianas. Las medidas, aprobadas por los ministerios de Economía, Transporte, Defensa e Interior, forman parte de la ley contra la inmigración ilegal, adoptada hace un año. Esta semana Umberto Bossi, el ministro del gobierno italiano y líder de la xenófoba Liga Norte, había dicho en una entrevista que a los barcos con extranjeros clandestinos hay que dispararles “sin tanta vuelta y advertencias”. Como otras veces, Bossi lo desmintió.
El paquete de medidas, aprobado por el Consejo de Ministros, contiene 10 artículos que endurecen el combate contra los desembarcos y reglamenta las funciones de la marina militar, la Capitanía de puertos, la policía financiera y otras fuerzas. El decreto advierte que la acción de control debe estar siempre enfocada a “la salvaguarda de la vida humana y al respeto de la dignidad de la persona”, y que la respuesta debe ser proporcional al delito y a la situación de peligro. La oleada de inmigrantes ilegales a las costas italianas desató un duro enfrentamiento dentro de la coalición gubernamental, debido a que el líder de la Liga Norte exigió de modo provocador utilizar cañones para combatir el hecho. “Yo hablé de abordar las naves, no de cañonearlas”, afirmó el ministro en alusión a la entrevista que dio al diario Corriere della sera.
Más de 1000 inmigrantes clandestinos llegaron al sur de Italia el último fin de semana, a pesar de la dura ley adoptada en julio de 2002, conocida como ley Bossi-Fini, por el apellido de sus autores ex neofascistas -Gianfranco Fini, jefe de la Alianza Nacional–, que impone más restricciones a los trabajadores extranjeros y condiciona el permiso de estadía a la existencia de un contrato laboral. La marina militar intervino el lunes en el rescate de los cerca de 70 inmigrantes clandestinos que viajaban a bordo de un viejo barco que se hundió a unos 200 kilómetros al sur de la isla de Lampedusa, que está a menos de 100 kilómetros de las costas africanas.
Según cifras publicadas por los medios, 10.399 inmigrantes ilegales desembarcaron en las costas italianas en el primer semestre del 2002, una cifra que se redujo a 5269 en el mismo período de 2003. Según la organización Médicos sin Fronteras, los más de 1500 inmigrantes que desembarcaron en las primeras dos semanas de junio en Lampedusa provenían de países del norte y del centro de Africa. También llegaron de Bangladesh, Irak, Kashmir, Pakistán y Autoridad Palestina, es decir, de lugares donde hay guerras civiles o regímenes autoritarios que persiguen a las minorías étnicas o religiosas.
A todo esto, numerosas personalidades de izquierda y de asociaciones católicas piden que se combata la inmigración clandestina promoviendo acuerdos de cooperación económica con sus países de procedencia y no aplicando medidas de fuerza.

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