EL MUNDO › ENTRE LA CANDIDATA FAVORITA Y SU RIVAL MATTHEI EXISTEN 34 PUNTOS DE DIFERENCIA, A POCO MAS DE DOS SEMANAS DE LOS COMICIOS

Desazón de la derecha ante el tsunami Bachelet

En el último debate previo a los comicios en Chile, la ex mandataria socialista recibió críticas de todos los sectores, pero ella respondió tranquila. La reforma constitucional y el sistema educativo fueron los temas de discusión entre los nueve aspirantes.

 Por Christian Palma

Desde Santiago

Los candidatos, de izq. a der., Tomás Jocely-Holt, Michelle Bachelet, Ricardo Israel y Evelyn Matthei en el último debate.
Imagen: AFP.

Si las elecciones presidenciales chilenas fueran el próximo domingo, la candidata presidencial de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, ganaría casi sin despeinarse. Según la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) –algo así como el barómetro de la política chilena desde 1987, cuando pronosticó la caída de Pinochet– dada a conocer el pasado martes, la doctora socialista se impondría con el 47 por ciento de los votos. Más allá de que los favorables números de la ex presidenta se vienen repitiendo en cuanto sondeo ha sido presentado, la muestra volvió a encender las alarmas en los otros ocho candidatos a La Moneda, en especial en la derecha, que ve cómo su carta presidencial sigue en picada. No sólo porque la distancia se hace cada vez más grande, sino porque Bachelet está a tres puntos de conseguir una victoria en primera vuelta y se sitúa a una distancia abismal de los demás postulantes a La Moneda.

Es más: entre ella y la candidata del oficialismo, Evelyn Matthei, existen 34 puntos de diferencia. Sí, leyó bien: 34 puntos de diferencia. Pero los problemas para la rancia y empaquetada derecha chilena no terminan ahí. El candidato independiente Franco Parisi logró el 9 por ciento en la CEP y quedó a sólo un error muestral de Ma-tthei que, con su exiguo 13 por ciento, terminó por instalar la desazón y el desánimo en las huestes –la mayoría con el olor a Pinochet aún impregnado– que la apoyan.

Parisi, ex decano de Economía de la Universidad de Chile, ha logrado hacer suyo un discurso popular –pasando de un sector a otro y succionado ideas sin tapujos– que le ha traído interesantes réditos. Incluso, supera por 3 puntos al candidato del pacto Si tú Quieres Chile Cambia, Marco Enríquez-Ominami, el ex niño terrible de la política chilena, quien se mantiene en el cuarto lugar con el 6 por ciento y que ve como el 20 por ciento que consiguió en las elecciones de 2009 se le escurre entre los dedos a manos de un tecnócrata de derecha (Parisi trabajó en el programa presidencial de Sebastián Piñera), disfrazado con un ropaje multicolor y multisectorial que por todos lados le queda grande.

Así llegaron los candidatos al último debate televisado antes de los comicios del 17 de noviembre, el cual se desarrolló en dos tandas seguidas en horario prime la noche del martes y del miércoles. Era el último cara a cara y se esperaba que las cartas tiraran toda la carne a la parrilla. Sin embargo, las ideas y programas pasaron a segundo plano respecto de las críticas de todos los sectores que recibió Michelle Bachelet. Astuta ella, se contuvo, guardó silencio como ha sido la tónica de su campaña y respondió tranquila. Casi flotando en su 47 por ciento. Por el contrario, Matthei y Enríquez-Ominami aprovecharon el debate para marcar sus diferencias con la doctora. Parisi, en un pacto tácito, no tocó a Bachelet, pendiente quizá de pasar a segunda vuelta y captar los votos de la derecha.

Así las cosas, Evelyn Matthei, que es hija de un ex miembro de la Junta Militar, señaló que un cambio constitucional no va a modificar la vida de las personas, en referencia a uno de los ejes del programa de gobierno de Bachelet. Aseguró que esa modificación no se realiza de un día para otro, sino que podría extenderse por varios años en los que las personas no se verán beneficiadas.

“¿Usted cree que de verdad un cambio en la Constitución le va a aliviar la vida? (...) Los políticos van a estar ocupados en ver cómo sacan ventaja para sus propios partidos en ese cambio a la Constitución”, indicó la también ex ministra del Trabajo de Piñera.

Por su parte, Enríquez-Ominami sostuvo que las propuestas no concitan el apoyo de todos los parlamentarios de la Nueva Mayoría. “Michelle, yo entré en política por usted y sinceramente creo que una gran parte del país, y yo también, tenemos simpatía genuina, pero hay un muro que me separa de usted hoy. Usted eligió rodearse de políticos que se oponen a la educación pública gratuita, de políticos que se oponen al matrimonio igualitario, de políticos que bloquean el fondo único de salud”, afirmó.

Otro tema que salió a relucir en el debate fue el cuestionamiento a Bachelet por el rol que jugó durante la madrugada del 27 de febrero de 2010, cuando se registró un terremoto y luego un maremoto que dejaron centenares de muertos. “He hablado muchas veces sobre lo que ocurrió ese trágico día (...). Hicimos todo lo humanamente posible con la información escasísima que teníamos en ese momento.”

–Pero ¿usted hace un mea culpa de cómo se condujo esa noche? –retrucó un periodista.

–Yo no diré más sobre esto porque hoy día hay un juicio y no quiero que con mis palabras pueda interferir en ninguna dirección lo que la Justicia decida finalmente –dijo continuando con el alma de su campaña.

Los demás candidatos continuaron con sus planteamientos en un tono similar y sin encender la pradera. Roxana Miranda, la denominada candidata de los trabajadores y pobladores y quien apenas figura en las encuestas, fue la única que dio un paso más allá y criticó por igual tanto a la Concertación como a la derecha. “Michelle Bachelet estudió gratis, Ricardo Lagos estudió gratis, no sé si la otra señora (Ma-tthei) estudió gratis. Muchas autoridades que estudiaron gratis ahora se niegan a dar educación gratuita”, fue una de sus frases que encendieron las redes sociales.

“Hemos criado a sus hijos, hemos lavado sus ropas y hemos limpiado sus casas para que ustedes puedan estudiar, tener trabajos dignos y ser nuestras autoridades. Pero nos han traicionado”, dijo. “Que la Alianza y la Nueva Mayoría se vayan a sus mansiones a disfrutar de todo lo que nos han robado”, afirmó.

“Ella no va a ganar y lo sabe. Sus dichos son fuertes e identifican a muchas personas que no tienen candidato o a muchos que se sienten reflejados por los abusos de los grandes bloques políticos. Ella es costurera, una mujer del pueblo que lucha por abrir la política y por los derechos de todos. La verdadera novedad en esta elección”, dijo Rodrigo Morales, sociólogo de la Universidad de Chile.

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