EL MUNDO › EL ELECTO GOBERNADOR DE CALIFORNIA, ARNOLD SCHWARZENEGGER, DIO SU PRIMERA ALOCUCION

Síganme, que no los voy a defraudar, dijo Arnie

El astro de Hollywood, ganador de los comicios del martes por la gobernación del estado dorado, prometió –estrenando el rol de político– que “no decepcionará” a sus votantes. Más tarde dijo que sacará a flote al estado, con un déficit fiscal record.

Por Andrew Gumbel *
Desde Los Angeles

Con un asombroso triunfo político digno de una de sus propias películas de acción llenas de testosterona, Arnold Schwarzenegger derrotó abrumadoramente a sus oponentes en la carrera por el cargo de gobernador de California y ahora se hará cargo del liderazgo del estado más rico y más populoso de Estados Unidos después de una revuelta popular sin precedentes contra el statu quo. Tras una campaña impredecible que duró sólo nueve meses, Schwarzenegger insufló vida y un extraordinario fervor a la campaña para remover al impopular gobernador de California Gray Davis, sólo once meses después de haber sido reelecto por un período de cuatro años. Davis, un demócrata, resultó rechazado por un margen de 54,6 a 45,4 por ciento.
Schwarzenegger como candidato republicano trepó a la victoria en la segunda parte de la votación para determinar un sucesor. Ganó por casi el mismo número de votos que Davis, 48 por ciento, comparado con el 32 por ciento de su rival más cercano, el demócrata Cruz Bustamante. “No los voy a defraudar, a decepcionar”, prometió Schwarzenegger en un discurso de victoria que brindó menos de tres horas después de haber finalizado los comicios. Las primeras palabras del gobernador electo, que debería tomar posesión dentro de cinco semanas, fueron de agradecimiento a su mujer, la periodista Maria Shriver, sobrina de John Kennedy. Schwarzenegger fue acusado en los últimos días por 16 mujeres de comportamiento muy inapropiado. La defensa a capa y espada de Shriver y de otras muchas mujeres fue vital para el actor, pero él mismo reaccionó de una forma aceptable para el electorado: pidió perdón por su “mal comportamiento” y dijo: “¿Por qué estas acusaciones llegan ahora, a pocos días de las elecciones?”.
El actor republicano se llevó la mayoría de los votos de los hombres blancos, pero también las mujeres votaron por él; consiguió el respaldo de los más acomodados, pero más de la mitad de los afiliados a los sindicatos dijeron en sus boletas que querían echar al demócrata Davis; el actor desembarcado a lo grande en la escena política se llevó de la calle las preferencias de los independientes y moderados; casi un tercio de los hispanos desafiaron el estereotipo y le dieron su apoyo, pero también un 17 por ciento de los negros –votantes fieles del Partido Demócrata– se sintieron más a gusto dándole su voto.
La extraordinaria elección para remover a un gobernador en funciones, el primero en la historia de California y el segundo en toda la historia de Estados Unidos, fue el resultado de un gran empujón por parte del Partido Republicano para reclamar la iniciativa de un estado dominado por los demócratas. También fue el síntoma de una profunda inquietud del público ante un déficit fiscal record en el estado, que amenazaba con profundos recortes en las escuelas, la salud pública y otros servicios básicos. El poco carismático Davis buscó argumentar que muchos de los problemas estaban fuera de su alcance, que eran el resultado de la recesión y el masivo déficit en los gastos de la administración Bush, pero la mera estrella poderosa de Schwarzenegger destruyó sus argumentos.
Sin embargo, heredará un escenario presupuestario de pesadilla, con un déficit multimillonario que le exigirá aumentar los impuestos aunque haya prometido no hacerlo. También debe enfrentarse a una legislatura estatal profundamente dividida y una cultura política sospechosa de su inexperiencia. Aunque novato en política, Schwarzenegger usó muchas de las técnicas desarrolladas como campeón fisicoculturista y como fenómeno taquillero de Hollywood para lograr su victoria: enorme confianza y un gusto por acobardar a sus oponentes a través de lucha psicológica. Actuó su persona como cineasta para pedir una “remoción total” y les dijo a loscalifornianos que “terminen con Gray Davis antes que él termine con ustedes”.
Su campaña fue muy escueta en temas específicos, y casi descarriló en la última semana ante un montón de acusaciones de acosos y otros abusos sexuales hechas por 16 mujeres. Al final, sin embargo, los votantes no se perturbaron, descartando los informes negativos como difamaciones políticas.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère

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Durante la fiesta de la victoria se lo ve a Schwarzenegger saludando; ayer dijo que no seguirá filmando películas.
 
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