EL MUNDO › 42 RUSOS PERDIERON SUS VIDAS EN UN ATAQUE TERRORISTA ATRIBUIDO A LOS CHECHENOS

El tren paró en la estación de la muerte

Por lo menos 42 personas murieron en un ataque terrorista a un tren de pasajeros, en vísperas de unas elecciones legislativas que todos los sondeos coinciden en vaticinar en las manos del presidente Vladimir Putin. Rusia culpó del ataque a la guerrilla independentista de Chechenia, que fue militarmente intervenida por Moscú en 1999.

Por Mary Dejevsky *
Desde Moscú

Un equipo de terroristas suicidas, tres de ellos mujeres, atacaron ayer un tren suburbano atestado de gente en el sur de Rusia, matando a por lo menos 42 personas e hiriendo a otras 200, incluidos muchos estudiantes. El ataque, en un área cercana a la frontera de la región de Chechenia, sucedió dos días antes de que los rusos votaran un nuevo Parlamento nacional. El presidente Putin describió las bombas como un “deliberado intento de desestabilizar el país antes de las elecciones”. El ministro de Justicia, Yuri Chaika, no perdió tiempo y relacionó el ataque con los “militantes chechenos”. La televisión rusa mostró las escenas de la masacre. Los trabajadores de rescate describieron cómo encontraron el segundo vagón del tren volado en pedazos, con las dos mitades retorcidas volcadas por la fuerza de la explosión.
De los muertos, 34 murieron instantáneamente y otros murieron en el hospital. Algunos 20 heridos estaban en una “seria condición” ayer a la noche. Los terroristas atacaron el tren, mientras viajaba entre Kislovodk y Mineralnye Vody, a media milla de la ciudad de Tessentuki. Eligieron la hora pico del horario pico de la mañana, las 7.42, cuando el tren estaba lleno. Por televisión, mientras le informaba a un serio presidente Vladimir Putin, Nikolai Petrushev, el director del FSB (ex KGB), los servicios de seguridad rusos, dijo que los primeros informes sugerían un equipo de por lo menos cuatro personas como responsables: el terrorista suicida varón y tres cómplices mujeres. El hombre estaba en el vagón, el segundo desde la cabeza del tren, y voló en pedazos con la explosión. Sus restos fueron recuperados.
Dos de las mujeres habían saltado del tren justo antes de la explosión; la tercera estaba seriamente herida y puede no sobrevivir. Patrushev dijo que las granadas adheridas al hombre sugerían que intentaba morir con la explosión. Afirmó que había otros involucrados, apostados en varios automóviles a lo largo de la ruta del tren. Los investigadores dijeron más tarde que una bomba había sido dejada debajo de un asiento. Un funcionario del ferrocarril los citó como diciendo que debía haber contenido 33 kilogramos de TNT. Las regiones del sur de Rusia que limitan con Chechenia han sido sometidas a repetidos ataques desde que el presidente Putin reanudó la guerra de Rusia contra los separatistas chechenos en 1999. Pero éste es el ataque más destructivo desde el atentado contra un hospital en la ciudad de Mozdok en agosto, cuando murieron 50 personas.
Los terroristas ya habían atacado el mismo ferrocarril en septiembre, matando a cuatro personas. Ese ataque coincidió con el comienzo de la campaña de la elección parlamentaria y una visita del presidente Putin a la cercana Rostov-on-Don. Hablando desde el Kremlin, poco después de que los informes sobre el ataque de ayer llegaran a Moscú, Putin dijo que servía como recordatorio que el terrorismo internacional era una seria amenaza para Rusia. Era, dijo, “un cruel y peligroso enemigo”. Se dieron instrucciones para ajustar la seguridad en todas las estaciones de tren de Moscú y todos los otros posibles blancos en el país, como centrales energéticas y plantas químicas.
El último ataque provocó la feroz condena del ministro de Interior, Boris Gryzlov, que es el líder de Rusia Unida, el partido que apoya al presidente Putin y que seguramente ganará el mayor número de votos en las elecciones del domingo. Dirigiéndose a una reunión de campaña de veteranos de guerra, prometió perseguir a aquellos responsables de la explosión. “La tierra quemará bajo sus pies. Esos animales nunca más se podrán sentir seguros”, dijo. Mientras los políticos, especialmente aquellos que esperan ganar otro mandato el domingo, y los comentaristas conservadores en Moscú utilizaban un lenguaje similar para deplorar el ataque, los observadores dijeron que era improbable que afectara el resultado de la elección.Reconocieron, sin embargo, que podrían fortalecer el ya fuerte voto patriótico ruso y de ley y orden en las regiones limítrofes a Chechenia.
Su impacto político en el resto de Rusia, especialmente en Moscú, dijeron, sería mínimo comparado con las consecuencias políticas de la toma de un teatro en octubre de 2002, que tuvo lugar en el centro de Moscú y costó más de 100 vidas, la mayoría de ellas por los efectos del gas infiltrado por el ejército ruso para poner fin al asedio, o las explosiones de dos edificios de departamentos en Moscú antes de las últimas elecciones presidenciales.


* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Una imagen de la televisión rusa muestra el segundo vagón del tren, que se quebró en dos.
 
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