EL MUNDO › DOS HERMANOS SOBREVIVIENTES DEL HOLOCAUSTO

Un largo camino al encuentro

Por Eric Silver *

Benny Shilon y su hermana Shoshana tuvieron con qué ponerse al día durante este fin de semana. Los sobrevivientes del Holocausto, que se vieron por última vez en Polonia en 1938, durante mucho tiempo habían presumido que el otro estaba muerto. Shoshana, que pasó la guerra en el campo de exterminio de Auschwitz en Polonia, hubiera muerto si una mujer judía no la hubiera empujado fuera de la cola para las cámaras de gas. Sus senderos casi se tocaron en 1945 cuando Benny, que había escapado a Rusia y luchado para la Cruz Roja, estaba entre las tropas que liberaron el campo nazi. Pero no fue hasta el sábado que pusieron fin a sus 65 años de separación gracias al rastreo concienzudo de Shoshana por los archivos del Holocausto.
Su reunión ocurrió durante el festival de Chanukah, que conmemora un milagro histórico. Cuando se reunieron, se hablaron en polaco. Era más fácil, explicaron. “Saltamos uno en brazos del otro y nos abrazamos y besamos”, dijo la Sra. November, su apellido de casada. “Era difícil hablar, era difícil pensar”, dijo Shilon, de 78 años, un ingeniero naval retirado. “La busqué a ella y a mis hermanos durante todos los años después de la guerra. Sucedió un milagro. Encontré una hermana. Es nuestro propio milagro Chanukah. Crecí sólo. No sé cómo llorar. Pero anoche lloré.”
Desde 1948, Shilon vive cerca de Haifa, ella cerca de Tel Aviv. Shoshana, de 73 años, descubrió que su hermano estaba todavía vivo sólo por accidente. Sintiendo que “no le quedaba nadie”, la abuela fue alentada a visitar el Yad Vashem, el monumento al Holocausto en las colinas sobre Jerusalén. Ahí comenzó a buscar en los archivos de más de tres millones de víctimas del Holocausto no sólo a su hermano sino a miembros de la familia de su marido. Un empleado le dio un día la noticia que su hermano todavía vivía. Había dejado sus datos apenas dos días antes en las “páginas de testimonio” del museo.
Después de su reunión, Shilon se dio cuenta de que una de las fotos en el museo era en realidad de su hermana y que había pasado frente a ella sin reconocer a la niña que miraba a través del cerco en Auschwitz. Debe haberse visto muy diferente de la hermana que él había visto por última vez cuando fueron enviados a distintos orfelinatos antes de la guerra, después de que el padre abandonara la casa. Los milagros no terminaron ahí para ellos. Mientras encendían las velas Chanukah, los hermanos descubrieron dos generaciones más, Shoshana tiene tres hijas y cinco nietos, su hermano tiene tres hijos y seis nietos.
“Nunca soñé que conocería a los nietos de mi hermana –dijo Shilon–. Son una familia fantástica. Sólo espero que le guste la mía tanto como me gusta la de ella.” Shoshana todavía estaba aturdida con la excitación de la noche anterior. Dijo que la noticia era difícil de asimilar. “Todavía no me he dado cuenta que encontré a mi hermano.”
Yad Vashem ha estado reuniendo testimonios de miembros sobrevivientes de las familias del Holocausto desde 1950. Los últimos en reunirse, dos hermanos, se pusieron en contacto hace tres años.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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