EL MUNDO › EL PRIMER MINISTRO SOBREVIVIO A UN DESAFIO, PERO HOY ENFRENTA OTRO

Blair, del salto mortal al aro de fuego

Tony Blair zafó raspando a una votación clave en el Parlamento. Hoy es el informe sobre el caso Kelly y Blair puede perder un ministro.

 Por Marcelo Justo

El gobierno de Tony Blair continúa hoy su desfile por la cornisa. Anoche sobrevivió por un estrechísimo margen la votación de su controvertido proyecto de reforma financiera universitaria. Hoy enfrenta el informe de Lord Hutton sobre el aparente suicidio del científico David Kelly, especialista del Ministerio de Defensa en armas iraquíes y fuente de la nota de la BBC que acusaba al gobierno de manipular los informes de los servicios secretos para justificar la acción militar contra Saddam Hussein.
La victoria anoche le da un respiro a Blair, que había dicho que su autoridad de primer ministro y líder partidario estaba en juego con el proyecto de reforma financiera universitaria. A pesar de que el gobierno cuenta con una mayoría absoluta de 161 diputados en la Cámara de los Comunes, ganó por sólo cinco votos de diferencia, conquistados tras semanas de negociaciones con los propios parlamentarios laboristas que culminaron en 24 horas de vertiginosas reuniones, lideradas por el mismo primer ministro, para asegurar que la oposición no le asestara una derrota contundente.
El proyecto de ley da libertad a las distintas universidades para que cobren hasta 3 mil libras anuales (unos 5 mil dólares) para cubrir el profundo agujero financiero de la educación terciaria británica. El problema viene de lejos. En los últimos 20 años se duplicó el número de estudiantes universitarios y el financiamiento por impuestos generales por alumno disminuyó a la mitad. El desacuerdo es cómo solucionarlo.
El gobierno argumentó que los estudiantes universitarios debían realizar una contribución mayor, aunque en los hechos no tendrán que pagar hasta que se reciban y ganen el doble del salario mínimo nacional. A pesar de estas y otras concesiones a los rebeldes para asegurarles que los sectores de menores recursos no se verían discriminados en sus posibilidades de acceso a la educación terciaria, y que no habría una universidad para pobres y otras para ricos, unos 71 diputados laboristas votaron en contra de la propuesta.
Para los rebeldes, el proyecto de ley es el caballo de Troya para introducir un mercado interno en el sector estatal universitario que diferenciará estudiantes de acuerdo con su capacidad de pago para acceder a las facultades más prestigiosas. Pero, además del tema específicamente universitario, hay un creciente descontento entre los laboristas con lo que califican de estilo autoritario y arrogante del mismo Tony Blair, que arrastró a la nación y al partido a la guerra contra Irak. “Nadie salió ganando de esta votación. Creo que ésta es una advertencia de que así no se puede seguir. El gobierno tiene que cambiar”, indicó a la BBC el rebelde laborista Andrew Marshall.
El informe Hutton, que se dará a conocer hoy a las 12.30 hora local, es otra prueba de fuego para Tony Blair. El juez James Hutton estuvo a cargo de la investigación del aparente suicidio del científico David Kelly, cuya muerte puso en el banquillo de los acusados al gobierno y sus razones para ir a la guerra en Irak. El juez debe contestar dos preguntas fundamentales:
- ¿Quién fue el responsable de que se diera a conocer a la prensa que David Kelly era la fuente de una polémica nota de la BBC que acusaba al gobierno de manipular deliberadamente la información sobre armas de destrucción masiva de Irak?
- ¿Manipuló el gobierno esa información como, según la BBC, había dicho Kelly? Durante casi dos meses de audiencias públicas, el juez convocó a una larga lista de testigos, entre ellos el mismo Tony Blair, su ministro de Defensa, Geoff Hoon; la autoridad máxima del espionaje británico, John Scarlett; y el entonces jefe de prensa del primer ministro Alastair Campbell. Si el informe concluye que Tony Blair fue responsable de revelar el nombre de Kelly a la prensa unos nueve días antes de su aparente suicidio, la suerte del primer ministro estará echada. En caso que, como opina la mayoría de los analistas, el juez apunte al ministro de Defensa, Hoon se verá obligado a renunciar.
El gran ganador de esta erosión de la autoridad política de Blair es el ministro de Economía y coartífice del Nuevo Laborismo, Gordon Brown. El rumor nunca desmentido es que Blair y Brown hicieron un pacto político en 1994 por el cual el primero asumía el liderazgo partidario y, después de ganar dos elecciones, se lo cedía al ministro. El domingo, Brown se negó a desmentir la posibilidad de que Blair no completase el actual mandato. Ayer, su intervención a último momento consiguió doblegar la voluntad de muchos rebeldes dispuestos a votar contra el gobierno. Los analistas políticos locales vincularon ambos hechos y concluyeron que hay una segunda etapa del pacto de 1994: Brown garantiza que Blair deje el escenario con elegancia siempre que el primer ministro se comprometa a cederle su puesto antes de las próximas elecciones que, según el sistema británico, pueden ser convocadas en cualquier momento de acá al 2006.

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Tony Blair negoció hasta último momento con los diputados rebeldes de su propio laborismo.
 
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