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El premier palestino Ahmed Qureia aceptó ayer retirar temporalmente la carta de dimisión, que el pasado sábado presentó a Yasser Arafat como consecuencia de la revuelta de Gaza, con la esperanza de obtener a cambio del presidente plenos poderes que le permitan gobernar. Ayer el ex ministro palestino de información Nabil Amr fue golpeado y herido de bala en una pierna por palestinos armados en Ramalá (Cisjordania). Es la primera vez que una personalidad de ese rango resulta herida en el marco de los conflictos internos palestinos de los últimos días. Por otra parte, dos soldados israelíes y un militante de la guerrilla libanesa del Hezbolá murieron ayer como consecuencia de enfrentamientos registrados en la frontera norte de Israel.
Qureia tomó la decisión al mediodía después de una tensa conversación con Arafat en la sede de la Mukata de Ramalá, en presencia de los demás ministros del gabinete. A gritos el presidente palestino calificó de “inaceptable” la renuncia del primer ministro, a lo que el jefe de gobierno le contestó también en voz alta que “no tengo poderes suficientes para gobernar” y que “me siento frustrado”. Ante esta situación de bloqueo Qureia aceptó finalmente volver temporalmente a su cargo, asumiendo de manera interina sus funciones en espera de que el presidente lleve a término los cambios anunciados en los cuerpos de seguridad, fusionando los 13 servicios en sólo tres, y procediendo a relevos en la cúpula policial.
“El presidente Arafat insiste en rechazar su dimisión, mientras que Ahmed Qureia insiste en dimitir. La crisis continúa”, explicó sucintamente a la prensa el ministro Saeb Erekat, uno de los testigos del enfrentamiento, al finalizar la reunión extraordinaria del ejecutivo con Arafat, mientras el jefe de gobierno salía por la puerta trasera de la Mokata, tratando de eludir las preguntas de los periodistas.
Este debate no es nuevo. Desde que hace dos años la comunidad internacional obligara a Yasser Arafat a crear la figura de primer ministro, al que cediera parte de sus poderes absolutos, se han venido produciendo enfrentamientos entre el presidente y el jefe de gobierno por la falta de atribuciones suficientes para que el primer ministro pudiera llevar a término sus funciones. Este fue el motivo por el que el anterior primer ministro Abu Mazen dimitiera tras 120 días de gobierno y por el que Ahmed Qureia quiere ahora renunciar tras diez meses en el puesto.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.