EL MUNDO

“Vetaré toda ley que plantee la expropiación y confiscación del gas”

Habla el presidente de Bolivia, Carlos Mesa, cuya política para la industria de hidrocarburos fue respaldada con el referéndum. Ahora, el mandatario deberá negociar en un Congreso que define anacrónico –tras el octubre negro– y con las petroleras.

Por Francesc Relea *
Desde La Paz

El presidente está eufórico. Después de la victoria del sí en el referéndum del domingo sobre el gas, Carlos Mesa, 51 años, primer mandatario de Bolivia, recibe a este diario en su despacho oficial del Palacio Quemado. Ahora viene lo más difícil: poner en marcha la nueva política de hidrocarburos y preparar el camino para una Asamblea Constituyente. Todo ello con un Congreso elegido en 2002, que “tras los sucesos de octubre ya no representa realmente el escenario actual”.
–De los tres frentes con los que tendrá que lidiar a partir de ahora, ¿le preocupa más el Congreso, los sectores radicalizados o las empresas petroleras?
–Mi preocupación es el Congreso. Cómo va a ser nuestra relación con él, cómo vamos a definir una lectura correcta sin ambigüedades ni interpretaciones sesgadas de las cinco preguntas. No será una tarea fácil. Los sectores radicalizados no me preocupan. Conozco cómo actúan, he peleado con ellos los nueve meses de mi gobierno y voy a seguir peleando. No dudo que tendré más huelgas, bloqueos y manifestaciones. Pero la fuerza moral que hoy tengo se ha convertido en una fuerza efectiva de voto con el referéndum. El tema de las petroleras es complejo, pero también ellas tienen que leer el resultado, que es contundente en las preguntas esenciales. Mi contraparte es seriedad, respeto a la seguridad jurídica y garantía de las inversiones. A cambio, las petroleras tienen que aceptar nuevas reglas de impuestos y una presencia estatal mayor.
–Los bolivianos han dicho claramente que quieren la nacionalización de los recursos energéticos. ¿Es posible hacerlo sin expropiar ni confiscar?
–Por supuesto. La expropiación y la confiscación están fuera de discusión. No las voy a aceptar y no es parte del escenario del gobierno. No voy a aceptar que el Parlamento me plantee una ley de esta naturaleza. Y si lo hace, la vetaré. Antes del referéndum he sido claro y transparente. No he jugado a la demagogia ni a la ambigüedad.
–¿Cómo afrontará la negociación con las petroleras, como Repsol, que tienen firmados contratos de larga duración para la explotación de gas y petróleo?
–Aplicaremos inmediatamente un aumento de impuestos, porque es un tema que está fuera de los contratos.
–Pero en este tema parece que no hay acuerdo, porque algunas compañías dicen que ya pagan el porcentaje del 50 por ciento de impuestos que plantea el gobierno.
–Si lo pagan, encantado. Lo seguirán pagando, pero tengo mis dudas. Aquí estamos hablando del 50 por ciento efectivo de regalías más impuestos complementarios de hidrocarburos. Lo que las compañías digan habrá que contrastarlo. Si pagan el 50 por cuento, que no se preocupen, no les voy a cobrar más.
–¿Qué organismo determinará el pago de impuestos?
–Esto es muy importante. La definición impositiva es soberana e indiscutible del Estado boliviano. No tiene nada que ver con los contratos y que nosotros aumentemos un impuesto complementario es nuestro derecho y no modifica un milímetro el contrato. En cuanto a la propiedad del gas o petróleo en boca de pozo la ley lo planteará de cara al futuro y no de cara a los contratos preexistentes. Intentaré la migración de los contratos de la ley actual a la ley nueva en función de un interés compartido. Además, haré que se cumplan los contratos en un tema tan crítico como la inversión de pozo por parcela, que no se cumplieron, y eso es mucho dinero. Quien no quiera modificar el contrato tendrá que hacer la inversión, ante lo cual yo podré ofrecerle un nuevo contrato más interesante.
–Por los contactos que usted ha mantenido con las empresas petroleras, ¿cómo cree que han recibido los resultados del referéndum?
–Creo que están preocupadas por los plazos. Cuándo aplicaremos los impuestos, si lo haremos en un plazo fijo o estará vinculado al volumen, es decir, que el impuesto aumente en función del aumento del volumen de explotación. Es un tema que hay que ajustar y discutir en el Congreso, porque allí el populismo funciona mejor que en el gobierno. Habrá quienes querrán un aumento inmediato del 50 por ciento. No dudo que tendremos enfrentamientos en el Congreso. Creo que las empresas entienden que el sistema impositivo tiene que cambiar. No les gusta, por supuesto, tener que pagar más impuestos. A mí tampoco.
–Ninguna pregunta planteaba por dónde saldrá el gas para la exportación. Tras los resultados del referéndum, ¿cuál será la posición del gobierno en este punto, detonante de la revuelta de octubre?
–Sí, y el detonante de la renuncia del presidente Sánchez de Lozada no ha variado un milímetro. Bolivia hoy no puede exportar el gas por Chile, porque si lo hiciera estaría dándole la espalda a la voluntad mayoritaria de la gente. En consecuencia, estamos trabajando en la opción Perú y trabajando para resolver el entuerto con Chile. En la medida que finalmente tengamos un acuerdo con Chile haremos lo que tenemos que hacer, que es exportar y hacer una negociación a gran escala con Chile, porque somos países complementarios.
–Cuesta creer que dos políticos como el presidente chileno, Lagos, y usted no sean capaces de ponerse de acuerdo.
–Creo que más allá de la voluntad de los presidentes tiene que ver la opinión pública y el costo político que representa un acuerdo, que pasa por una palabra, que es soberanía. En el conflicto con Chile perdimos nuestra presencia y gravitación en el Pacífico y hoy el Pacífico es un gran escenario mundial. Es el océano del siglo XXI y que Bolivia esté fuera es vital. Chile tiene 6.500 kilómetros de costa, nosotros hemos perdido 400 kilómetros de costa y 120.000 kilómetros cuadrados de territorio y no estamos reivindicando este territorio. Reivindicamos un acceso libre, soberano y útil. Compare usted Bolivia y Chile, modernidad, desarrollo económico, estabilidad, visión de mundo e interlocución internacional. ¿Quién tiene más responsabilidad histórica? Creo que el sacrificio mayor debería ser de Chile.
–¿Cuáles son los próximos pasos que debe dar Bolivia después del referéndum?
–El siguiente paso serán las elecciones municipales del 5 de diciembre. Serán muy importantes porque allí vamos a recomponer el escenario partidario. Veremos dónde está cada quien, qué pasa con el MAS, el MNR, el NFR, el MIR, y entraremos en un campo nuevo de agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas que pueden presentar candidaturas propias. Cuando tengamos recompuesto este rompecabezas entraremos en el primer semestre del 2005 con la convocatoria de elecciones para la Asamblea Constituyente, que se encargará de redactar una nueva Constitución. Ahí es donde Bolivia debatirá su nuevo pacto social.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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