EL MUNDO › LA OPOSICION VUELVE A PEDIRLE LA RENUNCIA Y ELECCIONES

Chávez ha regresado; abajo Chávez

Mientras surgían nuevas evidencias del rol de EE.UU. en el intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez, todos los partidos de oposición se emblocaban en el Congreso para pedir la salida del presidente, elecciones o una consulta popular sobre su continuidad al frente del país.

Apenas pasadas 72 horas de la vuelta al poder de Hugo Chávez, la crisis amenaza con resurgir a cada instante. La oposición, por su parte, volvió a la carga y aprovechó una sesión especial de la Asamblea Nacional para desconocer la autoridad del presidente, pedir nuevamente su renuncia y lanzar sus remozadas intenciones: que se llame a elecciones o a una consulta popular. El secretario general de la OEA, César Gaviria, de visita en Venezuela para recolectar información sobre los sucesos de la semana pasada, instó a apartar a las Fuerzas Armadas del debate político para preservar el orden institucional y pidió que se esclarezca el funcionamiento de los Círculos Bolivarianos. Mientras, siguen apareciendo pruebas sobre la participación norteamericana en la trama golpista. Ayer, el diario The New York Times reveló que Otto Reich, secretario de Estado asistente para Asuntos del Hemisferio Occidental, telefoneó al empresario Pedro Carmona el viernes y le aconsejó no disolver la Asamblea Nacional porque era una decisión “estúpida”.
Uno de los principales acusadores de los Círculos Bolivarianos es el alcalde metropolitano de Caracas, Alfredo Peña, quien denunció ayer ante Gaviria que partidarios armados de Chávez intentaron matarlo y afirmó que su sede de gobierno municipal fue virtualmente ametrallada. Gaviria, por su parte, intentó bajar el tono de las disputas vernáculas: “Espero que no vuelva a ocurrir un incidente de tipo militar y creo que para eso es muy importante que el gobierno, la oposición y los sectores de la sociedad venezolana trabajen en función de dejar a las Fuerzas Armadas tranquilas”, indicó. Varios analistas locales tienen el mismo pronóstico: mientras Chávez no despolitice a las Fuerzas Armadas y les quite el carácter deliberante que él mismo les otorgó en la Constitución, no habrá estabilidad institucional posible. Sin embargo, otras versiones señalan que sin la mediación castrense la situación política venezolana tendería a la “colombianización”, es decir, al despliegue de una guerra civil interna.
A pesar de los esfuerzos conciliadores de Chávez desde que retornó al Palacio de Miraflores, la oposición insistió ayer con que la única salida a la crisis es por las urnas. Y desde Estados Unidos, el ex presidente Carlos Andrés Pérez se plegó a la propuesta. En la Asamblea, el bloque partidario antichavista se abroqueló contra la continuidad de Chávez: Primero Justicia, Acción Democrática, Copei y el Movimiento al Socialismo pidieron elecciones. El diputado Julio Borges, del partido Primero Justicia –compuesto mayoritariamente por jóvenes profesionales de centroderecha– pidió que renuncien todos los poderes públicos de Venezuela y se llame a elecciones. Previamente habló el secretario general del partido socialdemócrata Acción Democrática (AD), Rafael Marín, quien apuntó directo contra el mandatario: “Chávez no es el presidente legítimo de la República”. El secretario general del democristiano partido Copei, Omar Calderón, expresó que “todos sabemos que en Venezuela no hay democracia”, para luego convocar a una consulta electoral. Otro diputado, Carlos Tablante, del sector opositor a Chávez del MAS, también se inclinó por la consulta popular.
El debate por la participación de la administración de George W. Bush en la intentona golpista sumó un nuevo episodio. Un alto funcionario de Estados Unidos negó que el máximo responsable de la política para América latina, el cubano anticastrista y ex impulsor de la contra nicaragüense Otto Reich, hubiera hablado por teléfono el viernes pasado con el empresario Pedro Carmona para darle consejos antes de que asumiera por unas horas la presidencia de Venezuela, tal como lo afirmó The New York Times. “Quien habló con el señor Carmona fue el embajador de Estados Unidos en Caracas (Charles Shapiro), y lo que hizo fue decirle que Washington no apoyaba una alteración del orden constitucional y consideraba un grave error su intención de disolver la Asamblea Nacional”, señaló el funcionario. Reich hizo declaraciones ayer pero no aludió a la información del diario. Sólo dijo que espera “sinceramente” que Chávez “esté dispuesto al diálogo nacional” y puntualizó: “Veremos con quiénes se alían internacionalmente, porque eso nos dirá mucho sobre el tipo de futuro que quieren construir para sí mismos”.
El Departamento de Estado, a la vez, hizo su particular interpretación de la llamada de Reich, según comentó The New York Times: dijo que era una prueba del interés de EE.UU. por el mantenimiento del orden constitucional. Más creíble parece otra hipótesis: que EE.UU. sabía más que Carmona lo que un golpe debía hacer para ser efectivo. Por entonces, Reich –apunta el diario estadounidense– dijo a otros congresistas que había recibido informes que señalaban que en los enfrentamientos de las manifestaciones del jueves habrían intervenido “fuerzas paramilitares extranjeras, posiblemente cubanas”, sin dar ninguna prueba al respecto.

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Un comerciante vende ejemplares de la Constitución Bolivariana en el centro de Caracas.
 
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