EL MUNDO › LA SUCESION DE YASSER ARAFAT

Negociando el después

Por Donald Macintyre *
Desde Ramalá

Los dirigentes palestinos han comenzado a considerar las opciones para una sucesión ordenada después de que Yasser Arafat fallezca, a pesar de que los médicos aseguran que su condición es “estable”. El primer ministro palestino, Ahmed Qureia, dijo, después de una reunión de cuatro horas con 13 grupos palestinos en Gaza, que había logrado un acuerdo para “un plan de seguridad conjunta... para asegurar la seguridad y el orden” en ausencia de Arafat.
La movida ocurrió cuando un miembro reformista del Consejo Legislativo Palestino notificó que quería investigar a Mohammed Rashid, el asesor económico de Arafat, por el supuesto despilfarro de millones de dólares, incluyendo fondos de ayuda internacional. Mientras tanto, Tayeb Abdul Rahim, un alto asesor del enfermo presidente de la Autoridad Palestina (AP), confirmó públicamente por primera vez Qureia y su predecesor Mahmud Abbas habían asumido algunos de los poderes de seguridad y financieros de emergencia en lugar de Arafat. Sin embargo, una alta fuente de la Organización de Liberación Palestina (OLP) dijo ayer que los poderes temporarios sólo estaban relacionados con decisiones esenciales que no podían ser demoradas, y que los dos hombres todavía procedían según la suposición constitucional de que Arafat volvería a su puesto.
Sin embargo, hay una activa discusión en los círculos palestinos aquí sobre lo que sucederá si no se recupera. El fallecimiento de Arafat podría reencender posiciones ya existentes en los elementos de la dirigencia palestina para desafiar a Israel y sus aliados principales, y facilitar así las elecciones para la presidencia. El rol de Israel sería importante para el éxito de estas elecciones por el poder que tiene para solucionar las dificultades asociadas con el montaje de una campaña nacional a través de múltiples puestos de control y barricadas que separan sectores del territorio ocupado. La iniciativa incluiría a facciones militantes como Hamas. Hacerlo significaría darles inmunidad a aquellos candidatos buscados por las fuerzas de seguridad.
A pesar de que la proposición incluiría la oferta de un alto en el fuego mientras se llevan a cabo las elecciones, uno de los 12 miembros del ejecutivo de la OLP sugirió ayer que Israel podría negarse a aceptar, a menos que se produjera un fin permanente de la violencia por parte de militantes. Pero esta negación podría situar a Estados Unidos en una posición embarazosa por su compromiso de extender la democracia en Medio Oriente.
La fuente de la OLP sugirió un escenario más probable según el cual, cuando fallezca Arafat, el consejo central de la OLP de 139 miembros podría elegir a un nuevo presidente para reemplazarlo y que se le solicitaría al Consejo Legislativo Palestino (CLP) que reformara su ley básica para instalar al nuevo presidente como presidente de la Autoridad Palestina por un período definido, probablemente de un año.
Mientras existe el riesgo de que la facción dominante Al Fatah se separe, la fuente dijo que el ex primer ministro Mahmud Abbas –un miembro de la vieja guardia de Al Fatah– sin embargo es percibido como un moderado, en principio interesado en llegar a un acuerdo negociado, y que sería un claro favorito. En las elecciones nacionales, sin embargo, Mahmud Abbas sería un candidato mucho más débil por su falta de una base popular, y que se arriesgaría a perder votos militantes frente a Hamas. Un candidato inmensamente más popular sería Marwan Barghuti, pero su éxito probablemente requiera de que Israel lo libere de la cárcel, posiblemente en un intercambio de prisioneros. Israel podría ser reacio a hacerlo a menos que tuviera seguridad de que es un “socio” adecuado.
Otro candidato concebible, pero para los palestinos mucho más controvertido, sería el ambicioso Mohammed Dahlan, quien actualmente seencuentra en París a causa de la enfermedad de Arafat. Tiene su base en el sur de Gaza, y ha sido elogiado en algunos círculos israelíes y occidentales por sus supuestas habilidades como un potencial hombre fuerte en seguridad.
Mientras tanto, Abdel Jawad Saleh, un fuerte miembro anticorrupción del CLP, dijo que buscaría saber qué ocurrió con U$S 200 millones supuestamente faltantes, que Arafat le habría pagado a Rashid por proyectos fracasados. Dijo: “Esos fondos pertenecen al pueblo palestino y, como representantes del Parlamento, deberíamos tomar una resolución solicitando que el CLP interrogue a Mohammad Rashid”. Esto sucede en medio de temores de que familiares y amigos de Arafat pudieran heredar su fortuna, y después de una reciente declaración a países donantes del ministro de Finanzas de la AP, Salem Fayyad, en torno a que la organización solamente cuenta con U$S 19 millones para enfrentar la nómina de pagos de US$ 225 millones hasta fin de año, y que otros gastos están en un déficit de U$S 135 millones. Según un informe del Fondo Monetario Internacional del año pasado, cientos de millones de dólares están bajo la sola discreción de Arafat. El canal árabe de noticias Al Jazeera estimó esta semana que su fortuna estaría entre los U$S 4,2 y U$S 6,5 mil millones.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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Ahmed Qureia (centro) con los líderes de las principales facciones palestinas.
 
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