EL MUNDO › ES POR EL CASO DE LA CAPTURA DEL CANCILLER DE LAS FARC

Lula se llevó el traje de bombero

El presidente de Brasil, Lula da Silva, llegó a Colombia ofreciendo su mediación en la crisis entre Bogotá y Caracas.

Por Darío Pignotti
Desde San Pablo

Los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Alvaro Uribe se reunieron ayer por la tarde en la ciudad de Leticia, que pese a sus 40.000 habitantes es la más importante de la frontera entre Colombia y Brasil. El encuentro ocurrió 37 días después de que el “canciller” de las FARC, Rodrigo Granda, fuera capturado en Venezuela y entregado a las autoridades colombianas, hecho que levantó una tempestad diplomática entre Caracas y Bogotá.
Antes de que la situación se desborde hacia límites imprevisibles, Lula decidió interceder entre su amigo, el venezolano Hugo Chávez y Alvaro Uribe.
“La Amazonia debe ser una zona de paz”, subrayó el vicepresidente y ministro de Defensa, José Alencar, que integró la comitiva oficial junto con otros funcionarios como el asesor de asuntos internacionales Marco Aurelio García. Alencar tocó el tema más sensible para su gobierno: evitar que la tensión colombiano-venezolana sea la chispa que dispare una conflagración en la Amazonia. Brasil ocupa casi 5 millones de esa floresta deshabitada y tiene 3800 kilómetros de frontera con los dos países en pugna. Fuentes del Palacio del Planalto confirmaron ayer a Página/12 que antes de viajar Lula mantuvo consultas telefónicas con Chávez quien este fin de semana recibirá al asesor García. Lula y Chávez se encontrarán el 14 de febrero.
A bordo del Aerolula, el nuevo avión presidencial de 57 millones de dólares, el presidente llegó por la mañana a la ciudad de Tabatinga, del lado brasileño de la frontera, separada de la colombiana Leticia por una avenida. A pesar de la muerte de su hermano Odair, Lula, de camisa blanca y sombrero verde musgo, se veía animado cuando, junto a un grupo de soldados, alzó una víbora anfibia sucurí de tres metros.
Al reunirse con Uribe en la Amazonia, Lula se anticipó a otros actores que también quieren jugar en tablero regional como el presidente mexicano Vicente Fox, aspirante a la secretaría de la OEA, y el peruano Alejandro Toledo, quienes ofrecieron sus buenos oficios. Brasil entiende que cuenta con el porte suficiente como para liderar la reconciliación entre Uribe y Chávez, como ya lo hizo cuando timoneó el acuerdo de paz entre Perú y Ecuador tras la Guerra del Cóndor, en los ’90. De todos modos la fuente consultada, que despacha a pocas oficinas del presidente, explicó que Brasil sólo mediará si lo piden las dos partes: “Por el momento sólo actuamos como facilitadores”.

Alarma

Con el respaldo dado al secuestro del guerrillero colombiano en Venezuela, Uribe sentó un precedente que alarma a Lula: la violación de un territorio nacional so pretexto de lanzar la “caza sin fronteras al terrorismo”. En Brasilia especulan que esa doctrina legitimaría otras “cacerías” y no descartan que agentes internacionales violen territorio brasileño, donde siempre hubo “diplomáticos” de las FARC. En 1999 este diario entrevistó al guerrillero Hernán Ramírez. La entrevista fue realizada a plena luz del día y a cuadras del Palacio del Planalto, por entonces ocupado por Fernando Henrique Cardoso. Según versiones serias el secuestro de Rodrigo Granda ocurrió en Caracas durante o poco después de una entrevista con Le Monde Diplomatique.

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El mandatario colombiano Alvaro Uribe (izq.) saluda a su homólogo brasileño, Lula da Silva.
 
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