EL MUNDO › JUAN PABLO II, PRIMERA VEZ AUSENTE EN JUEVES SANTO

El Papa según su ventrílocuo

Ante la delicada salud del Pontífice, su hombre de confianza, Joseph Ratzinger, dijo que “está lúcido” y “nunca se planteó un problema de falta de gobierno”.

Por Enric González*
Desde Roma

Juan Pablo II dirige la Iglesia Católica “con absoluta lucidez” pese a su enfermedad y “nunca se ha planteado en la Santa Sede un problema de falta de gobierno”, declaró ayer el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El cardenal Ratzinger grabó una entrevista de televisión para un programa de Viernes Santo y aseguró que la postración del Pontífice, que lo obligaba a seguir desde la cama los ritos religiosos de Semana Santa, no planteaba problemas para el normal funcionamiento de la maquinaria vaticana.
Ratzinger ha desempeñado el papel de brazo teológico del Papa durante casi todo su pontificado, es considerado uno de los hombres más influyentes en el Vaticano y su nombre figura en las listas de posibles sucesores de Karol Wojtyla.
En su entrevista para un programa titulado El calvario del Papa, opinó que la lucidez de Juan Pablo II era “un don de Dios, vistas las pruebas físicas a las que se ve sometido”. “La mente del Pontífice está viva y posee una capacidad de discernir muy fuerte, la capacidad de elegir lo esencial y de gobernar, sufriendo, con pocas pero esenciales decisiones”, explicó el cardenal, quien una vez más descartó cualquier posibilidad de retiro de Wojtyla: “Juan Pablo II me parece muy convencido de tener una responsabilidad única que le ha sido encomendada por el Señor y de la que sólo el Señor puede dispensarlo”.
El Papa no se dejó ayer ver por el público. Como estaba previsto, su grave enfermedad le impidió participar en las ceremonias religiosas. El via crucis de antorchas del Coliseo, el espectacular acto central de la Semana Santa romana, debía celebrarse por primera vez en los 26 años de pontificado sin la presencia del papa Wojtyla, quien permaneció en su habitación y envió un saludo a través del cardenal Giovanni Batista Re, diciendo que seguía los ritos pascuales a través de la televisión y que gracias a ese medio se sentía unido a los fieles. El mensaje papal invitaba también “a la entera familia de los creyentes” a rezar para que “no falten nunca en la Iglesia numerosos y santos sacerdotes”, porque “los sacerdotes son los amigos de Cristo”.
El cardenal Re ofició en representación del Pontífice la solemne misa crismal de Jueves Santo, celebrada en la Basílica de San Pedro ante los cardenales y prelados de la Curia y los párrocos de las diócesis de Roma. En la misa, cuya homilía fue dedicada al misterio del sacerdocio, se rezó por la salud de Juan Pablo II. “En su ausencia –dijo el cardenal Re–, está más presente que nunca y queremos agradecerle por el testimonio que sigue dándonos con su ejemplo de sereno abandono a Dios.”

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Los cardenales Angelo Sodano (centro) y Joseph Ratzinger durante una procesión.
 
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