EL MUNDO › EN UN CLIMA TENSO, EL PARLAMENTO ELEGIRA AL PRESIDENTE DE PAKISTAN

Musharraf, listo para la reelección

Pakistán llega hoy a las elecciones presidenciales en medio de protestas, amnistías y fallos que establecen una cosa y luego se desdicen. A pesar de la nube de incertidumbre que cubre a Islamabad, el resultado no será una sorpresa. En esta elección sólo votan los parlamentarios y el Parlamento está dominado por los aliados del presidente Pervez Musharraf. Por eso el presidente es amplio favorito. Sin embargo, eso no será suficiente para proclamarse presidente hoy por la noche. Un fallo de la Corte Suprema emitido ayer dispuso que recién se podrá oficializar al ganador de los comicios cuando se terminen de analizar los recursos en contra de la candidatura de Musharraf, presuntamente el próximo 17 de octubre.

Antes de conocerse el último fallo de la Corte Suprema, Musharraf terminaba de ajustar los detalles del acuerdo político que sellaría su victoria. Durante la mañana, el mandatario anunció la firma de un decreto de “reconciliación nacional”, a partir del cual quedaban inmediatamente cerrados todos los casos penales contra personas que ostentaron cargos públicos entre el 1º de enero de 1986 y el 12 de octubre de 1999. Detrás de toda esa explicación se esconde una amnistía a favor de la ex primera ministra y su antigua rival, Benazir Bhutto. Anoche la ex mandataria se preparaba para dejar su largo exilio en Londres y volver a ocupar un lugar central en la política paquistaní.

La alianza implícita de Bhutto y Musharraf deja sin muchas opciones a quien quiera elegir hoy una opción opositora. La asamblea nacional y las provinciales deberán elegir entre cuatro candidatos presidenciales. Primero Musharraf. El actual presidente y hasta hace unos días comandante en jefe de las fuerzas armadas asumió el poder hace más de siete años por medio de las armas. Destituyó al entonces primer ministro Nawaz Sharif, quien aún hoy sigue sin poder volver al país, mientras sus simpatizantes son reprimidos en las calles de Islamabad.

Ayer, cuando anunciaba la amnistía a Bhutto, el mandatario dejó abierta la puerta a una eventual vuelta de Sharif, eso sí, después de las elecciones. “Después de la elección, veremos sobre su regreso”, fue lo único que quiso decir sobre el tema durante la conferencia de prensa. En medio del clima de incertidumbre y de los guiños poco claros del mandatario, el ex premier intentó volver al país el 10 de septiembre pasado. Pero se encontró con que las cosas no cambiaron como dicen Musharraf y su aliado en el mundo, la Casa Blanca. Sharif fue deportado de inmediato de vuelta a Arabia Saudita.

Las otras opciones son dos candidatos del Partido Popular de Pakistán (PPP) de Bhutto, Makhdum Amin Fahim y, como plan B, Faryal Talpur. El cuarto es la única alternativa que representa a los sectores que se oponen al gobierno. Se trata de Wajihuddin Ahmed, un juez retirado que es impulsado por el colegio de abogados, grupo que en los últimos meses se convirtió en uno de los sectores líderes de la oposición. Detrás de él se encolumna gran parte de la clase media que quiere terminar con la mano dura y los excesos del general Musharraf y los simpatizantes de Sharif. Estos últimos, sin embargo, perdieron su fuerza parlamentaria al renunciar a sus bancas semanas atrás, en repudio a la candidatura de Musharraf.

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Propaganda electoral del PPP, el partido de Benazir Bhutto.
 
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