EL MUNDO

Esos extraños partidos

TORCUATO DI TELLA *

Hay quien piensa que los dos grandes partidos yanquis son en el fondo iguales. Nada más equivocado. Uno es el partido de los ricos, el otro el de los pobres, aunque con muchas florituras y variantes regionales. Las políticas a veces convergen, pero la tropa propia es bien distinta. Lo raro es que a pesar de eso los dos grandes partidos sean tan heterogéneos internamente, sobre todo el demócrata. Lo fue mucho más en tiempos del New Deal de Roosevelt, cuando unía a los progresistas del Norte con los archirreaccionarios del Sur. Esa coalición se rompió cuando los negros comenzaron a despertarse. Y no me extrañaría que pronto le vuelva a pasar algo así, aunque por motivos distintos, más ligados al comercio internacional. Cuando Clinton quiso hacer aprobar el Nafta tuvo necesidad del apoyo casi completo de sus rivales republicanos. Esto fue porque nada menos que dos tercios de sus propios legisladores le votaron en contra, y el movimiento obrero, que es la columna dorsal de los demócratas, se mantuvo sólidamente opuesto. Si algo así hubiera ocurrido en la Argentina el FMI lo tomaría como evidencia de nuestra inmadurez institucional y nos congelaría los fondos. ¿Puede esa situación seguir? Y no, cómo va a poder seguir. Lo grave del caso es que constantemente se presentarán situaciones parecidas, ante cada apertura intentada al comercio internacional. Esas aperturas, en proyectos como el ALCA, o la importación de productos baratos de China, van a producir rupturas sangrientas en la sociedad norteamericana, ya bastante escindida. Cierto es que el ALCA es una fantasía de gente obnubilada por la ideología, o que nos quieren tomar por más tontos de lo que somos, o sea que nosotros les dejemos entrar cualquier cosa y ellos sólo abran una rendija. El cincuenta por ciento o más de la población que hoy no vota ya se va a despertar cuando la cosa les empiece realmente a doler. Estas son las presiones a las que se verá cada vez más sometido el bipolarismo de los Estados Unidos, que algunos creen eterno. Hay que prepararse para negociar mejor en un escenario que será cada vez más multifacético, donde los grupos de presión serán más importantes que los partidos. Habrá que aprender a jugar un complejo ajedrez, dándonos cuenta de que las piezas del país del norte operarán en base a sus intereses y no a nuestros sermones.
* Sociólogo y politólogo.

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