EL MUNDO › PRESIONES MILITARES PARA PERMITIR A WASHINGTON ABRIR UN FRENTE NORTE

El Ejército turco ya vota por la invasión

Existe una segunda votación que a Estados Unidos le importa mucho más que la que tiene pocas oportunidades de ganar en el Consejo de Seguridad (ver nota principal): la del Parlamento turco. Luego del rechazo de los legisladores turcos al paso de las tropas norteamericanas por Turquía para abrir un frente norte en Irak, el jefe del Estado Mayor turco, general Hilmi Ozkok, se declaró a favor de que Estados Unidos pueda entrar en su territorio. Además, dos dirigentes del gobernante Partido islamista Justicia y Desarrollo (AKP) sugirieron que podría haber una propuesta de segunda votación con más chances de aprobación la semana próxima. El jefe del Estado Mayor Conjunto norteamericano, general Richard Myers, dijo al New York Times que en las primeras 48 horas de ofensiva, EE.UU. lanzará unas 3000 bombas y misiles. El comandante de las tropas norteamericanas en el Golfo, general Tommy Franks, declaró que está “todo listo para entrar en acción”.
Los generales Myers y Franks dieron una conferencia de prensa con su jefe, el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld. Según algunos medios norteamericanos, ellos y miembros del gabinete de George Bush, como el jefe de la CIA George Tenet, debatieron la posibilidad de dar un ultimátum al líder iraquí, Saddam Hussein, para que abandone Irak, y de dar al personal de la ONU y a los extranjeros residentes en ese país una advertencia previa de 72 horas antes de atacar Irak. “Esta guerra será muy diferente al primer conflicto en el Golfo Pérsico, ya que el ataque será muy corto: en las primeras 48 horas se lanzarán 3000 bombas guiadas y misiles sobre Irak, los que serán seguidos de operaciones terrestres.
Esta es la mejor manera de crear un colapso en el sistema, de modo que el régimen iraquí asuma inmediatamente que su fin es irremediable”, explicó Myers al New York Times. Franks, por su parte, dijo que se tratará de reducir al mínimo las bajas civiles, pero que éstas serán inevitables. Esto integra el repertorio de argumentos con que EE.UU. está tratando de convencer a los generales iraquíes de librar a Saddam Hussein a su suerte.
La fecha en que comenzará la guerra aún es incierta y depende de una segunda votación, pero no en la ONU. La negativa, por apenas tres votos, del Parlamento turco para el despliegue de 62.000 soldados norteamericanos cuando el gobierno ya había acordado una compensación económica con Washington tomó por sorpresa a todos y nadie se atrevía a hablar de un segundo intento de aprobación. Al menos hasta ayer.
“Los puntos de vista de las Fuerzas Armadas son los mismos que los del gobierno”, declaró ayer el general Ozkok. “Habíamos pensado que si se abría un frente en el norte de Irak, la guerra sería más corta y no habría acontecimientos imprevisibles. Por desgracia, nuestra elección no es entre algo bueno y algo malo, sino entre lo malo y lo peor. Si Turquía no participa en una guerra, no tendrá el más mínimo derecho a hablar una vez que el enfrentamiento acabe”, dijo, en una fuerte presión para el gobierno islamista. Y el Ejército ya supo derrocar a otro gobierno islamista hace seis años.
El gobierno tiene amplia mayoría en el Parlamento, pero la opinión pública está mayoritariamente en contra de la guerra. Además, el domingo próximo se realizarán elecciones regionales en la provincia de Sirt, donde se presenta como candidato a diputado el líder del AKP, Recep Tayyip Erdogan. Si resulta electo, podrá aspirar al cargo de primer ministro que ocupa ahora Abdulá Gul. El diputado islamista Mehmet Firat declaró a un diario turco que el gobierno presentará nuevamente la moción después del domingo y que “será aprobada”.

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