EL MUNDO › SI CHIRAC SACA MENOS DEL 80%, EL FRENTE NACIONAL LE SACO VOTOS

Por qué Le Pen festejaría con un 25%

Por Jon Henley *
Desde París

Un 20 por ciento de votos por Jean-Marie Le Pen sería manejable, 30 por ciento significaría problemas y 40 por ciento el fin de Francia como la conocemos, dijeron ayer los analistas y observadores. En la víspera de la segunda vuelta entre el líder de la ultraderecha y el presidente conservador Jacques Chirac, existe la preocupación de que Le Pen pueda terminar resultando ganador aunque sea derrotado por una gran mayoría. Con todo el espectro político de Francia, desde los comunistas hasta los liberales de libre mercado, unidos contra él, el anciano agitador podría reivindicar una especie de victoria con cualquier cosa sobre el 20 por ciento.
En la primera vuelta el mes pasado, Le Pen obtuvo el 16,86 por ciento, ganándole apenas al primer ministro socialista Lionel Jospin, y dejándolo en el tercer puesto. Con el 19,88 por ciento, el puntaje de Chirac fue el más bajo conseguido jamás por un presidente saliente. Un puntaje del 20 por ciento mañana para Le Pen podría esencialmente significar que sus partidarios de la primera vuelta lo volvieron a votar, más aquellos del Movimiento Nacional Republicano de Bruno Megret, que obtuvo 2,34 en la primera vuelta. Cualquier puntaje mayor significaría que Le Pen había ganado nuevos votantes, o que un número significativo de los votantes de izquierda habrían decidido abstenerse antes que votar por Chirac.
“Ese cálculo es por lo menos bastante directo –dijo la cientista política Dominique Reynie–. Si Chirac obtiene 80 por ciento de los votos, significaría que todos, salvo la extrema derecha, votaron por él. Si obtiene cualquier cosa menor, significará que Le Pen le robó votos.” Eso dejaría al racista Frente Nacional de Le Pen en una posición muy fuerte para la elección más importante que enfrenta Francia: la elección legislativa general de junio, para decidir el próximo gobierno. “Las elecciones presidenciales no le han permitido a Francia elegir entre la derecha y la izquierda –dijo un diplomático de la Unión Europea en París-. Los votantes tendrán una fuerte sensación de algo inconcluso. Le elección general será crucial, y la ultraderecha puede jugar un rol crucial.
Si el Frente Nacional obtiene el equivalente del puntaje de la primera vuelta de Le Pen y Megret en la elección parlamentaria, podría convertirse en el fiel de la balanza del poder en hasta 300 de las 577 circunscripciones electorales de Francia. Eso podría quebrar el voto de la derecha, introducir un nuevo gobierno conducido por socialistas, y encender una crisis institucional (si no constitucional) mientras el país se subleva contra otro ineficaz período de cohabitación. “Si Le Pen llega más allá del 25-30 por ciento entonces estará en una posición de sacudir nuestro sistema político, porque ese electorado se transferirá directamente a los candidatos del Frente en las elecciones generales”, dijo Reynie. Otros analistas resaltan que los votos no emitidos en esta elección contarán tanto como aquellos emitidos para Le Pen, presumiendo que muy pocos de los partidarios del Frente Nacional se abstendrán. Se cree que el número total de los partidarios de la extrema derecha es 5,4 millones.
La única otra ocasión en que un candidato socialista no logró llegar a la segunda vuelta fue en 1969, cuando Georges Pompidou fácilmente derrotó a Alain Poher con el 31 por ciento de abstenciones. Cualquier cosa cercana al resultado de 1969 le daría a Le Pen un puntaje de algo parecido al 45 por ciento, asestando un duro golpe a la autoimagen de Francia y a sus relaciones exteriores, y la izquierda francesa.

*De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción:
Celita Doyhambéhère.

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