EL MUNDO › VOCES DE LA MAYORIA CHIITA EN BASORA, EN EL SUR

“Construiremos esta nación”

Por Kim Sengupta *
Desde Basora

En un día de violencia esporádica, bajo un sol aplastante, votantes chiítas en el sur de Irak salieron a las calles en grandes cantidades para apoyar la nueva Constitución y asegurar el predominio de su comunidad en el país. En Basora y Zubayr, Najaf y Karbala, comenzaron a hacer cola temprano en los centros de votación, con las largas filas salpicadas con mujeres en túnicas negras. Muchos dijeron que votarían por el “Sí” porque el Gran Ayatolá Ali al Sistani, el jefe espiritual de los chiítas, quería que lo hicieran. Algunos dijeron que la Constitución era el camino hacia adelante para todo Irak, mientras otros hablaron de derribar décadas de dominación de la minoría sunnita.
Karim Mohammed Abbas, de 34 años, un farmacéutico chiíta, dijo de los sunnitas: “Nos han gobernado sin nuestro consentimiento por un muy largo tiempo, y ahora tendrán que aprender a vivir con un voto democrático. La gente aquí sólo quiere una distribución equitativa de los recursos.” Su amigo Ibrahim Hameed añadió: “Los chiítas están intentando construir este país, muchos de los sunnitas lo están bombardeando.” Los asesinatos desde la guerra han llevado a muchos sunnitas a irse del sur. Incluso en Zubayr, al sur de Basora, donde los votantes sunnitas conforman el 25 por ciento del electorado, la mayoría tenía miedo de identificarse.
“Votaré por el `No’ porque la Constitución será perjudicial para nuestro país. La leí y es divisiva,” dijo Hanan Abdulkarim, de 37 años. “¿Por qué debo decir si soy sunnita o chiíta? Soy una iraquí musulmana.” Tampoco quiso opinar acerca del juicio a Saddam Hussein. “No es algo que haya meditado.” Walid Khalid Alwan, coordinador de votación del área y abogado, gritó: “¿Cómo puedes decir eso? Saddam debería morir.” Luego de que Abdulkarim se marchara, hubo murmullos entre algunas personas que se encontraban en el centro de votación de Al Najat. “La conocemos,” dijo un hombre. “Su esposo es un baasista, y ahora huyó. Ella está a salvo por ser mujer, pero los baasistas que trabajaron para Saddam deben ser castigados.” Jalil Farq Jamal, de 74 años, sufrió en las manos del régimen de Saddam. “Fui encarcelado sin razones y me golpearon duramente,” dijo. “Estoy contento de que las tropas de EE.UU. y Gran Bretaña se hayan deshecho de él. Pero deberían irse a sus casas en uno o dos años. Esta es la primera posibilidad que tenemos de formar nuestro propio gobierno.”
La más joven era Fatima Haidar, de cuatro meses, que estaba con su madre, Abtisam Abdullah, de 20 años. “La traje aquí porque este es un día histórico”, dijo Abdullah. “Votaré por el ‘Sí’ porque... si hay una solución política, quizás la violencia comience a bajar.” La seguridad fue provista por el ejército y policía iraquíes, con los militares británicos en los cuarteles.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Virginia Scardamaglia.

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Chiítas con sus dedos manchados por la votación en Bagdad
 
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