EL MUNDO › EN MEDIO DE DUDAS, GREENSPAN PINTO UN HORIZONTE SEGURO

Un calmante rosado para Wall Street

Por David Teather y Larry Elliot
Desde Nueva York y Londres

Alan Greenspan, presidente del banco central estadounidense, dio un paso ayer para calmar los nervios de los sobresaltados mercados bursátiles del mundo, al insistir que la fuerza de la economía norteamericana le permitiría resistir los efectos de la “infecciosa codicia” que se apoderó de Wall Street en los años ‘90. En otro día en que los precios de las acciones giraron salvajemente, el testimonio ante el Congreso del banquero central más poderoso del mundo detuvo una caída de 200 puntos en las primeras operaciones de Bolsa en Wall Street e hizo subir al mercado de Londres por primera vez en siete días hábiles.
El presidente de la Reserva Federal, que recortó las tasas de interés estadounidenses 11 veces el año pasado hasta llegar a un piso record en 40 años de 1,75 por ciento, dijo que estaban en su lugar los elementos fundamentales para un retorno de la economía más grande del mundo a un crecimiento saludable y sostenido, pero no subestimó el impacto de los escándalos empresarios en Estados Unidos. “Aunque la economía se ha sostenido notablemente bien, los efectos depresivos de los hechos recientes influyen, lo que no es sorprendente –dijo–. Todas las evidencias que hemos podido reunir en las últimas semanas sugieren que la economía está mejorando. Esto está bastante cerca de nuestras expectativas.”
Economistas de Wall Street dijeron que el testimonio de Greenspan mostraba que la Fed todavía está ansiosa por la economía y puede tener que recortar la tasa de interés aún más si las fuertes caídas en los precios de las acciones se mantienen en las próximas semanas. El promedio industrial Dow Jones se encontraba debajo por 70 puntos a media tarde, mientras algunas buenas noticias de compañías estadounidenses líderes como General Motors y Merril Lynch ayudaban a restablecer la confianza. Pero las señales de que los inversores extranjeros están perdiendo la fe en las acciones norteamericanas fueron nuevamente evidentes ayer mientras el dólar caía bajo la presión renovada en el exterior, cayendo por debajo de 1,01 dólar el euro.
En contraste con la retórica del presidente Bush, que urgió a los líderes empresarios a adoptar códigos éticos más altos, Greenspan ofreció una aproximación más prosaica a los males de la Norteamérica de las corporaciones. “No veo cómo sería posible legislar en moral o en modo de ser –sostuvo–. Pero lo que se puede hacer es tratar y crear un medio ambiente y una estructura legal que castigue las malas prácticas de modo muy significativo.” Greenspan advirtió que seguía habiendo peligros, como la posibilidad de nuevos escándalos empresarios y la amenaza de más terrorismo. Pero agregó que “los elementos fundamentales están en su lugar para un retorno a un crecimiento sostenido y saludable” en la mayor economía del mundo. Greenspan llegó a predecir que la economía estadounidense crecería más de lo previsto este año, llegando a un 3,5 por ciento, y negó que la caída del dólar o el déficit de cuenta corriente significaran algo. Fue todo un canto al optimismo.

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