EL PAíS › EL MERCOSUR DESCONOCIó LAS ELECCIONES REALIZADAS EN HONDURAS Y REITERó SU RECHAZO AL GOLPE CONTRA MANUEL ZELAYA

Planteo en bloque a favor de la democracia

Los presidentes que participaron de la Cumbre en Montevideo advirtieron sobre el “ambiente de inconstitucionalidad, ilegitimidad e ilegalidad” imperante en ese país centroamericano. Colombia y México mostraron posiciones diferentes.

 Por Fernando Cibeira

Desde Montevideo

Como había sucedido seis meses antes en Asunción, la crisis en Honduras consumió el debate político de la Cumbre del Mercosur que sesionó ayer en Montevideo. La diferencia entre una y otra reunión es que en el medio el régimen de facto convocó a unas elecciones que ganó el derechista Porfirio Lobo, y que parecen haber conseguido el guiño del Departamento de Estado norteamericano. Los presidentes reunidos en Uruguay no anduvieron con vueltas. No sólo reiteraron su condena al golpe que desalojó a Manuel Zelaya, sino que manifestaron su “total y pleno desconocimiento de los comicios realizados el pasado 29 de noviembre”. “Fueron desarrollados en un ambiente de inconstitucionalidad, ilegitimidad e ilegalidad”, definieron en un comunicado firmado sólo por los cinco jefes de Estado participantes, debido a que algunas de las delegaciones de los países asociados mostraron diferencias.

Tabaré Vázquez aprovechó la Cumbre para mostrar el nuevo edificio de la presidencia, una moderna construcción culminada luego de muchos años y miles de contratiempos frente a la histórica Plaza de la Independencia. El anfitrión se sentó en la cabecera de la mesa flanqueado de un lado por su sucesor electo, José “Pepe” Mujica, y del otro por el futuro vice, Danilo Astori. Cuando fue ministro de Economía, Astori supo ser un crítico feroz del Mercosur, pero ayer todos pasaron el detalle por alto y los presidentes arrancaron sus intervenciones saludando la victoria de la fórmula frenteamplista. También recordaron el más reciente y avasallante triunfo de Evo Morales en Bolivia, aunque faltó a la cita.

Hablaron Vázquez y Lula da Silva, pero fue el paraguayo Fernando Lugo quien sacó el tema de Honduras. “Nos quieren presentar un golpe de Estado como una vía apta para convocar a una elección”, marcó. “Se secuestra al presidente, se amedrenta a la población. Una elección no debe ser manipulada por poderes fácticos”, subrayó.

Hugo Chávez, obviamente, tomó la posta. “El padre presidente, obispo padre presidente”, se hizo un lío el venezolano cuando quiso citar a Lugo, sabiendo de las posibles connotaciones de la palabra padre en su caso. “(Barack) Obama nos dijo en Trinidad que él quería hablar del futuro, pero está apoyando al pasado”, lanzó. Y les pidió a los otros presidentes: “Apretemos, no podemos estar aflojando, allá hay un pueblo que tiene dignidad”.

Cristina Kirchner pidió ser la última en hablar para no hacerlo dos veces, ya que le tocaría cerrar al recibir de manos de Tabaré la presidencia pro témpore. Entonces intervinieron los representantes de los países asociados y afloraron algunas divergencias. El vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, respondió varios puntos a Chávez, uno fue Honduras. Sostuvo que si bien Colombia condenaba la asonada que depositó a Roberto Micheletti en el poder, había diferencias entre el golpe hondureño y “los golpes de los setenta que producían cientos o miles de muertos”. “No podemos aislar a un pueblo a la soledad eterna por un problema que hubo en un determinado momento”, opinó. Pero la posición de Colombia era conocida. Más preocupó a Chávez la intervención de la canciller de México, Patricia Espinosa, quien sostuvo que “las recientes elecciones son una condición necesaria pero no suficiente” y pidió la apertura de “un espacio de diálogo”.

“Cuidado, empiezan las posiciones como buscando una salida. ¿Cuáles elecciones? ¿Hubo acaso elecciones en Honduras?”, se preguntó Chávez para disgusto de Tabaré, que no quería que la sesión se le fuera de las manos. Además, adelantó el uruguayo, había una declaración ya consensuada que firmarían los presidentes. Cristina Kirchner se encargó de cerrar. Recordó que días atrás había estado con Michelle Bachelet en el Vaticano celebrando los 25 años del Tratado de Paz y Amistad con Chile. “Creo que aquella vez estuvimos al borde la guerra porque había dictaduras”, opinó, y concluyó que la democracia y la paz “van de la mano”. “Defender la democracia no es algo que pueda hacerse a medias”, subrayó. Lo comparó con decir que una mujer estaba “un poco embarazada” y parafraseó a Bertolt Brecht –diciendo que hacía poco se había enterado de que en verdad la frase pertenecía a otro– de “primero vinieron por mí...”.

Luego dieron a conocer el comunicado firmado sólo por los presidentes con la condena al golpe y el desconocimiento de las elecciones, además de marcar “las inaceptables violaciones de los derechos humanos y libertades fundamentales del pueblo hondureño”. Trascendió que iban a intentar que las firmaran también Evo y Bachelet, para demostrar la posición común de la mayoría de América del Sur.

No sólo de Honduras se habló en el encuentro. También se analizaron temas económicos, y Cristina Kirchner confirmó su intención de avanzar durante los seis meses de presidencia pro témpore en el resucitado acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. La intención es llegar con algo concreto a la Cumbre de América latina, Caribe y Unión Europea, que se hará en mayo en Madrid. España presidirá la UE durante el año próximo y Cristina contó que ya había acordado una metodología con José Luis Rodríguez Zapatero. “Hay que hacer al revés: hay que comenzar a repasar e ir cerrando los capítulos en los cuales estamos de acuerdo para pasar al capítulo comercial, que seguramente es donde vamos a tener mayores diferencias”, avisó. Definió este acuerdo como “uno de los desafíos más importantes que podamos tener” porque “abriría posibilidades a nuestro mercado”.

Por cierto, la posibilidad de reflotar la estancada negociación Mercosur-UE sería una inyección de vida en el alicaído bloque que hace tiempo no puede anunciar novedades de peso en materia de integración regional. Para más, en cada cumbre se desliza algún pase de facturas entre los socios y ésta no fue la excepción. Tabaré y Lugo volvieron sobre las asimetrías, eterno motivo de queja de Paraguay y Uruguay a Brasil y a Argentina. “Su superación es una cuestión indispensable”, dijo Lugo.

Cristina Kirchner tomó la cuestión. “Quienes tenemos economías de mayor volumen, tenemos mayores responsabilidades”, aceptó. Pero luego mencionó el ejemplo de integración de la UE y redireccionó la cuestión hacia el entredicho comercial que días atrás mantuvieron Argentina y Brasil por las licencias no automáticas impuestas por el gobierno a productos brasileños, medida respondida por la administración de Lula con la detención de camiones con productos argentinos en la frontera. Cristina Kirchner dijo ayer que el proteccionismo no era sólo una cuestión de aduanas y de aranceles, porque había países que gracias a su volumen podían tener una política de subsidios o de zonas libres de impuestos que también lo eran. “Entonces, cuando hablemos de proteccionismo, hablemos de proteccionismo en todas sus variantes”, lanzó.

Fuentes brasileñas aseguraban que la referencia no le había causado ninguna gracia a Lula. Sin embargo, no hizo ni un gesto. De última, otra señal de que el bloque aún debe empeñarse y trabajar a fondo para encontrarles la solución a algunos de sus muchos problemas.

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El saludo de los participantes de la Cumbre del Mercosur en Montevideo en la última jornada de deliberaciones.
Imagen: AFP
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