EL PAíS › EL OFICIALISMO REUNIó QUóRUM EN EL SENADO Y APROBó EL ASCENSO DEL GENERAL CéSAR MILANI

Una victoria para despedir el 2010

Se aprobaron los pliegos de más de 300 militares, entre ellos el del jefe de Inteligencia del Ejército. En contra de que lo ascendieran, la oposición apostó al fracaso de la sesión, pero el kirchnerismo reunió a los senadores suficientes para debatir.

 Por Sebastian Abrevaya

El oficialismo consiguió ayer aprobar los pliegos de ascenso de más de 300 militares que la oposición había forzado a postergar durante la sesión del miércoles pasado. Obligado a conseguir el quórum ante la ausencia de toda la oposición, el Frente para la Victoria consiguió juntar los 37 senadores gracias a la presencia del ex presidente Carlos Menem y del senador porteño Samuel Cabanchik, quien asumió por la lista de Elisa Carrió pero abandonó al poco tiempo la Coalición Cívica para formar su propio partido. Una vez iniciada la sesión y luego de un par de horas de debate, el pliego del jefe de Inteligencia del Ejército, César Milani, resistido por el disuelto Grupo A, se aprobó con 36 votos a favor, uno en contra y cuatro abstenciones.

La sesión, convocada para las 14, tardó casi una hora en arrancar. A los 20 minutos, el presidente de la bancada oficialista, Miguel Pichetto, le pedía una primera prórroga de 15 minutos al titular del Senado, Julio Cobos. El tablero marcaba 31 senadores sentados, cinco menos que los necesarios. El oficialismo ya había logrado convocar a seis senadores que no le responden directamente: la santafesina Roxana Latorre, la rionegrina María José Bongiorno, los aliados de Tierra del Fuego Rosa Díaz y José Martínez, el neuquino Horacio Lores y el riojano Menem, ausente en casi todas las votaciones del año.

Con ese panorama y por más que faltaban cinco legisladores del bloque oficialista, reinaba en el kirchnerismo un clima de inestable optimismo. Ya habían tomado asiento 34 senadores cuando el sanjuanino César Gioja entró retrasado por su vuelo. La misionera Elida Vigo había pasado por su casa para cambiarse, por lo que llegó casi corriendo tras estancarse en un embotellamiento a pocas cuadras del palacio legislativo. El único ausente del FpV fue el mendocino Rolando Bermejo, de viaje por Miami.

La ausencia de Bermejo implicaba la necesidad de sumar a un legislador del ya disuelto Grupo A. Ese fue el momento de mayor tensión, a un senador del quórum, con Cabanchik fuera del recinto, presionado por la oposición para que no se sentara. La conducción del bloque K manifestaba su fastidio hasta que Cabanchik entró al hemiciclo, se acercó a la banca de Nicolás Fernández y ambos salieron juntos a conversar en el Salón Rosa.

En esa charla, Cabanchik insistió en separar el pliego de Milani, lo que fue descartado de plano por el oficialismo. La orden era no dejar de lado al número dos del Ejército, lo que hubiera significado un duro golpe político. “Todos o ninguno”, replicaban en el FpV.

“Tenemos que actuar con seriedad. Hubo senadores que estuvieron sentados y se fueron. Este es un tema de responsabilidad institucional”, comenzó Pichetto, en clara alusión a Cabanchik, todavía en el salón contiguo. “Es una actitud destructiva. Si no quieren votar a Milani, voten en contra”, continuó Pichetto cuando el legislador opositor se encaminó a su banca.

Aplauso de por medio, a las tres de la tarde se inició la sesión e ingresó un puñado de opositores: la peronista disidente Sonia Escudero y los radicales Gerardo Morales, Eugenio Artaza y Arturo Vera. María Eugenia Estenssoro, de la CC, estaba en el Congreso pero nunca fue al recinto.

El neuquino Lores pidió la palabra y les echó en cara a los radicales y a Escudero que utilizaran la estrategia de retacear el quórum cuando ellos mismos a principio de año habían pedido que se emitiera una solicitada por los diarios para citar a senadores ausentes en las sesiones, bajo amenaza de utilizar la fuerza pública.

Más allá de esa discusión, la controversia giró, centralmente, en torno del pliego de Milani, acusado por la oposición de participar en el levantamiento carapintada de 1983. Otros dos pliegos cuestionados, de Jesús Guasti y Alejandro Sánchez, fueron postergados hasta marzo.

“Milani es la consagración de la politización del Ejército que no podemos permitir. Expresa la destrucción de la meritocracia interna y desprecia la idoneidad de una fuerza que tiene que ser profesional”, disparó Morales durante el debate, quien le recriminó al jefe de Inteligencia aparecer en una foto durante el alzamiento liderado por Aldo Rico contra Raúl Alfonsín. “Dicen que estaba haciendo actitud de contrainteligencia. Yo quisiera ver las órdenes de contrainteligencia. Si fue o no carapintada es un tema esencial para su ascenso”, insistió el jujeño al reiterar que el pliego se postergue hasta marzo. Cabanchik, aportó, entre otros datos, que Milani formó parte de Batallón 601 del Ejército en 1979.

El presidente de la Comisión de Acuerdos, Marcelo Guinle, defendió la situación del general. “No tiene ningún cuestionamiento en su legajo, ni procesamiento alguno, de la Secretaría de Derechos Humanos o del CELS. Aquella foto se justifica con lo que dijo la ministra Garré”, sostuvo Guinle, quien les preguntó a los opositores “¿qué cambió del 2001 y el 2007?”, cuando sus ascensos fueron aprobados.

La peronista disidente Escudero canalizó los reclamos de militares supuestamente marginados de los ascensos “por portación de apellido. “Tenemos que dejar de lado el pasado. Esta situación de venganza intergeneracional no nos está conduciendo al nuevo rol de las Fuerzas Armadas”, remató.

A la hora de la votación hubo un último intento opositor por arrebatarle la victoria al oficialismo. Los senadores opositores pidieron que se votara por separado el pliego de Milani y buscaron que Cabanchik se sumara a la jugada de abstenerse, descontando esos votos del quórum y haciendo caer la votación. En sintonía con su posición de habilitar el inicio de la sesión, Cabanchik rechazó la intentona, aunque votó en contra del pliego de Milani. Así, con 36 votos a favor, cuatro abstenciones y un voto en contra, el oficialismo cerró victorioso el año parlamentario.

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El pliego del general César Milani se aprobó con 36 votos a favor, uno en contra y cuatro abstenciones.
Imagen: DyN
 
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