Pese a la intimación que había recibido desde el Ministerio de Trabajo, la Unión Ferroviaria cumplió con el paro de trenes que convocó desde la 0 hasta las 12 de ayer para reclamar la excarcelación de José Pedraza y el resto de los dirigentes del gremio. El secretario de Relaciones Institucionales de la Unión Ferroviaria, Mario Rodríguez, señaló que no fue “un apriete” a la Justicia, sino que obedeció a que el sindicato se siente “acorralado”. El secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, criticó la medida que, calculó, afectó a 400 mil usuarios y “no tiene nada que ver con la historia del movimiento obrero en la Argentina”.

El Gobierno intentó hasta último minuto que la medida de fuerza que el sindicato lanzó como respuesta a la decisión de la jueza Wilma López, de mantener detenido a Pedraza en la causa en la que se investiga el asesinato del militante Mariano Ferreyra, se levantara. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, recordó que estaba dictada la conciliación obligatoria y advirtió que el gremio corría el riesgo de perder su personería en caso de que desoyera la advertencia. No hubo caso.

“Estamos ejerciendo nuestra medida de fuerza en el marco de solidaridad para nuestros compañeros detenidos. No estamos en contra de la Justicia, pero el gremio se siente acorralado debido a que no se está midiendo todo con la misma vara”, indicó el portavoz Rodríguez, ayer, cuando la medida se encontraba en marcha. El paro afectó a casi todas las líneas, a excepción de la Sarmiento, que consiguió garantizar el servicio.

El gremialista, sin embargo, no sólo evaluó que la medida no era una presión para la Justicia, sino que las presiones a los jueces venían de otros lados. “Nosotros venimos acompañando en estos últimos seis meses desde que se inició el proceso judicial después del fallecimiento de Ferreyra. Nos pusimos a disposición de la Justicia, lamentablemente, nosotros entendemos que la jueza y la Justicia nunca pudieron trabajar tranquilas, desarrollar sus facultades, ya que permanentemente fueron presionadas por diferentes partidos políticos de izquierda”, agregó.

Como respuesta a la huelga, el Gobierno dispuso un servicio especial de micros desde Ezeiza, Temperley, Quilmes y dos cabeceras en La Plata hacia la Capital Federal. No obstante, admitían, los contratiempos para los usuarios de la mañana habían sido importantes.

“Los ferrocarriles llevan a diario, en el área metropolitana, a más de 1,2 millón de personas, de las cuales 700 mil viajan en el horario de mañana y, salvo el Sarmiento, que es un corredor muy importante, que traslada a más de 200 mil personas, estamos hablando de más de 400 mil argentinos que han sido afectados por este paro”, evaluó ayer Schiavi en una conferencia de prensa.

El funcionario fue muy crítico con los motivos de la convocatoria, de la que resulta difícil encontrar algún antecedente. “Esto no tiene nada que ver con un tema laboral, con un tema reivindicativo, ni con lo que es la historia de lucha del movimiento obrero”, soltó.