EL PAíS › ARIEL SCHIFRIN, SECRETARIO DE DESCENTRALIZACIÓN

“No hay muchas diferencias entre Macri y Barrionuevo”

Tiene vocación de ser candidato a diputado porteño y desde ese lugar quiere ayudar a formar un espacio progresista nacional. El peligro de que gane “un gerente” y la dimensión de Buenos Aires en la política nacional.

 Por Santiago Rodríguez

El secretario de Descentralización porteño, Ariel Schifrin, dice estar “afirmado en su vocación de ser candidato a diputado” y se propone desde ese lugar a hacer el intento de articular el espacio progresista detrás de la candidatura de Aníbal Ibarra a la Jefatura de Gobierno. “Creo que se puede constituir una coalición suficientemente amplia para recomponer el espacio en la ciudad. No hace falta coincidir con todo lo que hizo el gobierno de Ibarra sino con un programa, y plantearse la profundización de un rumbo”, sostuvo Schifrin ante Página/12. Y agregó que “puede haber una mirada crítica, pero la posibilidad de derrotar a Mauricio Macri llama incluso a tomar posiciones racionales a sectores con los que no hemos podido coincidir en varios aspectos de la política pública”. Del empresario dijo, además, que “es lo peor que les puede pasar a los porteños” y lo comparó con Luis Barrionuevo.
–¿Su candidatura como diputado nacional ya está definida?
–Es importante que podamos plantear un camino inverso al de otras candidaturas. Normalmente se busca primero a alguien reconocido que no articula el espacio político que representa. En este caso actuamos por un camino inverso y por eso mismo estoy muy afirmado en mi vocación de ser candidato y encabezar la lista; nos planteamos cambiar la lógica, que un conjunto de personalidades nuevas o viejas del campo político o social, de las empresas recuperadas, vinculadas a los derechos humanos, den legitimidad a una lista y que sumemos la idea del nosotros.
–¿Cuál es su idea de ese nosotros? ¿Quiénes deberían integrarlo?
–Hace falta pensar en votar a Ibarra desde un lugar de reconstrucción de un proyecto nacional que quedó trunco. La constitución de la Alianza frustró una alternativa al viejo bipartidismo que iba creciendo desde el Congreso y teniendo perspectivas de ganar en aquella época en Buenos Aires, en Rosario y en otras intendencias. Hay que reconstituir un espacio nacional que no sólo apoye al gobierno de la ciudad, sino también a Hermes Binner en Santa Fe y que vaya pensando desde la recomposición de un espacio de diputados y senadores en un proyecto nacional, popular y progresista de poder para el 2007; que no sea un apéndice del bipartidismo, como fue la Alianza y como algunos compañeros –creo equivocados– lo plantean hoy con el PJ.
–Concretamente, ¿qué sectores deberían confluir en la lista?
–Debe ser una lista política y social, que tiene que expresar que estamos en una transición. Hay que construir un nuevo movimiento alternativo. Tiene que haber sectores del centroizquierda, el socialismo, el ARI, la CTA, dirigentes del peronismo como Juliana Marino, Carlos Campolongo, Eduardo Luis Duhalde y Dante Gullo y sectores sociales que han emergido y hoy tienen peso; hay dirigentes en algunos barrios que conducen a 700 u 800 personas. Hay también sectores radicales muy dignos, como el de Daniel Bravo, y personalidades como Alicia Oliveira.
–¿Ya habló con algunos de los sectores que menciona?
–Sí, hablo con todo el mundo. Por supuesto que esto tiene que madurar y, además, hay distintas alternativas para apoyar a Ibarra contra la derecha tanto para el Frente Grande como para el ARI y el socialismo.
–¿Qué alternativas?
–Podemos llegar a construir una sola propuesta y tener una confluencia en una lista de sectores progresistas que apoyen a Ibarra. Pero podemos tener también una misma base programática, con un fuerte apoyo a Ibarra y a un vicejefe que exprese la decisión de profundizar este rumbo, y que cada uno preserve su identidad; que el socialismo vote a Ibarra desde su identidad, que el ARI lo haga desde la suya y que el Frente Grande y distintos sectores sociales constituyamos otra forma de apoyar a Ibarra.
–¿Qué le hace suponer que los sectores que usted menciona, que ya estuvieron juntos y se dividieron, vayan a unirse detrás de Ibarra?
–Lo que ha sucedido es que el Frepaso, luego del fracaso de la Alianza, se fragmentó; es un proceso natural después de semejante frustración. Enla ciudad, más allá de la formalidad partidaria, logramos mantener una unidad de criterio y reconocer todos que era un gobierno progresista, aún con críticas y diferencias. El gran mérito de este gobierno es que dentro de una enorme fragmentación mantuvo una unidad con estos sectores que implican contenidos. Todos estos sectores acompañan la gestión de (Daniel) Filmus en Educación, ninguno cuestiona la gestión de (Roberto) Feletti en el Banco Ciudad ni mi gestión desarrollando el presupuesto participativo; todos acompañan a (Eduardo) Hecker en la recuperación de empresas..., nunca el progresismo estuvo gestionando junto como en este caso.
–Sin embargo, no todos acompañan al gobierno. El mismo Ibarra dice siempre que el espacio está divido.
–El punto es que la política siempre es nacional y el espacio está dividido porque no pudo constituir una propuesta común transformadora a nivel nacional, como quisimos cuando propusimos la renovación total de mandatos con Ibarra, Lilita Carrió y Néstor Kirchner. De todos modos, creo que se puede constituir una coalición suficientemente amplia para recomponer el espacio en la ciudad. No hace falta coincidir con todo lo que hizo el gobierno de Ibarra sino con un programa, y plantearse la profundización de un rumbo. Puede haber una mirada crítica pero la posibilidad de derrotar a Macri llama, incluso, a tomar posiciones racionales a sectores con los que no hemos podido coincidir en varios aspectos de la política pública.
–¿Qué se propone hacer en la Cámara de Diputados por ese espacio del que habla y por la ciudad?
–Por este espacio, hay que reconstituir un poderoso bloque de 40 o 50 diputados que hoy tiende a tener mucha dispersión, hay que empezar a trabajar con una definición estratégica, a acompañar a Ibarra, a Binner y a los intendentes progresistas nacionales y populares que haya en el país. Por la ciudad, hay que ir a pelear por una lógica tributaria que esté en consonancia con la ciudad, por la recuperación de los espacios y los bienes patrimoniales de la ciudad, que es un polo de desarrollo económico fenomenal para la Argentina; hay que ir a pelear también por la plena autonomía de la ciudad. Hay una serie de tareas pendientes que en la medida en que tengamos una fuerza política con proyecto nacional vamos a tener más potencia para abordarlos. No se puede plantear eso desde un diputado suelto que presenta un proyecto, sino que hay que volver a construir un bloque poderoso que ayude a sostener las posiciones que van ganando las fuerzas del cambio, como sucedió en otros países.
–¿La indefinición de Ibarra en términos nacionales no complica la posibilidad de articular el espacio progresista en la ciudad?
–No. En la ciudad el dilema es evidente: lo público y lo privado. Está Macri, que es el representante de lo privado; hay veinte años de una democracia que se fue degradando porque estos sectores concentrados de la economía, que se enriquecieron a costa del Estado, fueron comprando a los dirigentes políticos. Ahora vienen por Buenos Aires, donde las joyas de la abuela fueron defendidas en el último proceso; esas joyas son la educación pública, el acceso gratuito de todos a los hospitales de la ciudad, la presencia del Estado para defender a los ciudadanos, el derecho de los ciudadanos a organizarse, manifestarse y agruparse de manera solidaria como lo hacen en los barrios. En la ciudad sí está en discusión la política y un proyecto de país. A nivel nacional, lamentablemente no está hoy tan en discusión un proyecto de país porque no se han podido constituir fuerzas que puedan expresar claramente eso. Macri es lo peor que les puede pasar a los porteños.
–¿Por qué?
–Porque tiene la lógica de los gerentes de pensar básicamente en sus negocios; no tiene la cabeza formada para otra cosa. No hay muchas diferencias entre Macri y (Luis) Barrionuevo: ambos son presidentes de un club de fútbol y han crecido de la mano de un modelo estructural de negocios vinculados a la política; tienen la misma prepotencia y la mismaconcepción de lo público como un terreno donde hay un botín pendiente de apropiación.
–¿Ibarra es lo mejor frente a eso?
–En la peor crisis institucional, económica y social se mantuvo al frente de un gobierno en el epicentro de la dinámica urbana más fenomenal de los últimos años, tuvo respuestas rápidas ante la emergencia, tuvo algunas áreas de gestión que antes mencionaba y es el único candidato que compite con Macri. La respuesta es sí.
–¿No teme que las calles rotas pesen más que eso entre los porteños?
–Vale la pena plantear un debate en otro nivel. Hemos priorizado la ayuda a los necesitados por sobre algún bache o alguna vereda y creo que la gente lo va a entender. Está claro que no proponemos seguir en la emergencia, sino retomar un rumbo estratégico alternativo al modelo.

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