El canciller Héctor Timerman abrazó a Jean Michel Bouvier en la puerta del hotel George V. El hombre, padre de una de las turistas asesinadas en Salta, se subió a una camioneta gris que lo esperaba, sin hacer declaraciones. Acababa de reunirse con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante media hora. “Fue un encuentro muy cálido. El agradeció por la actuación de la Justicia y dijo que iba a viajar a Buenos Aires cuando se hiciera el juicio”, definió el subsecretario de Medios, Alfredo Scoccimarro. El encuentro con la familia de Ca-ssandre Bouvier, una de las dos estudiantes asesinadas en la Quebrada de San Lorenzo, fue la primera actividad de la Presidenta en Francia, adonde llegó ayer y se quedará hasta mañana.

Mientras anochecía en París, Bouvier, de saco gris, anteojos, pelo y barba cana y de mediana edad, entró caminando al hotel junto a su hija Aliénor Bouvier, hermana de Cassandre. Ambos estuvieron durante un poco más de media hora con CFK; el embajador argentino en Francia, Aldo Ferrer; el canciller Timerman y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. El encuentro se llevó a cabo en un salón del subsuelo del hotel. “Le agradeció por cómo había actuado la Justicia y le dijo que quería estar en Argentina cuando se realizara el juicio. Dijo que esto pudo haber pasado en cualquier lugar del mundo, incluso en Francia”, apuntó Sco- ccimarro al término de la reunión. También contó que la hermana de Cassandre recordó que a la joven asesinada en Salta le encantaba América latina y que le hubiese gustado vivir en la Argentina.

La familia Bouvier, según revelaron funcionarios del gobierno argentino, estaba al tanto de las novedades de la investigación que se conocieron ayer y que indican que dos de los acusados violaron a Cassandre y uno de ellos a su compañera Houria Moummi. Scoccimarro informó que el encuentro se gestó a pedido de la familia Bouvier, quienes manifestaron su deseo de ver a la Presidenta al enterarse de que ella estaría a París. “Ella accedió de inmediato”, agregó. La familia de las jóvenes asesinadas en Salta –comentaban los periodistas franceses y corresponsales extranjeros que estaban cubriendo el hecho– es de muy bajo perfil y nunca han querido tener contacto con la prensa. Cuando estuvieron en la Argentina, de hecho, desde el gobierno de Salta se pidió prudencia a los medios porque los padres de las estudiantes francesas deseaban que se respetara su intimidad.

La investigación sobre las jóvenes asesinadas en la Quebrada de San Lorenzo también podría estar presente en la reunión que CFK mantendrá mañana con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. Durante la reunión de ayer, la Presidenta recordó que él la había llamado para interiorizarse sobre la causa judicial y también para agradecerle por los avances del caso.

Media tarde en París

La Presidenta llegó al hotel a las tres de la tarde. Bajó de un Peugeot azul con la bandera argentina. De pantalón, zapatos, tapado de cuero y anteojos negros, primero saludó a su secretaria y al canciller. Luego cruzó unas palabras con el legislador Juan Cabandié: “¿Qué hacés, Juancito, cuándo llegaste?”. Y finalmente sonrió a los periodistas que esperaban tras un cordón que habían colocado la seguridad presidencial y la del hotel.

El George V, de la cadena Four Seasons, es uno de los más importantes hoteles de la capital francesa y algunos empleados no estaban muy contentos con el pequeño revuelo que había causado la presencia de la presidenta argentina, cámaras fotográficas y de televisión incluidas. Es que la quietud del lobby señorial –pisos de mármol, una araña gigante de caireles y jarrones enormes llenos de flores blanquísimas que eran constantemente cambiadas– se fue alterando desde la mañana. Miembros de ceremonial y periodistas esperaban y aprovechaban para admirar también el patio donde hay una fuente formada por una pared de agua y una especie de glorieta minimalista de orquídeas violetas colgantes.

Junto con su madre llegó Florencia Kirchner. Zannini viajó con ellas desde Buenos Aires, pero se fue directo a su hotel y volvió luego para la entrevista con los Bouvier. El resto de la comitiva se completaba con (además del canciller y el subsecretario de Medios) el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora; el senador Daniel Filmus, el ministro de Turismo, Enrique Meyer, y el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.

Por la noche, pasaron por el hotel donde se aloja la comitiva presidencial Horacio Pietragalla y Pedro Nadal, dos de los nietos que recuperaron su identidad que viajaron para participar de la ceremonia de entrega del Premio de Fomento de la Paz que la Unesco otorgó a las Abuelas de Plaza de Mayo. Para hoy está previsto que llegue a París la presidenta de ese organismo de derechos humanos, Estela Carlotto, y otros nietos que fueron apropiados y encontrados (Manuel Goncalves, Leonardo Fossati, Francisco Madariaga, María José Lavalle Lemos y Victoria Montenegro), que participarán del acto de mañana. También estarán las Abuelas Rosa Roisinblit, Buscarita Roa y Elsa Oesterheld, viuda del autor de El Eternauta, a quien acompañará su nieto Fernando Araldi Oesterheld, que busca a un hermano. El diputado Ariel Basteiro es otro de los que llegará hoy a París, donde la actividad central del día será la presentación en la embajada argentina de la muestra París-Dakar y el anuncio de un acuerdo para la realización en la localidad santiagueña de Termas de Río Hondo del Gran Premio Moto GP, la más alta categoría mundial en competición de motociclismo.

El miércoles, además de la entrega del premio de las Abuelas, la Presidenta se reunirá con Sarkozy. En el encuentro, que se realizará en el Palacio del Elíseo, es probable que se hable de la especulación alimentaria, el intercambio científico y los derechos humanos. El primero de estos temas fue abordado en el G-20, luego de un desacuerdo sobre la apertura y regulación de los mercados agrícolas. Francia y la Argentina coinciden ahora en la necesidad de eliminar la especulación financiera para evitar la volatilidad de los precios de los commodities. Pero la solución, para la Argentina, pasa por aumentar la productividad en base al desarrollo tecnológico e inversión en ciencia (ver página 13). Otro asunto que podría estar presente, ya que tanto Sarkozy como CFK fueron enfáticos en el punto en sus presentaciones en el G-20, es la necesidad de implementar medidas contra los paraísos fiscales para fijar controles al flujo de capitales especulativos. Los derechos humanos son también un lugar de contacto entre ambos países, que trabajaron juntos, por ejemplo, para impulsar la Convención Internacional contra la Desaparición Forzada de Personas.