ECONOMíA › FELISA MICELI DICE QUE HAY OTRAS OPCIONES ANTE UN EVENTUAL PROBLEMA DEL SECTOR EXTERNO

“No creo que Cristina decida endeudarse”

En diálogo con Página/12, la ex ministra de Economía propuso como variante profundizar la sustitución de importaciones, modificar las condiciones de remisión de utilidades de las multinacionales, cambiar el esquema de comercialización de granos y captar la renta minera.

 Por Javier Lewkowicz

“No creo que un próximo gobierno de Cristina decida endeudarse porque eso rompería con un paradigma de la economía kirchnerista. Si hubiera un problema en el sector externo, hay muchas variantes para resolverlo”, aseguró la ex ministra de Economía y actual directora del Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas (Cemop), Felisa Miceli. En diálogo con Página/12, propuso como variante profundizar la sustitución de importaciones, modificar las condiciones de remisión de utilidades por parte de las multinacionales, cambiar el esquema de comercialización de granos y captar la renta minera. El próximo jueves comienza un seminario organizado por el Cemop, instituto que depende de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, donde se discutirá una amplia agenda económica heterodoxa en temas nacionales y regionales.

–¿Qué ejes económicos se discutirán en el seminario?

–Pretendemos que se lleve adelante un análisis de la realidad económica argentina, regional e internacional desde una perspectiva heterodoxa. Para ello disertarán académicos de la región, pero también referentes de organizaciones sociales, actores de la economía real, pymes, cooperativas, mutuales y funcionarios, que se sentarán a debatir la aplicación de políticas públicas. Se va a trabajar fuertemente sobre la economía social y solidaria, tema para el cual vienen especialistas como José Luis Coraggio y Alberto Gandulfo. También habrá una mesa redonda sobre el papel de los bancos centrales, porque la independencia que les quiere otorgar la ortodoxia es para garantizar que esas políticas neoliberales se puedan llevar adelante. Nosotros queremos todo lo contrario. Por eso investigaremos las experiencias de Venezuela, Ecuador y Uruguay, y va a debatir la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. Queremos elevar una propuesta a la Unasur para que los bancos centrales de la región coordinen políticas macroeconómicas con los ministerios de Economía. En total ya hay más de 900 personas inscriptas al seminario, se presentaron 220 trabajos y 177 se expondrán.

–En encuentros anteriores se hizo mucho hincapié en la importancia de la creación del Banco del Sur. ¿Qué herramientas puntuales puede aportar una institución de esa magnitud?

–En el frente financiero, puede ser depositario de las reservas de los países de la región, en lugar de que estén en Europa. Desde el costado productivo podría financiar grandes proyectos de infraestructura, ferrocarriles, caminos o represas. También debe aportar para el desarrollo productivo, para la industrialización de materias primas. Podría, por ejemplo, financiar el desarrollo minero, ya que la Argentina no tiene una empresa minera, y el avance en el sector sólo lo hacen las empresas extranjeras. De eso queda muy poco en la Argentina. ¿Cuál es el beneficio de que el oro se vaya del país para que lo usufructúen en Canadá, cuando ese mineral tiene un efecto de reserva enorme ante tanta crisis? Si no podemos sacarlo los argentinos para que esté en el Banco Central o en el Tesoro, que quede en la montaña para generaciones futuras.

–Pero en el caso de la minería parece más un problema de falta de decisión política que de financiamiento.

–Creo que todavía no se abordó el tema completamente, aunque se ha mejorado la relación de muchas provincias con la minería, exigiendo que las empresas dejen mayores fondos. Es un tema que se debe encarar, como muchos otros que están pendientes y los vamos a plasmar en el seminario. Es un tema fundamental hacer una reforma financiera y una impositiva. Y en especial modificar la Ley de inversiones extranjeras, algo de lo que nadie habla. Tampoco se menciona la vigencia de los tratados bilaterales de inversión y del Ciadi.

–¿Qué trabas impone la ley actual de inversiones extranjeras?

–La ley, en apariencia, otorga igualdad de condiciones a las empresas extranjeras y las nacionales. Pero en realidad es discriminatoria para el capital local, que tiene muchas menos posibilidades por menor poder de mercado. También está todo el tema de la remisión de utilidades. ¿No es momento de proponer que las utilidades sean parte de la inversión que necesitamos? No la totalidad, una parte, pero hoy son de libre disponibilidad e incluso a veces se generan problemas en el sector externo.

–Economistas del establishment dirían que eso es “antimercado”, que alimenta la fuga de capitales. Proponen, en general, volver a colocar deuda.

–Es que no saben de la economía práctica, no saben cómo se administra y gestiona la vida económica de un país. Si se empeora la fuga es porque hay menos seguridad jurídica. Pero los países que más inversión extranjera atraen tienen un montón de restricciones y ordenamientos, caso China. Lo que dicen no es empíricamente comprobable. Se trata de esas afirmaciones altisonantes que luego no se constatan en la realidad. No creo que este gobierno decida endeudarse, porque rompería con uno de los paradigmas constitutivos de la economía kirchnerista, que es la política de desendeudamiento. Hay variantes, como promover la sustitución de importaciones, modificar cuestiones del mercado financiero y de la comercialización de los granos, donde entre cooperativas y el Estado se podría crear una empresa mixta que sea testigo en el mercado. Hay muchas salidas inteligentes sin tener que caer en las recetas ortodoxas.

–¿Considera que el esquema de subsidios debe modificarse?

–Creo que el tema de los subsidios es una de las cartas que tiene el Gobierno para mantener el superávit fiscal. Es decir, hay mucho margen para ir mejorando el perfil de los subsidios y bajando el peso que tiene esa masa de recursos en el presupuesto. Lo veo más sencillo ahora que hace algunos años. Hay sectores de la Ciudad de Buenos Aires que están en condiciones de pagar las tarifas de mercado, aunque por supuesto de forma progresiva, lo mismo con el transporte. No de forma abrupta, pero se puede ir mejorando el perfil gradualmente.

–¿Es una señal de alarma el ritmo de la inflación y los salarios respecto del tipo de cambio?

–Todavía hay un margen de competitividad. Quizás en sectores puntuales se pueden presentar algunos problemas, mejorables con facilidades para inversión o reintegros para las exportaciones. De todas formas, no existe plan económico que no tenga una señal amarilla. Lo peor que puede pasar es enamorarse del instrumento. Uno de los grandes problemas de la convertibilidad fue que era un instrumento que se volvió un fin. Pero creo que hay sabiduría en este gobierno como para darse cuenta de cuándo hay que cambiar las cosas. Me parece que en adelante hay que meterle mucho a la sintonía fina.

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“Hay mucho margen para ir mejorando el perfil de los subsidios y bajar el peso que tiene”, dijo Miceli.
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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