EL PAíS › ATACARON A BALAZOS LA SEDE DE LA ENTIDAD EN LA PROVINCIA

Atentado contra las Madres en Neuquén

Desde Neuquén

“Queremos decirles que si buscan que nosotras dejemos la lucha pueden esperar sentados porque parados se van a cansar. ¡No les tenemos miedo!”, dijo enfáticamente la madre de Plaza de Mayo neuquina Inés Ragni durante el acto de apoyo a esa entidad que ayer se desarrolló en la puerta de su casa, baleada el pasado lunes a la madrugada. El ataque se produjo la misma semana que en Neuquén comenzó un nuevo juicio a militares y policías represores que actuaron en el centro clandestino de detención “La Escuelita” de Neuquén y en comisarías y otros centros que desde 1976 funcionaron en la rionegrina Cipolletti. El atentado al lugar donde también funciona desde hace dos años la Casa de las Madres neuquina provocó una reacción de repudio de amplios sectores políticos, sindicales y estudiantiles.

“Nos pueden tirar todos los tiros que quieran en la puerta que vamos a seguir saliendo a la calle y vamos a ir a todas partes como lo hemos hecho hasta ahora desde hace más de 36 años”, dijo Ragni, quien tampoco dudó en afirmar que “sabemos que son ellos, que están escondidos y esperando para dar el zarpazo. Pero no los tenemos que dejar avanzar”.

“No les tenemos miedo... ¿treinta y cinco años en la calle y les vamos a tener miedo ahora?”, se preguntó Ragni, contestándose ella misma, en medio de los aplausos de la gente y los medios que acudieron a la conferencia de prensa, con una contundente respuesta: “¡Ni un paso atrás!”.

Fue Dolores Rigoni, otra de las madres históricas de Neuquén, conocida como Lolín, quien expresó: “Estos actos tienen una contradicción: nos reúne el horror y la agresión brutal de estos genocidas asesinos pero también nos junta con los que queremos y nos acompañan. Con este pueblo que como dice el canto ‘lucha y pelea. No quiere el olvido ni la impunidad’”. Fue ella quien agradeció “llamados solidarios y de apoyo de muchas partes del país” y también recordó la figura entrañable del ex obispo Jaime Francisco De Nevares. “Don Jaime nos está haciendo un guiño desde el cielo, diciéndonos ‘adelante Madres. No aflojen’”, dijo, emocionada, Ragni.

Al mismo tiempo que se realizaba el acto de apoyo frente a la Casa baleada de las Madres neuquinas, en la sala principal del Tribunal Oral Federal de Neuquén culminaba la tercera jornada de audiencias del juicio conocido como “La Escuelita II”. Lo más trascendente fue el rechazo del Tribunal al pedido de los abogados defensores de realizar “pericias médicas para los sobrevivientes que hubieran padecido picana eléctrica”. Su insistencia fue que “la prueba (de los declarantes) está incompleta” ya que, según ellos, “faltan informes médicos y certificados médicos de los testigos Orlando Balbo, Virginia Rita Recchia, Raúl Sotto, Raúl Radonich, Ernesto Joubert, Rubén Ríos, Clorinda Barreto, María Botinelli, Juan Isitro López, Pedro Justo Rodríguez, Hugo Inostroza Arroyo y Roberto Liberatore”. A todas estas cuestiones preliminares, el tribunal las desestimó informando que “los análisis médicos fueron solicitados y están siendo incorporados al expediente”. Al mismo tiempo, el jefe del Batallón Primero, Enrique Braulio Olea, se negó a declarar y otros siete acusados, entre los que estaba Raúl Guglielminetti, también. La próxima audiencia será el miércoles 11 de abril.

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