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Menem prepara su cierre en River con recital y fuegos artificiales

Los operadores del ex presidente dicen temer provocaciones del Gobierno y han montado un operativo para prevenirlo. Cómo será el acto. Qué dirá Menem. Cuánta gente confían en llevar.

 Por Diego Schurman

Una rara mezcla de entusiasmo y preocupación dominó la víspera del cierre de campaña que Carlos Menem realizará esta noche en el estadio de River. Por un lado hubo euforia por los números de las encuestas que dan puesto al ex presidente en el ballottage. Pero, simultáneamente, se encendieron señales de alerta ante la posibilidad de disturbios antes y durante el acto en el Monumental.
La euforia quedó expresada en prácticamente toda la tropa menemista. Pero podría sintetizarse en la que expresó Antonio Riccilo, organizador del acto de hoy, quien prometió “copar River con 110 mil personas”. Aun contabilizando el césped, la cifra supera la verdadera capacidad del estadio.
Más allá de la exageración, el menemismo ha sido generoso en el alquiler de micros, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, para garantizar la presencia masiva en su cierre de campaña. De todos modos, el acto más que una estrategia destinada a sumar nuevos votantes será una demostración de fuerza direccionada a la propia interna del PJ, donde se volverá inevitable la comparación con el River que Néstor Kirchner hizo a principios de mes.
El propio menemismo instaló la sospecha de que la interna Menem-Duhalde se apoderará de la jornada. Concretamente temen que infiltrados afecten el desarrollo del acto. Y aún más, imaginan a los piqueteros cortando los accesos a la Capital para dificultar que los micros alquilados para el acto lleguen a destino.
“¿Quién le paga los planes Jefas y Jefes de Hogar a D’Elía y compañía?”, preguntó retóricamente un conspicuo menemista que ayer acompañaba al ex presidente en La Rioja.
Por eso el dispositivo de seguridad encarado por los hombres de Menem contemplará a 4 mil hombres –amén de los efectivos de la Policía Federal- y será, según los propios organizadores, “de relojería”. En buen romance, cada micro tendrá una suerte de “inspector” que controlará la gente “llevada”. Y cada “jefe distrital” que maneja a los distintos “inspectores” tendrá asignado un lugar específico en la cancha.
Así, por ejemplo, la provincia de Santa Fe tendrá la platea Belgrano Alta, el noroeste argentino la platea Centenario, y parte de la tribuna Almirante Brown la ocupará el sindicalismo del Movimiento Obrero con Propuesta.
Los bonaerenses también tendrán un lugar privilegiado. Alberto Pierri prometió llevar varios matanceros a pesar de su vieja inquina con Alberto Kohan, el hombre fuerte de la campaña y a quien responde Riccilo, el organizador del evento.
El estadio abrirá sus puertas a las 15 horas. Pero el “espectáculo” arrancará alrededor de las 19 horas con un maratón de recitales. El listado, según informaron los organizadores, incluye a Horacio Guarany, Los Cuatro de Salta, Cuti Carabajal y Los Zarzas. Estos últimos se hicieron conocidos por el hit de campaña menemista “que vuelva Carlos”.
Para contagiar el entusiasmo, se apelará a un sistema de sonido similar al de los grandes recitales de rock. En boca de los menemistas, “será el mismo que utilizó Shakira”.
A las 21, previo a los discursos de Romero y Menem, respectivamente, el cantor de tangos Hugo Marcel interpretará el himno nacional. Nadie se animó a adelantar los ejes de la arenga del ex presidente –que se analizaba la posibilidad que fuera realizada con la ayuda de un telepromter–, pero se daba por hecho que no escapará a los que predominaron en sus últimos actos: seguridad (o sea, sacar las Fuerzas Armadas a la calle) y pobreza (hará un interesado parangón entre los índices actuales y los del ‘90).
Sin embargo, es muy probable que haga alguna alusión a sus competidores y en especial al crecimiento de Ricardo López Murphy, lo que echaría porla borda las versiones de sus laderos de que se trata de un invento del Gobierno y pasaría a convertirse en una preocupación real.
“Si lo menciona lo va a emparentar con la ineficacia radical”, contó a este diario uno de sus asesores de discurso.
Al binomio del Frente por la Lealtad le quedará enorme el escenario de 70 metros –con dos pantallas gigantes a los costados– que se apostará de espaldas a la platea San Martín. Es que estarán solos frente a un atril y un fondo celeste y blanco con los escudos de todas las provincias del país. El resto de la dirigencia –gobernadores, intendentes, jefes distritales– acompañará desde un sector VIP, al costado del escenario. Todos se preguntaban si por allí se aparecerá Luis Barrionuevo, el gestor del acto de cierre de campaña de Menem de 1989, que precisamente se hizo en el Monumental de Núñez. En lo que no hay duda es en un final a todo trapo, con fuegos artificiales incluidos.

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Menem y Romero están decididos a superar la concurrencia que tuvo el acto de Kirchner en River.
 
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