EL PAíS › DIVIDIDO ENTRE KIRCHNER Y CARRIO, EL VOTO PROGRESISTA AUN BUSCA SU LUGAR EN EL MUNDO

El espacio de centroizquierda en 15 claves

Algunos quisieron instalar a Kirchner en el ballottage. Otros, ahuyentar la posibilidad de que la aritmética sirviera para consolidar a López Murphy. Y muchos convirtieron a Elisa Carrió en la principal figura de una tercera fuerza nacional pareja, con gran peso en Santa Fe, la Capital y la provincia de Buenos Aires. Aquí un análisis del centroizquierda.

 Por Martín Granovsky

Como el mozo de la vieja Polémica en el bar, antes de hablar habría que decir unas palabras. Definición provisoria sobre qué es el centroizquierda: gente que quiere un reparto más igualitario del ingreso, un Estado activo y controlador más que liberalismo o estatización total, Mercosur y Brasil más que Alca y Estados Unidos, reforma más que revolución, más pyme que gran empresa y más banca pública o cooperativa que banca extranjera.

1 El centroizquierda votó dividido.
El voto se repartió entre Elisa Carrió y Néstor Kirchner, con un pequeño aporte de Alfredo Bravo y otro también pequeño de Leopoldo Moreau, aunque en este último caso es difícil saber cuánto hubo de voto de centroizquierda y cuánto de fidelidad extrema, de Titanic, a una estructura que a nivel nacional se hundía.

2 El peso del centroizquierda hará que el 18 de mayo no se vote una interna abierta del peronismo.
Menem y Kirchner son peronistas, pero incluso en su generalidad de propuestas los dos diseñaron un escenario con componentes ideológicos. En buena medida el ballottage plebiscitará el modelo neoliberal y la mano dura en cuestiones de seguridad. En ese sentido, durante la campaña Kirchner podría usar la necesidad de atraer al centroizquierda para diluir la actitud más dura o mafiosa (depende del caso) de algunos caciques peronistas del conurbano. Si ese compromiso se traduce luego en políticas concretas es algo que se verá en el futuro, siempre, claro, que Menem pierda.

3 No habrá coalición política para la segunda vuelta.
Salvo que las cosas cambien en los próximos días, los candidatos están evitando una salida a la brasileña, donde los dos que quedaron fuera del ballottage, Anthony Garotinho y Ciro Gomes, prometieron su apoyo a Lula a cambio de cargos, ministerios y áreas de responsabilidad. El arco de alianzas se amplió inclusive hasta caudillos estaduales. La diferencia (entre otras diferencias) es que el Partido de los Trabajadores era una estructura nacional nítida y Kirchner es parte de una fuerza que concurrió fragmentada a las elecciones.

4 Si Kirchner aglutina en segunda vuelta todos los votos del centroizquierda, la Argentina no será un país marciano en América del Sur.
Tanto Kirchner como Carrió dijeron con mucha fuerza en la campaña electoral que optarán por la coordinación política con Brasil. Es una buena noticia para Luiz Inacio Lula da Silva, cuyos funcionarios temían un escenario de ballottage entre Menem y López Murphy por el discurso cerradamente pronorteamericano de ambos. Pero también es buena noticia para el chileno Ricardo Lagos, que solo en la imaginación de López Murphy podía ser su contraparte del otro lado de la cordillera, y para el Frente Amplio uruguayo, que afronta elecciones a fines del 2004 y se perjudicaría con el comienzo de una tendencia conservadora en uno de sus vecinos más grandes.

5 Aníbal Ibarra se verá beneficiado con el resultado.
La suma de los votos obtenidos por Néstor Kirchner, Elisa Carrió y Alfredo Bravo supera el 40 por ciento. Aún es difícil de estimar qué peso electoral tendrán los kirchneristas Rafael Bielsa y Gustavo Béliz, pero parece evidente que Ibarra, como Kirchner a nivel nacional, apostará a adelantar el ballottage: tratará de sacar la mayor cantidad posible de votos en primera vuelta para quedar mejor ranqueado frente a Mauricio Macri pero, en especial, para polarizar de entrada el resultado. En esepunto Luis Zamora está en problemas: el voto en blanco o impugnado obtuvo en la Capital Federal poco más del 2 por ciento de los votos, una cifra tan ínfima que no puede ser atribuida enteramente a la convocatoria zamorista por el voto bronca.

6 Carrió tuvo una votación nacional pareja.
Con alrededor del 14 por ciento de los votos en todo el país, el ARI quedó como la primera fuerza entre los partidos que tradujeron políticamente a los votantes del centroizquierda, cifra que por lógica podría subir cuando las elecciones no sean presidenciales sino legislativas. Cuando no hay de por medio cargos ejecutivos ni un ballottage, el voto útil o pragmático suele ser menor. Anoche los aristas lucían eufóricos por haber superado a Adolfo Rodríguez Saá.
7 El ARI reveló una fuerte implantación en la provincia de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires.
Los últimos datos del escrutinio daban a Carrió un 15 por ciento en la provincia más grande del país, en empate con Ricardo López Murphy. Partido por partido del Gran Buenos Aires, salvo en Vicente López y San Isidro, donde derrotó a Melchor Posse, vice de Rodríguez Saá, López Murphy no consiguió arraigarse. En cambio Carrió, con una fuerza igual de nueva y sin recursos, logró algunos resultados muy interesantes. En datos de las 22, un segundo lugar en Avellaneda con el 20 por ciento, un empate con el 13 por ciento en el pobre Florencio Varela, un tercer lugar con el casi 16 por ciento en Lomas de Zamora, un segundo lugar con el 20 por ciento en Quilmes, un segundo lugar con el 17 por ciento en Tres de Febrero y hasta un 13 por ciento nada menos que en el San Miguel de Aldo Rico.

8 Carrió tuvo una gran votación en Santa Fe.
Pasada la medianoche, Carrió superaba a Menem en la provincia. Es probable que parte del voto radical no gorila haya ido a la candidata del ARI. Y es seguro que el voto socialista fue a Carrió, que por eso realizó una gran elección en Rosario, donde la figura más popular es, de lejos, el intendente socialista Hermes Binner. En Santa Fe, como sucedió tarde en la Capital Federal por el acuerdo entre Carrió e Ibarra, el ARI y el socialismo hicieron un pacto para ir juntos en las elecciones para gobernador, en las que justamente el candidato es Binner. Ayer, ese pacto funcionó en simetría a favor de Carrió ayer.

9 El ARI puede respirar aliviado por el voto.
La votación pareja y una posición que la ubicaba cuarta, por encima de Adolfo Rodríguez Saá, terminaron poniendo a Elisa Carrió como una figura de peso electoral suficiente como para estructurar una fuerza política sólida.

10 El ARI puede respirar aliviado por no haber ganado.
Ni por equipos, pero sobre todo por falta de construcción política, estructura territorial, despliegue en las provincias, desarrollo programático y fortaleza parlamentaria, el ARI estaba en condiciones de hacerse cargo de la Presidencia. Un triunfo de Carrió por ejemplo sobre Menem hubiera sido un proceso político apasionante pero de ningún modo sólido como para mantenerse en el tiempo.

11 Carrió se quedó con parte del voto radical, que no solo fue a López Murphy.
Al final, el ex ministro de Defensa y de Economía de Fernando de la Rúa parece haber sido exitoso en un corte social del voto. Aunque habrá que hilar más fino, López Murphy pudo haberse quedado con la franja superior de la pirámide y con parte de los sufragios que antes iban a candidatos como Alvaro Alsogaray y Domingo Cavallo. Es posible que el voto aliancistade 1999, que dio el triunfo a Fernando de la Rúa y Chacho Alvarez, se haya dividido ayer entre López Murphy, Carrió y Néstor Kirchner.
12 El Partido Socialista desaprovechó su primer gran desafío después de la unificación.
Pese a que las responsabilidades no fueron solo suyas sino también de Carrió, el Partido Socialista no logró ni una presencia testimonial con la fórmula Alfredo Bravo-Rubén Giustiniani. Al electorado no le quedó claro el sentido de esa presencia electoral y los propios candidatos no consiguieron explicarlo. Como parte del centroizquierda y su voto útil por Kirchner, los votantes del socialismo votaron útil y prefirieron Carrió antes que Bravo en Santa Fe.

13 Carrió llegó sin aporte económico de las empresas.
Por lo menos no tuvo el respaldo de los sectores más concentrados, como las firmas de servicios públicos resultado de la privatización.

14 Carrió no llegó a más por falta de aporte económico y estructura.
El ARI pasó penurias debidas a la falta de recursos. Si parte de esas penurias forma parte de un folklore casi heroico, del mismo modo revela la debilidad extrema para buscar fuentes de financiamiento alternativo. Sin ir más lejos, de los más fieles entre los futuros votantes.

15 El ARI puede cambiar personalismo por construcción.
En política las oportunidades no siempre se aprovechan. Nada es “históricamente necesario” o “inevitable”, como decía el marxismo clásico. Pero la ocasión está disponible. De ahora en adelante, Elisa Carrió podría reforzar el hiperpersonalismo y el gusto por las visiones catastróficas (con las que, está visto, no crece) o apostar a la construcción, las alianzas y la propuesta (una actitud que, como quedó reflejado en los últimos días, puede manejar con habilidad y ayuda al crecimiento). Para hablar un poco de los vecinos, Lula es más carismático que cualquiera de los políticos argentinos pero nunca, ni al principio ni tampoco ahora, hizo descansar toda la estrategia del PT en su óptica personalísima sobre el mundo y sus alrededores.

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La candidata del ARI al final del domingo de elecciones. Sus votos y los de Kirchner podrían evitar que la Argentina sea un país marciano.
 
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