EL PAíS › MENEM SIN EUFORIA, SCIOLI FELIZ PERO CONTENIDO

Cada bunker con su estilo

 Por Adriana Meyer

Mientras Carlos Menem se ponía el traje de ganador, en el bunker porteño del candidato Néstor Kirchner había alegría pero contenida. “Ganamos 3 a 0, y vamos a volver a ganar porque es como dicen los árabes: si sale en la primera puede que no ocurra en la segunda, pero si se da en la segunda seguro que también hay una tercera”, aseguró sin euforia el riojano cerca de las 22 en el Hotel Presidente, bajo un cartel que rezaba “Tercer período, en el tercer año del tercer milenio”. Mientras tanto, en el Hotel Intercontinental, Daniel Scioli coincidía con el escenario que le planteaba Artemio López desde un estudio de televisión: un triunfo de su fórmula en la segunda vuelta con más del 50 por ciento. Sin embargo, cuando le preguntaron si esta elección era el principio del fin de Menem evitó avalar la apreciación sobre su mentor. El ex presidente se resistió a admitir que va camino a la derrota. “¿Se retira de la política si pierde el 18 de mayo?”, le preguntaron. “No, me presento en el 2007”, dijo Menem.
El ex motonauta recibió varios llamados del presidente Eduardo Duhalde, y pasó toda la tarde y parte de la noche en una suite del séptimo piso, acompañado por su esposa Karina Rabolini que cumplía 36 años, y los políticos que iban llegando al hotel. “En este momento no hay que demostrar mucho triunfalismo, el mensaje que brindamos con Kirchner es distinto”, dijo en su primera aparición ante los micrófonos del subsuelo donde estaba montado el comando de campaña. “El mensaje de la producción y el trabajo caló mucho en la gente, aunque las encuestas decían otra cosa”, agregó en referencia al candidato Ricardo López Murphy. Mientras las pantallas mostraban el lento escrutinio con los datos oficiales del Correo Central, y los kirchneristas festejaban cada punto a su favor, sonaba el jingle de campaña en la voz de Litto Nebbia y desfilaban delante de las cámaras de riguroso sport Gustavo Beliz y Rafael Bielsa, este último proveniente del bunker de Elisa Carrió. En el sector VIP podía verse al ministro de Salud, Ginés González García, y el intendente de Lanús Manuel Quindimil que se estrechaban en un abrazo, el aire comenzaba a impregnarse de olor a cigarros, se tejían algunas futuras alianzas y se especulaba con los escenarios posibles para la segunda vuelta. Uno de los colaboradores más cercanos del presidente Eduardo Duhalde adelantaba a los cronistas que ya habían sondeado a Elisa Carrió y que estaban en tratativas con Adolfo Rodríguez Saá. Con el paso de las horas fueron llegando el legislador Eduardo Valdés, que se puso a discurrir con el ex concejal Roberto Azzaretto, Raúl Zaffaroni, Adriana Puiggrós, Jorge Bernetti, Rubén Stella, Darío Alessandro, Antonio Cafiero y Roberto Feletti. A las 20.45 volvió a bajar Scioli y afirmó que lograrán “la unidad del peronismo” en el ballottage. En el ala femenina ya tuvieron que compartir el mismo salón la ex modelo Teresita Garbesi y la diputada Nilda Garré.
En el Hotel Presidente, en cuyas habitaciones dio Menem su última conferencia de prensa antes de ir preso en el caso de la venta de armas, se habían congregado Moria Casán, Herminio Iglesias, Matilde Menéndez y el estilista Miguel Romano, entre otros. Flanqueado por su compañero de fórmula, Juan Carlos Romero, y su esposa Cecilia Bolocco el riojano aseguró que “el pueblo argentino lo eligió porque no masca vidrio”. Desmintió haber llamado a Kirchner por teléfono y aseguró que “es absurdo hacerlo porque perdió”. Y volvió a embestir contra Duhalde, al que acusó de perpetrar “este fraude que nos lleva a una segunda vuelta con un candidato que no es realmente justicialista”.

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