ESPECTáCULOS › LA ASOCIACION PERIODISTAS Y LOS “ATAQUES A LA PRENSA”

El mensajero tiene la culpa

El informe anual de la entidad recopiló 234 casos de violaciones a la libertad de información. “Después de dos décadas de democracia sobrevive lo peor de la cultura autoritaria”, dijo Norma Morandini.

 Por Silvina Friera

Las agresiones a los periodistas se multiplican con el debilitamiento de las instituciones democráticas y la crisis económico-social. La Asociación para la defensa del periodismo independiente, PERIODISTAS, creada en 1995, es una asociación civil sin fines de lucro que efectúa un minucioso seguimiento de los actos hostiles contra la libertad de expresión, ya sea proveniente de los poderes del Estado o de cualquier otra fuerza que intente restringir o menoscabar el rol que al periodismo le compete en la construcción de un sistema democrático maduro y estable. En la sala José Hernández de la Feria del Libro, se presentó Ataques a la prensa, informe 2002/2003, que recopila los 234 casos de violaciones, de diversa gravedad, a la libertad de información, que no incluyen las recientes agresiones ocurridas en el desalojo del Padelai y en la fábrica Brukman. En la mesa participaron Carlos Gabetta, editor de Le Monde Diplomatique, Norma Morandini, Fanny Mandelbaum y Roberto Guareschi en representación de la entidad, integrada además por Nelson Castro, Santo Biasatti, Ernesto Tiffenberg, Martín Granovsky, Horacio Verbitsky, María Seoane, Tomás Eloy Martínez, Jorge Lanata, Mariano Grondona y Joaquín Morales Solá, entre otros.
“La libertad de expresión, aunque parezca una obviedad, es un derecho constitucional, pero lo primero que hacen las tiranías es establecer la censura –señaló Morandini–. A dos décadas de democracia sobrevive lo peor de la cultura autoritaria, que mira al periodismo como un exceso y nunca como un derecho. Tenemos que estar alertas, pelear por los valores democráticos y ser urgentes en la denuncia.” Mandelbaum advirtió que los periodistas del interior sufren doblemente los ataques a la prensa, porque se los amenaza violentamente, se les quitan los avisos que, generalmente, pertenecen al gobierno de turno, no se les permite trabajar y se les cierran todas las puertas. “Cuando nació la democracia, un periodista iba con una cámara y se le abrían todas las puertas porque la cámara era el ojo de la ciudadanía que entraba a lugares adonde no se podía entrar. Ahora es al revés, cuando las fuerzas de seguridad ven aparecer a un periodista con un micrófono y una cámara reprimen porque no quieren testigos de lo que está pasando –precisó Mandelbaum–. No es cierto que el periodismo sea el cuarto poder. Simplemente, es un puente entre lo que la gente tiene que conocer y los que han hecho las trapisondas y no quieren que se sepan.”
“El rol de los periodistas, cuando es cumplido cabalmente con honestidad, es más valioso y necesario cuanto más difícil es la situación política”, apuntó Guareschi. “No soy muy optimista respecto de los años que nos esperan. Vivimos en un país cada vez más endeudado y frágil y estamos sumergidos en un mundo feroz en términos de inequidades sociales”, razonó. “Nuestro rol como periodistas, en este contexto, va a ser más estratégico, pero también vamos a correr más peligro porque hay una tendencia de las fuerzas policiales que reprimen con crueldad excesiva a la gente y después a los periodistas para que no puedan dar testimonio”, concluyó Guareschi.

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Norma Morandini, Carlos Gabetta, Fanny Mandelbaum y Roberto Guareschi representaron a la asociación.
 
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