EL PAíS › EL TESTIMONIO DE UN ESPIA COMPLICA A SANTIBAÑES

“El jefe necesita un favor”

Un agente de la SIDE declaró en la causa de las coimas en el Senado. Responsabilizó al entorno del financista amigo de Fernando de la Rúa de haber adquirido celulares supuestamente usados para el pago.

 Por Eduardo Tagliaferro

El agente de la SIDE Isaac Eduardo García reconoció ayer frente al juzgado de Rodolfo Canicoba Corral ser el accionista de la empresa Canteras Brandsen y haber contratado a nombre de la firma una veintena de teléfonos celulares de los que se sospecha que podrían haber sido utilizados en el presunto pago de sobornos a senadores que facilitaron la aprobación de la Ley de Reforma Laboral. Dato que García no pudo precisar. Su testimonio confirmó, tal como había adelantado el domingo pasado este diario, que el jefe de custodia de Fernando de Santibañes fue quien le pidió el gesto de buena voluntad. “El jefe necesita que le hagamos un favor”, afirmó ayer el testigo que fue lo que en ese momento le dijo Daniel Medina, un ex suboficial retirado de la Fuerza Aérea, que sobrevivió a De Santibañes y que hasta la semana pasada cumplía las mismas tareas para el santacruceño Sergio Acevedo.
El nombre de Canteras Brandsen apareció en el expediente en el año 2001, cuando un anónimo vinculó a esta firma con el affaire. Recientes publicaciones periodísticas volvieron a ponerla en el centro del escándalo. García es un espía que trascendió públicamente cuando, en el juicio de la AMIA, admitió haber concretado el pago de 200 mil dólares de los 400 mil que la SIDE le entregó a la mujer de Carlos Telleldín. Ayer fue un poco más allá y entregó varios nombres del entorno muy cercano a De Santibañes. Bastantes datos para que tanto los fiscales como el magistrado puedan tirar de la punta del ovillo.
Para el espía no quedaban dudas de que cuando Medina hablaba “del jefe” se estaba refiriendo al ex banquero y hombre de confianza de Fernando de la Rúa. Fue otro espía, Alejandro Rui Dia, por entonces chofer de Santibañes, quien formalizó el encuentro entre García y Medina.
Los problemas que la SIDE sobrellevaba con varias empresas fantasmas fueron el principal argumento que escuchó cuando le pidieron utilizar el nombre de la empresa que lo tiene de socio junto a Hernán Cruchaga, hijo del ex diputado y ex viceministro de Justicia Melchor Cruchaga. Aunque dijo que la medida la tomo él, señaló que la consultó con el hijo del diputado radical.
“Viste qué bueno es tener un amigo empresario”, le dijo el director de contrainteligencia de la SIDE, al entonces director de Finanzas, José Luis Gallea, cuando le presentó a García en uno de los pasillos de la sede que los espías tienen en la calle 25 de Mayo a metros de la Plaza de Mayo. A pesar de esa presentación, García tuvo que deambular permanentemente de despacho en despacho para que Gallea cumpliera puntualmente con el pago de las facturas. Y así lo dijo ayer en su declaración.
Preocupado por el temor a aparecer en el Veraz, García discutió fuertemente con Gallea. Aquí es donde el agente afirmó que el director de Finanzas le dijo que se quedara tranquilo que los teléfonos se habían puesto a nombre de otra empresa: Tiumayu. Para García terminaban de esta manera cinco meses de peregrinar por el pago de los celulares.
La nueva firma era una construcción más de las tantas empresas pantallas que la SIDE suele utilizar. Tiumayu reunía a reconocidos abogados de la casa de los espías. Entre ellos, Mario Bissoni, un abogado que desembarcó en el organismo de la mano de Santibañes, el ex camarista federal Fernando Archimbald y algunos abogados más.
Bissoni había acompañado a De Santibañes en el desaparecido Banco de Crédito Argentino. Este abogado laboralista era el marido de Chantal France Safra, cuando la mujer fue, en 1998, presidenta de Inducuer, un emprendimiento por el que De Santibañes tuvo que dar explicaciones ante la Justicia. Si se trataba de prestar su nombre para firmas de confianza de De Santibañes, Bissoni tenía su historia, por eso no le debió resultar extraño aparecer ahora en un emprendimiento destinado a encubrir los tejes y manejes de la SIDE.
“Si (Alberto) Balestrini lo quiere tanto ¿por qué no lo lleva con él a la Intendencia?” fue palabras más, palabras menos, la respuesta que entregó en su momento el rionegrino Carlos Soria, cuando en tiempos de Duhalde, el jefe comunal de La Matanza pidió por la continuidad de Bissoni. Finalmente el abogado que declamaba por igual su lealtad a De Santibañes y a Balestrini, hoy está fuera de la SIDE. Bastantes datos quedaron detrás de los dichos de García. Quedará ahora ver si tanto los fiscales como el juez pueden tirar de ellos para desentrañar la maniobra. Manuel Garrido y Carlos Duré de la Oficina Anticorrupción pidieron, entre otras, conocer “cuáles eran las sociedades de cobertura” que operaban para la SIDE en el 2000.
“Con la declaración de García, subiendo la escalera de responsabilidades, se puede descubrir parte del encubrimiento del pago de las coimas del Senado”, confía a Página/12 la diputada del ARI Graciela Ocaña. Para esclarecer el hecho, la legisladora señala que “el Presidente Néstor Kirchner tiene que ordenarle a la SIDE desclasificar todos los archivos de lo actuado por el organismo”. Por lo pronto, ayer García dio un paso importante. Eso sí, se preocupó de declarar que no lo conoce a Mario Pontaquarto, el radical que supo ser secretario parlamentario del Senado, hombre de confianza del mendocino José Genoud y uno de los más cuestionados por el escándalo.

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Fernando de Santibañes, un financista amigo de armar empresas fantasmas, que llegó a liderar la SIDE.
 
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