EL PAíS › ELISA CARRIO, GRACIELA OCAÑA Y MARCELA RODRIGUEZ, CAUSAS QUE DESVELAN A POLITICOS Y BANQUEROS

“Una estrategia para cambiar relaciones de poder”

Las tres diputadas del ARI han fogoneado ante la Justicia causas como las de lavado de dinero y las del megacanje. Plantean que no se trata de hacer sólo denuncias, sino de cambiar las relaciones de poder en Argentina.

 Por Marta Dillon

No hay palabra mejor que “denuncia” para definir el primer paso que dieron en un camino ahora peligrosamente angosto para algunos personajes del establishment. Denuncias presentadas ante la Justicia, en las que se alternan al pie las firmas de las tres diputadas. Denuncias que pusieron el grito en el cielo de los mercados, grito como el de un oso que se despierta en plena hibernación, clamando por la inseguridad jurídica que lleva a banqueros y beneficiarios a desfilar por los estrados, reclamando como un derecho propio la derogación de la ley de subversión económica, una idea que el gobierno de Eduardo Duhalde ha aceptado públicamente. Sin embargo, Elisa Carrió, Marcela Rodríguez y Graciela Ocaña no quieren hablar de denuncias. Para ellas lo suyo es una “estrategia destinada a cambiar las relaciones de poder en Argentina”. No se trata de una cuestión ética nada más. La apuesta de estas mujeres que se ven como una “armada Brancaleone de inocentes” –no por ingenuas sino porque se sitúan al margen de cualquier complicidad– es cambiar las conductas a través de “procesos ejemplares que permitan construir un país en el que las leyes contengan a todos y no sólo a los excluidos del contrato social”, según las palabras de la más locuaz de las tres, Elisa Carrió.
Carrió: Escuché más de una vez que sólo trabajamos en denuncias. Es mentira. Alguien tiene que trabajar por los reclamos. Si detrás del reclamo hacia la Corte no hay trabajo, la Corte va a seguir. Si detrás del reclamo por la impunidad del sistema financiero no hay trabajo, los impunes van a seguir gobernando. Alguien tiene que poner en juego la perseverancia y la continuidad por más difícil que sea para que ese reclamo deje de ser un escrache, para que haya verdad, justicia y condena.
–Detrás de esa afirmación está la duda sobre su capacidad de gobernar cuando es un hecho que va a postularse.
E. C.: Creo que la pregunta profunda detrás de si podremos gobernar es a una generación y es más fuerte desde los sectores progresistas. La pregunta es: ¿será posible que nuestra generación sea adulta? ¿Será posible que nuestra generación pueda ejecutar en políticas de gobierno los sueños de verdad, justicia e igualdad por los que hemos peleado toda la vida? ¿O será que todo tiene que quedar en la quimera, en la resistencia y la crítica? Esa pregunta parece admitir que hay un imposible. Creo que el gran desafío de esa generación, en términos de rol histórico para que no quede un agujero traumático, es que pueda gobernar y no como lo quebrados que estuvieron en los últimos años. Que pueda gobernar bajo los tres principios que peleó en su momento: verdad justicia e igualdad.
–Si no quiere hablar de denuncias, ¿de qué se tratan los procesos que lleva a la Justicia?
E. C.: Hacía tiempo que estaba claro para nosotras que había que cambiar las relaciones de poder y para eso es necesario mostrar las miserias de los poderosos. La mayor parte de lo actuado ante la Justicia se origina en la comisión de lavado. En el caso de la deuda externa nos presentamos con Graciela junto a Mario Cafiero y Alfredo Bravo en el expediente del megacanje, que está dando resultados. Conseguimos toda la documentación y ahora están a punto de ser indagados David Mulford y Domingo Cavallo. Después hicimos más de cinco querellas por traición a la patria, en los casos en que se otorgaron bonos con garantía de impuestos. Después está la causa en la que Cavallo fue indagado cuando no se les pagaron a ahorristas las órdenes de los juzgados para que liberen sus depósitos. Y después está el megaproceso al que nosotros acompañamos el informe de la comisión de lavado diciendo que era el Banco General de Negocios el que había lavado el dinero de la corrupción tanto en el caso IBM-Banco Nación e IBM-DGI, y sospechamos que también en el caso de tráfico de armas. Y hay anexos de muchos bancos más.
Marcela Rodríguez: La denuncia es por subversión económica y asociación ilícita. Acompañamos como prueba la investigación de lavado, el BGN es el caso testigo donde la investigación avanzó y que también involucra aquienes desde los organismos de control tenían la responsabilidad de controlar estos actos. Es decir, el directorio del Banco Central.
Graciela Ocaña: Y la superintendencia de entidades financieras y cambiarias a cargo de Guillermo Lesniever y Eugenio Pendas. Sobre Lesniever se aconsejó su remoción el año pasado pero todavía está allí.
–Y es por esta causa que empieza a germinar la idea de derogar la ley de subversión económica, en nombre de la seguridad jurídica.
E. C.: Es la gran jugada del establishment local, extranjero y de las autoridades de control. Porque es la primera vez en Argentina que el tipo penal permite probar que las operatorias fraudulentas de los bancos provocan daño a la economía nacional.
M. R.: Se quejan ahora, pero es una figura que el Banco Central utiliza en todas sus querellas. Se quejan ahora porque la operatoria excede a un banco. Subversión económica engloba distintos delitos, uno es administración fraudulenta, otro es balance falso, sucede que este caso es más grave que cualquiera, porque está probado y se ve cómo afecta al orden económico nacional cuando terminás con corridas bancarias y el propio corralito. La administración fraudulenta de un banco provincial, que es donde el Banco Central ha usado esa figura, puede tocar el orden nacional sólo parcialmente. El problema ahora es el impacto global, pero esto ha sido usado y nadie se quejó nunca. Cuando tocan a banqueros importantes, cuando hay presiones del Fondo empiezan a decir ¡ah, con esta ley tenemos problemas! Y nunca lo dijeron en los últimos 20 años cuando eran banquitos los que estaban en juego.
–Lo que se hace evidente es que en un país donde todas las instituciones están siendo cuestionadas se hace difícil creer que con acciones judiciales se pueden cambiar las relaciones de poder.
E. C.: Siempre tenés nichos, intersticios de poder, como dice Foucault, nada es idílico.
G. O.: Además nunca se habían presentado a la Justicia los cruces que hicimos en el tema de lavado y que se confirman a medida que avanzan las causas. A los propios jueces comerciales les pareció interesante porque se veía claramente cómo se habían constituido sociedades destinadas al único efecto de vaciar los bancos y que se dan en distintas instituciones bancarias. Es claro que no hay que estudiar la caída de un banco o de otro, sino que había que hacer un esfuerzo para revisarlos en conjunto porque era una maniobra que se calcaba de una entidad a otra. Y detrás estaban las mismas cuentas negras y las mismas sociedades para vaciar.
M. R.: Fijate que tenías algunos procesos en que inspectores que iban a los bancos denunciaban algunas maniobras y pasaban años hasta que el Banco Central hacía la denuncia. Y pasó que la mayoría de esas causas están prescriptas, empezaron a hacer las denuncias cuando estaban prescribiendo, creo que todavía no hay un sumario al BGN.
G. O.: Recién ahora están apareciendo un montón de inspecciones donde los inspectores señalaban irregularidades. Y aparecen a partir de que Carlos Rohm está preso, la superintendencia está tirando todo lo que tenía guardado y lo ha girado a la Justicia ahora.
–¿Hasta que se realizó el informe sobre lavado la Justicia argentina no había hecho las relaciones que se hicieron en él? ¿O el silencio implicó complicidad?
E. C.: En algunos casos sí y en otros no. Lo cierto es que del informe de lavado se va comprobando todo lo que dijimos. O sea que el informe era cierto. En el primer capítulo donde decimos que el banco que lava la corrupción en Argentina es el BGN, prácticamente estamos en condiciones de decir que eso está comprobado en los casos IBM-DGI, IBM-Banco Nación y tráfico de armas.
M. R.: Y del cartel de Juárez, a través de Aldo Duckler, un hombre fuerte del menemismo, asesor de Palito Ortega cuando Ortega estaba con Capitanich. Volviendo a la complicidad de la Justicia, puede ser que un juez que está en alguna jurisdicción lejana, o los que tienen caídas debancos distintos no hayan estado al tanto. Pero si analizás todo tenés patrones que se dan sistemáticamente, y al que no se puede pasar es al Banco Central que ve que desde el 80 pasa lo mismo, el mismo patrón de vaciamiento.
E. C.: En realidad aunque no se vacíe el banco el mecanismo de salida y de fuga ilegal es siempre el mismo, que en algunos casos llegó a la caída del banco. El mecanismo es idéntico entre los que cayeron y no cayeron.
–¿Entonces para ustedes están todos implicados en maniobras irregulares que hicieron desaparecer los fondos frescos de los bancos?
E. C.: No podemos generalizar así porque sólo hablamos de los bancos que se investigaron. Sí que sobre los bancos que se investigaron la justicia y la condena tiene que llegar. Y en todo caso lo que hay que crear en el futuro es un Banco Central bicéfalo, que una parte tenga una superintendencia y otra haga política monetaria. Lo que pasa es que aquí el sistema premió al que más violaciones legales cometía. El problema más grave de Argentina es cómo se beneficia el que viola la ley, el que cumple es perjudicado. Yo creo que con buenas reglas habrá nuevos bancos internacionales o nacionales que van a poder funcionar.
–¿Estas irregularidades podrían haberse cometido sin complicidades en el exterior?
E. C.: No. Porque estas cuentas negras iban a bancas de corresponsalía en Estados Unidos y a otras de Europa. Por eso decimos: no queremos dinero de ayuda. La mejor y única contribución que tiene que hacer el mundo desarrollado por Argentina es decir quiénes son los argentinos y las empresas fantasma que tienen depositado dinero fuera del país. Con eso basta. Son 130 mil millones de dólares, no los 5 mil por los que estamos humillados frente al FMI. Pero el nivel de complicidad es tal que nadie se anima a pedirlo. A Bush hay que decirle: ¿usted quiere combatir la corrupción en América latina? Nosotros le garantizamos que habrá verdad, justicia y condena. Denos información, sancionen leyes de lavado de dinero y de levantamiento de secreto fiscal en materia de lavado por evasión y corrupción, amplíen el tipo penal y digan quiénes son los argentinos que tienen depositados millones de dólares en el exterior. La Argentina cambia de un día para el otro, porque se va a saber quiénes son los responsables, esos responsables van a pagar impuestos y con esos impuestos se puede solucionar el déficit fiscal. Y por primera vez los argentinos van a poder creer en su sistema financiero, en sus instituciones. El problema es que la complicidad quiere seguir y Duhalde (confunde Duhalde con Cavallo) es garante de esa complicidad. La pregunta es qué es lo que no quiere que se informe acerca de Duhalde. Digo, porque si uno es presidente en este momento de colapso, qué problema tiene un presidente en exigir esto. Salvo que todos tengan cuentas, no estoy sugiriendo nada. Pero parece necesaria una armada Brancaleone de inocentes que puedan pedir sin estar implicados.
–De todos modos el mismo Fondo Monetario Internacional está condicionando su ayuda porque ve en estos procesos la amenaza de la inseguridad jurídica.
E. C.: No va a haber ayuda del Fondo, además si la hay es para pagar sus propios intereses. Todos se están mintiendo en Argentina, desde afuera es fácil ver que no va a haber ayuda, no va a haber fondos frescos, en todo caso será un arreglo si es que hay. La situación de Argentina es muy grave y muy difícil y empezar a asumir la verdad es una de las condiciones para salir de la crisis. Pero todo lo que estoy viendo en términos de comunicación y de gobierno es muy parecido al final de De la Rúa, es decir esto de estar prendidos de un teléfono si nos atienden o nos atienden, ahora es vamos a ver si Duhalde se saca una foto con Bush, es patético.
M. R.: Como dato menor, aunque como piden se derogue la figura de subversión económica, esto hay que avisarles, puede ser peor. Yo que ellos lo pienso bien. La cosa es así, subversión económica en realidad engloba la cuestión de administración fraudulenta, si hay concurso por distintoshechos de administración fraudulenta, la pena puede ser mayor que subversión económica.
G. O.: Van a tener que derogar el Código Penal completo.
–Más allá de los temores de los inversores, hacia adentro del país hay un descrédito generalizado en la Justicia, adonde ustedes acuden estratégicamente.
M. R.: Pero también hay que contar con lo que producen este tipo de procesos en cuanto a la condena social. Hay cosas que empiezan a saberse en relación al Estado mafioso. Me acuerdo que hace poco le pidieron a Graciela las fotos de los banqueros para posibles escraches, porque a los políticos los conocen y a los banqueros no. Este repudio social, que haya una concientización de la gente sobre la responsabilidad del sistema financiero es nuevo y muy importante.
G. O.: Yo me reía porque temían encontrárselos y no darse cuenta. Pero los banqueros no están en los mismos lugares que cualquiera de nosotros. Les sugerí que buscaran los anuarios de ABA y ABRA, ahí están todos.
E. C.: Igual yo no creo en el escrache, creo en la verdad, la justicia y la condena.
–¿Creen que Duhalde depende de la ayuda del FMI?
E. C.: Contestar por Duhalde ya es tarde, ya está en falso yo. Está hablando de cosas que carecen de sentido. Discutir con un hombre en el cual el sentido de la realidad está ausente es difícil. Lo que sí sé es que Argentina necesita un proyecto de salida y reconstrucción y ninguno de los planes con que quieren estabilizar la crisis es un plan de reconstrucción, con lo cual van al fracaso. Lo único que puede hacer algún tipo de ayuda es postergar la reconstrucción, pero en consecuencia el dolor, la agonía y el daño, tres o cuatro meses más, nada más. Tres o cuatro meses más para el desastre.

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Marcela Rodríguez, Elisa Carrió y Graciela Ocaña, las tres diputadas del ARI que dan batalla en Tribunales.
 
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