EL PAíS › KIRCHNER Y LULA SE REUNIRAN EL 10 DE MARZO PARA DISCUTIR LA DEUDA

Chávez fue testigo de un día con mucho amor

En un gesto sorpresivo, los presidentes de la Argentina y Brasil aprovecharon la cumbre de Caracas para acordar una estrategia común ante los organismos multilaterales de crédito. No se registraba una iniciativa de este tipo entre los dos países desde el Consenso de Cartagena firmado a principios del gobierno de Alfonsín. En días, encuentro en San Pablo.

Por Pablo Feldman
Desde Caracas

“Fue una reunión histórica”, dijo al canciller Rafael Bielsa, encargado de anunciar “una estrategia conjunta con Brasil para negociar con los organismos multilaterales de crédito”, tal como se informa aparte en detalle. Después de casi una hora de reunión bilateral entre los presidentes Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva, el mandatario argentino fue el primero en abandonar el salón de la planta baja del Hotel Hilton. Como quien sale de rendir la última materia, caminó a paso vivo los metros que lo llevaron a su suite con un gesto de satisfacción indisimulable.
La “estrategia común” era el as que Kirchner traía en la manga a diez días del vencimiento de 3100 millones de dólares con el FMI. Sin embargo, y a pesar de confiar en la acogida favorable del mandatario brasileño, el gobierno llegó a Caracas con la intención de abordar a cada uno de los lideres del G-15 que tuviera voz y voto en el tema de la deuda. Fue así como se barajó un encuentro con el presidente iraní en el que inicialmente debería tratarse el tema AMIA para avanzar luego en asuntos comerciales. Egipto cuestionó el proceder argentino, pero su jefe de Estado finalmente no asistió a la cumbre.
“Podría decirse que ese era el Plan B, pero el Presidente tenía como meta trabajar en el G-15 con perfil bajo (de hecho no tuvo intervenciones en los plenos) y avanzar en temas concretos”, dijo a Página/12 un integrante de la comitiva. Y agregó: “Después de la reunión de la mañana con Lula y Chávez, ya se perfilaba que esto saldría muy bien”. En definitiva, el 10 de marzo en San Pablo, Lula recibirá Kirchner y sus ministros de Relaciones Exteriores y Economía para avanzar en “un proyecto que deberá estar terminado seria y profesionalmente en 60 días”, según dijo Bielsa que se encargó de destacar que “se trata de un hecho que no se si tiene antecedentes”.
Los vencimientos se producen un día antes del encuentro programado, justo el 9 de marzo.
Lula –que partió anticipadamente de regreso a su país por una neumonía aguda que afecta a su vicepresidente José Alencar– recibirá mañana en su residencia a Horst Köhler para un asado. Le adelantará la determinación conjunta. En representación de la delegación brasileña, el canciller Celso Amorín declaró que “hemos dado a la Argentina todo nuestro apoyo y solidaridad”.
Antes de la reunión, Bielsa había aplaudido al brasileño Rubens Ricupero, secretario del organismo de Naciones Unidas para Comercio y Desarrollo, que en representación del secretario general Kofi Annan destacó en su discurso de apertura de sesiones del G-15 “el heroico esfuerzo del pueblo argentino, al cual expreso mi solidaridad para negociar en condiciones justas, dignas y equilibradas, sus obligaciones financieras”.
El funcionario de la ONU destacó en dos oportunidades la certeza de las proyecciones de Raúl Prebisch en sus teorías de desarrollo de las economías del sur.
En ese sentido el entendimiento con Brasil “supone un retorno al Consenso de Buenos Aires y puede desembocar en algún tiempo más en una declaración conjunta de ambos presidentes”, dijo una alta fuente de la Cancillería al remitirse al acuerdo marco de las relaciones con Brasil.
En consonancia con ese criterio, el propio Bielsa sostuvo que “me parece de absoluto sentido común que tanto las empresas privadas como el Estado, si están fuertemente endeudados y no crecen, no maximizan sus condiciones de pago”.
La reunión con Lula fue la nota destacada de la gira presidencial que culminará este mediodía luego de la reunión con el gobernador del estadode Miranda, Enrique Mendoza, y Humberto Calderón Berti, de la Coordinadora Democrática, referentes de la oposición al presidente Chávez.
“Chávez tiene la foto con Kirchner y Lula, que era lo que necesitaba, y a nosotros nos fue realmente bien”, dijo un integrante de la comitiva. Reconoció que “el tema Venezuela quedó en un segundo plano por la relación con Brasil”.
Finalizado el acto de apertura de las deliberaciones, la delegación argentina cruzó la avenida para volver al Hotel Hilton a encontrarse con sus pares brasileños. En el momento en que Bielsa se disponía a ingresar, se escuchó un disparo y el canciller debió esquivar a los guardias y paramédicos que avanzaban sobre un hombre caído. La televisión oficial hablaba de un muerto en las refriegas de la tarde, las demás cadenas hablaban de dos. Del otro lado de la avenida se cerraban las puertas del Teatro Teresa Carreño, en honor a la más destacada pianista venezolana, autora del himno a Simón Bolívar, y que –según cuentan– tocó para el presidente norteamericano Abraham Lincoln en Washington cuando tenía solo 10 años.

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Sonrisas de Kirchner, Lula y Chávez. El venezolano, en medio de una feroz crisis interna, necesitaba esta foto con los otros dos presidentes.
 
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