EL PAíS › EN MENDOZA, KIRCHNER ATACO A “LA POLICIA DESHONESTA”

“Hay que extirpar la corrupción”

El Presidente le dedicó buena parte de su discurso al problema de la inseguridad. “Hay sectores que quieren parar los cambios”, dijo.

 Por Martín Piqué

“Hay que extirpar la corrupción institucionalizada en la Argentina. Hay que terminar con la policía deshonesta. Que se queden los honestos y que los corruptos vayan a la cárcel, como corresponde”, dijo ayer Néstor Kirchner en la sala de convenciones de la gobernación mendocina. Fue su primer viaje al interior tras la gastroduodenitis que lo obligó a internarse en Río Gallegos. También fue su primer desembarco en una provincia –la clásica oportunidad para buscar el contacto con la gente– tras la irrupción de la inseguridad y de Juan Carlos Blumberg en la escena política. No fue casual, entonces, que Kirchner dedicara la mayor parte de su discurso a hablar del plan de seguridad del Gobierno. “Hay muchos sectores que quieren detener los cambios”, advirtió al auditorio.
Apenas aterrizó en la base aérea de El Plumerillo, Kirchner escuchó la primera –y esperable– pregunta sobre la seguridad. “El problema de la inseguridad es un problema de todo el país y todos los casos deben tener la misma importancia”, respondió luego de que un periodista citara a Blumberg. Como en otras partes del país, la cruzada del padre de Axel también repercutió en Mendoza: el 1º de abril, unas doscientas personas se congregaron en la ciudad de San Rafael y pusieron velas frente a varios edificios públicos. El clima no era muy distinto del que se vive en Buenos Aires, algo que Kirchner pareció captar desde el primer momento.
Cada vez que le preguntaban por el tema, el Presidente argumentaba que en la Argentina existen dos tipos de delitos: el delito común, al que relacionó con el aumento de la pobreza, y “el delito institucional, propio de la corrupción institucionalizada”. Lo mismo dijo en el acto, tras firmar varios convenios de inversión con el gobernador de Mendoza, el radical Julio Cobos. “A la desocupación, el hambre y la miseria que generó el delito común, la vamos a ir superando con el mejoramiento económico y la justa distribución del ingreso. Pero también está el delito nuevo que aparece en la Argentina, del secuestro extorsivo lamentable hasta los delitos calificados, facilitados por una corrupción institucionalizada que se centró en gran parte en las fuerzas policiales y de seguridad”, dijo.
Kirchner siguió su discurso con un llamado a terminar con la “policía deshonesta”. El público aplaudió mucho la exhortación del Presidente, y la ovación hizo recordar los antecedentes de la policía mendocina. El caso más resonante, entre muchos otros, fue el asesinato de Sebastián Bordón, el estudiante secundario de Moreno que viajó a Mendoza como egresado. Flanqueado por el gobernador y el intendente de Las Heras, Rubén Miranda, Kirchner dijo que el éxito del plan de seguridad depende de “la renovación de las fuerzas policiales y una Justicia que definitivamente funcione”. “Argentina sin cambios no tiene destino”, subrayó. Minutos antes, el gobernador Cobos –radical– le había prometido apoyo con tanto énfasis que parecía del mismo partido que el Presidente.
A diferencia de hace unos meses, cuando el Gobierno vivía el momento más difícil de su enfrentamiento verbal con los acreedores privados en default, Kirchner no levantó la voz ni usó un tono airado en su discurso. “Seguiremos negociando con dignidad, con racionalidad y con firmeza”, dijo refiriéndose a los bonistas extranjeros y a los organismos multilaterales. El único momento en que habló de sus adversarios fue cuando mencionó a “quienes quieren detener los cambios” en materia de seguridad. Kirchner no precisó a quiénes se refería ni tampoco dejó entrever nombres. “Hay muchos que quieren detener los cambios, es parte de la historia del poder político y de quienes temen que se les pueda terminar un modo de vida o las prebendas”, se limitó a advertir.
En otro de sus recursos clásicos, Kirchner terminó su discurso interpelando a la gente y pidiendo ayuda. “No va a ser fácil porque hay sectores que se van a ver perjudicados en sus negocios”, explicó. Era otra velada referencia a la relación entre política y delito, una cuestión que genera resquemores en más de un distrito, aun en aquellos que son aliados del Gobierno. El acto terminó con el anuncio de Cobos de que Mendoza apoyará el plan de seguridad de Gustavo Beliz, quien visitará la provincia el 12 de mayo.

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El gobernador de Mendoza, el radical Julio Cobos, le regaló un poncho al presidente Kirchner.
 
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