EL PAíS › CASTELLS MARCHO AL CONGRESO

Otra vez en su salsa

Luego de permanecer más de dos meses alejado de las calles porteñas, el líder piquetero Raúl Castells volvió a marchar por el microcentro. Lo hizo junto a decenas de agrupaciones de desocupados, de derechos humanos y gremiales que se movilizaron frente al Congreso, donde se debatió sin éxito el proyecto de extinción de la pena y la acción penal para los 38 presos y los más de siete mil procesados en todo el país por hechos de protesta. “Se levantó la sesión, así que nos vamos”, resumió Castells minutos antes de las 16, cuando la suerte del debate dentro del recinto estaba sellada por la falta de quórum.
La jornada de protesta estaba anunciada desde la última movilización piquetera a Plaza de Mayo el 16 de octubre y tenía un objetivo claro: respaldar el proyecto de desprocesamiento impulsado por los diputados Ariel Basteiro (socialismo) y Patricia Walsh (Izquierda Unida). Desde las 15, mientras el cielo amagaba con desplomarse sobre Buenos Aires, las columnas comenzaron a llegar a la Plaza del Congreso. A esa hora estaba prevista la sesión especial en la Cámara baja.
Frente al Congreso estuvieron la CTA, la CCC, el MTD Aníbal Verón, el MST, el Bloque Piquetero Nacional, Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Abuelas, la Correpi y asociaciones estudiantiles. Una hora después, todo había terminado adentro y afuera del Palacio. La falta de quórum era esperada, pero la presencia piquetera reforzó el tono simbólico de la sesión, que envió un mensaje hacia la bancada oficialista y hacia la Casa de Gobierno para que se resuelva la situación judicial de los procesados. “No esperábamos nada de este Congreso, que es el taparrabos del Gobierno”, dijo el titular del Polo Obrero, Néstor Pitrola.
Pero el día de movilización no comenzó frente al Congreso, sino en la terminal de ómnibus de Retiro. Allí arribó Castells cerca de las 11, en un viaje sin escalas desde Resistencia. Apenas descendió del micro trató de relativizar las comparaciones que había hecho 24 horas antes entre su figura y la de Juan Domingo Perón. Pero al mismo tiempo, aseguró que durante su huelga de hambre en la capital chaqueña, “cada día que pasaba era sentirme más cerca del Che”. Las columnas del MIJD marcharon desde la estación hacia el Ministerio de Trabajo, donde reclamaron la libertad de los presos políticos antes de sumarse al resto de las agrupaciones.

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