EL PAíS › LOS MENSAJES DE WALTER BELTRAME QUE
PROBARIAN EL ENVIO DE EQUIPAJES VOLADORES

Tienes un e-mail sobre aquellas valijas

En la cadena de correos que están en la causa, a los que accedió este diario, se cruzan los nombres de Wally y de Ariel Tamburrini, contactos de la pareja de españoles detenidos en Cádiz. Los mails probarían que el embarque de valijas sin pasajero era frecuente.

 Por Alejandra Dandan

“Chelito, te jodo porque Ventas necesita una autorización”, escribió en un e-mail Walter Beltrame el 21 de julio de 2004. “Como estos equipajes van sin pasajeros (la) administración no va a entender que se le cobró o qué pasó... vos vistes cómo es esto” (sic). Los equipajes viajaban a España ese día, identificados con un “marbete manual” a nombre de Flavio, presuntamente Flavio Cañoto, empleado de SW en el aeropuerto de Barajas. El e-mail forma parte de la causa y podrían ser una evidencia más del frecuente envío de valijas sin pasajeros a Madrid y del manejo que tenía Beltrame de estas situaciones. En la saga de mensajes aparecen los nombres de Wally y Ariel Tamburrini, los ahora ex empleados de SW con contactos con la pareja de españoles detenida en Cádiz por contrabando de droga. Lo que más llama la atención de la cadena de mensajes –a la que tuvo acceso este diario– es otro dato: en ese mismo vuelo, con los “equipajes sin pasajeros”, también viajaban los españoles.
Los mails de Wally Beltrame fueron presentados en la causa por Luis Velasco, abogado defensor de Claudio Baudino, detenido y procesado por presunto contrabando. Fue quien embarcó las narcovalijas sin pasajeros aquel 16 de septiembre, pero en su defensa apela a la “cadena de mandos” para explicar que fue bajo las órdenes de Walter Beltrame.
Como parte de las pruebas presentadas en la causa, Velasco presentó el testimonio de otros dos supervisores de SW en Ezeiza que indicaron que hubiesen hecho lo mismo si Wally les hubiese dado la orden de embarcar las valijas para España. Con los testigos, presentó la serie de mails que permitieron identificar a Ariel Tamburrini, el operador de SW en Barajas, en libertad por la “falta de mérito” dispuesta por un juez subrogante durante la feria judicial de enero, y el personaje con mayor contacto con los españoles.
Los mensajes a los que accedió Página/12 son parte de esas pruebas. Tres de ellos demuestran un mecanismo semejante al usado en septiembre del 2004 para embarcar las narcovalijas como equipaje sin pasajero. En el embarque de julio lo distinto fue que la orden quedó escrita y que la identificación de las valijas no era un sticker a nombre de la “Embajada Argentina en España”, sino un marbete a nombre de Flavio, el empleado de SW en Barajas que compartía el trabajo de base con Ariel Tamburrini.
El destinatario del primero de los tres mensajes de ese día era “Chelito”, es decir Marcelo Vernino, jefe de operaciones de SW en Madrid.
“Te jodo –dijo, en la jerga de las comunicaciones internas– xq ventas necesita una auth x el cobro del exceso, ya q el cobro del exceso tiene q llevar el N de TKT (ticket) del pax, como estos son equipajes sin pasajeros y administración no va a entender q se le cobro o q paso... vos vistes como es esto. Estos equipajes fueron en el vlo con marbetes manuales y a nombre de Flavio. Te agradezco. Un abrazo Wally (sic)”.
Del mensaje se desprende que se trató de más de un equipaje, que no pertenecía a ninguno de los pasajeros del vuelo. Por ese motivo no podían mandarse solamente con el rótulo de “exceso de equipaje”. Para hacerlo, “los de ventas” habrían necesitado la autorización por escrito de un superior. Esa sería la autorización que Wally le pedía “por escrito” a Chelito en Madrid.
Poco después, Chelito respondió a wbeltrame.sw.com.ar: “Wally. Por conveniencia comercial y por conveniencia de SW se cobra exceso de equipaje con el fin que el dinero ingrese directamente. Está autorizado. Gracias. Marcelo Vernino”.
A las 9.11 PM, Wally reenvió ese mensaje completo al sector de ventas, con un agregado: “Chicas acá les envío la autorización de Marcelo Vernino por el cobro del exceso. Un beso. Wally”.
No se sabe cómo terminó el episodio, aunque probablemente Flavio Cañoto haya retirado los equipajes que habrían sido enviados en forma irregular: está prohibido el embarque de valijas sin pasajeros. Lo curioso para los que estuvieron detrás de la búsqueda de esos mensajes fue un e-maildespachado cuatro días antes, el 16 de julio, desde la bandeja de Ariel Tamburrini en España: “Chicos: por favor si el día 21/07 tienen que pasar gente pa adelante, tengan en cuenta a gonzalez/jose y toimil/maria elena. son amigos y pax frecuentes. slds ariel” (sic).
El mensaje lo recibió el área de Tráfico Ezeiza. Aunque para la Justicia parece probada la relación entre Tamburrini y los españoles detenidos en Cádiz y con pedido de captura en la Argentina por tráfico de drogas desde 1995, el mail sería otro indicador. En ese mensaje, Ariel les decía a sus compañeros de Ezeiza que si había lugar en primera clase, pasen a sus amigos españoles hacía allí. El tipo de favores por los que Beltrame pasó un tiempo castigado fuera del Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
De la presentación judicial de SW se desprenden datos poco conocidos sobre las relaciones de Tamburrini, Wally y los españoles. Un reporte del jefe de SW en España, Marcelo Vernino, indica por ejemplo que los muchachos recibían “regalos” como “camisas, chombas, sábanas, trajes, etcétera”. Según comentarios de Tamburrini, aclara SW, “esta gente le facilitó la compra de un automóvil Mazda 3, año 2003, color gris”.
En Buenos Aires, Ariel tiene una dirección en el barrio El Ombú, de Los Polvorines. Cuando aún vivía allí, comenzó a trabajar para SW, su fecha de ingreso fue el 5 de marzo de 1999. Poco más de un año después, el 15 de octubre de 2001, pasó a cumplir funciones de supervisor del aeropuerto de Madrid. Permaneció en Barajas como supervisor hasta el 5 de diciembre de 2004, cuando ya se había descubierto el narcoembarque y cuando él estaba por quedar detenido diez días por pedido de la Justicia argentina. Cuando la gerencia de SW le pidió una declaración sobre los españoles, Ariel reconoció que los conocía. Y advirtió que mantenía “un trato de amistad y comercial”.
Para la empresa, en Madrid y a través de Tamburrini, Beltrame conoció a los españoles: “Pudo determinarse –dice el informe que presentaron en la causa– que Walter Beltrame, en viaje de comisión a Madrid para cubrir una posición transitoria de supervisor de aeropuertos, vivió en el mismo domicilio que Tamburrini durante aproximadamente 60 días, entre octubre y diciembre del 2003, tiempo en el que suponemos entabló una relación con estos pasajeros”.
Para noviembre del año pasado, Vernino solicitó la baja de Tamburrini “por la pérdida de confianza producto de las sospechas de mal desempeño de sus funciones, que incluían sospechas de transacciones fraudulentas con tickets de la empresa en el aeropuerto a favor de ciertos pasajeros entre los que se encontraban Toimil y González Villar, arriba citados”. “Lamentablemente”, dice el informe de la empresa, como no contaban con las pruebas suficientes, le pagaron indemnización. Tal como sucedió con Walter Beltrame que, según declaró SW, cobró 15 mil pesos de indemnización.
La hipótesis de la fiscalía no sigue la línea de razonamiento de la empresa, que cierra el círculo de sospechosos entre los “empleados infieles”. Es que aún no están tan claras la relación de Beltrame con los Maggio y la autonomía de sus decisiones en el marco de la compañía.
Wally llegó a Ezeiza como supervisor y, luego de un traslado al aeroparque Jorge Newbery, volvió al Aeropuerto Internacional en marzo del 2004 para ocupar un puesto de mayor jerarquía, semejante al de Salvador Florio, jefe de base de SW en Ezeiza. En ese momento, los empleados de SW en Ezeiza presenciaron la escena de presentación. Arriete y el gerente de personal de SW, Gilberto Lépori, lo acompañaron ese día para presentarlo formalmente. Ante los empleados, Lépori lo definió como “la voz de (Fernando) Arriete en Ezeiza”, el gerente de Ventas de SW. Es decir, el management general, su mano derecha.
Los empleados aseguran que esa situación generó tensiones entre Florio, un hombre mayor, y Beltrame. La tensión llegó al punto de que, un mes antes del narcoenvío, Florio pidió por escrito la baja de Beltrame. En ese caso, tenía un motivo: tal como adelantó este diario en su edición del lunes,Florio había pescado a Wally intentando subir cuatro valijas desde la pista y sin identificación.

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Walter Beltrame, ahora detenido, vivió 60 días en España en el mismo piso de Tamburrini.
 
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