EL PAíS › HERMES BINNER, CANDIDATO SOCIALISTA EN SANTA FE

“No se trata de enfrentar a Kirchner”

Es la figura que más preocupa al justicialismo por la gran ventaja que le lleva a cualquier candidato en su provincia. Con su estilo medido de siempre habla de la relación con el Gobierno, del PJ que enfrenta y del “disparate” de las leyes electorales santafesinas.

 Por José Natanson

Ni Elisa Carrió en la Capital Federal, ni Ricardo López Murphy en la provincia de Buenos Aires. Hermes Binner es el candidato que hoy le quita el sueño al Gobierno. Socialista, con el antecedente de una reconocida gestión como intendente de Rosario, Binner superó en varias oportunidades a los postulantes peronistas en la elección para gobernador, aunque la ley de lemas de su provincia le impidió siempre obtener el cargo. Ahora, fortalecido después de una alianza con el aparato radical, el ex intendente lidera cómodamente las encuestas, superando por varios puntos a todos los posibles candidatos oficialistas. Las encuestas le asignan a Binner una diferencia clara, de más del quince por ciento. En este contexto tan propicio para él, Página/12 entrevistó a Binner, que en su habitual tono medido explica el eje de su campaña, define su relación con Kirchner y critica al PJ de su provincia.
–Junto a otros líderes de centroizquierda usted coqueteó con el proyecto de transversalidad, la idea de un espacio progresista cercano al Gobierno pero independiente del PJ. Ahora va a enfrentar a los candidatos del Gobierno y es posible que Kir-chner haga campaña en su provincia: ¿está dispuesto a enfrentar públicamente al Presidente?
–Vivimos en democracia y es importante que haya una expresión libre de ideas, que entre todos construyamos la Argentina plural. No lo veo como una contradicción, ni creo que se trate de enfrentar a Kirchner, sino de demostrar que hay opiniones diferentes. Esto no significa entrar en una situación de disputas interminables, ni ver las cosas en blanco y negro, sino de trabajar de acuerdo a las necesidades de la Argentina.
–¿Y cómo encaja la idea de la transversalidad en este contexto?
–Todas las veces que estuvimos con el Presidente nunca se mencionó la palabra transversalidad. A pesar de eso siempre hubo una actitud excelente hacia Rosario, que hoy lleva adelante el actual intendente. Es una excelente relación. Se preservó la relación institucional más allá de la situación política. Creo que esto es una muestra de que la Argentina está madurando, de respeto a las instituciones.
–¿La aparición de Kirchner y la candidatura de Rosatti renovaron el peronismo de Santa Fe?
–No. Es el peronismo reutemenemista de siempre. Las ideas del Presidente no han sido tomadas como renovación por grandes sectores del justicialismo de Santa Fe. Y si lo hacen es por conveniencia circunstancial, por aggionamiento, pero no por la convicción de que en Argentina está pasando algo diferente.
–¿El peronismo de Santa Fe no es reflejo del gobierno nacional?
–No.
–¿Cómo conceptualiza políticamente al Gobierno? ¿Es de centroizquierda? ¿Es peronista?
–Es un gobierno justicialista, con muchos aciertos y algunos errores.
–¿Qué aspectos rescata de la gestión de Kirchner?
–Lo más importante me parece que es la política de derechos humanos y la renovación de la Corte Suprema, además del canje de la deuda, la idea de normalizar la situación argentina, algo a lo que se llegó después de mucho trabajo.
–¿Qué es lo más negativo?
–Hemos salido del quinto infierno. Queda mucho por construir y eso no se puede hacer de un día para el otro. Estamos en tiempos de renovar los planes Jefas y Jefes de Hogar, que fueron muy útiles en el momento en que se propusieron y se desarrollaron. Sin embargo, hoy deben ser renovados y transformados en auténticos planes de trabajo. Y estos planes tienen que ser descentralizados no sólo a las provincias sino también a los municipios, que son los que conocen mejor las realidades de la gente. Lo mismo sucede con los planes de reactivación y de viviendas, que la Argentina necesita tanto, pero que tienen que salir de abajo hacia arriba: de las ciudades a las provincias y de las provincias a la Nación.
–¿Cómo evalúa la gestión de Jorge Obeid?
–Después de 22 años de administración se nota un cansancio institucional importante. La gente de Santa Fe sabe, por ejemplo, lo que ocurre con Aguas Provinciales, un fiel reflejo de la impotencia de un gobierno para resolver un tema que es de la máxima importancia para la gente. La empresa se está yendo y no hay un plan para superar esta realidad.
–¿Cuál va a ser el eje de su campaña?
–En Santa Fe hay dos campañas porque hay dos leyes electorales, la nacional y la provincial. Y, como no podía ser de otra forma, Santa Fe siempre está innovando en materia electoral. El 7 de agosto, además de las internas para cargos nacionales, tenemos en simultáneo internas para cargos municipales, concejales y presidentes de comunas. Son elecciones obligatorias para la gente, que tiene que ir sí o sí, y para los partidos, que aunque tengan lista única tienen que ir. El grado de irracionalidad es tal que en 90 localidades hay un solo candidato, y hay 180 localidades en las que hay dos candidatos, de dos partidos diferentes. E igual tienen que ir a internas. Es un disparate.
–¿A qué lo atribuye?
–A lo que siempre ha hecho el peronismo de Santa Fe: manipular las leyes electorales, en este caso para movilizar los aparatos y crear un efecto antes de la elección.
–¿Cuál va a ser su programa de campaña?
–Lo que pretendemos es hacer en la provincia de Santa Fe lo que hicimos y seguimos haciendo en Rosario: un gobierno solidario, participativo y transparente. Venimos de una experiencia interesante en Rosario, que fue declarada ejemplo de gobernabilidad democrática en América latina por la ONU. Para eso es necesario ocuparse de algunas cuestiones. En Santa Fe hay 180 mil jóvenes que no estudian ni trabajan. Es gravísimo, sobre todo en esta etapa de la vida, donde se supone que se tienen más inquietudes. Es una carga muy grande, no sólo para ellos sino para toda la sociedad, que no ha sabido orientarlos a un futuro. Un ejemplo terrible es lo que ha pasado en el Penal de Coronda, las edades de los reclusos, que tenían 20 o 22 años. Por otro lado, esperamos que Argentina siga creciendo y que se renueve la confianza en el futuro.
–Aunque quizás aporte una estructura importante, ¿no teme que la alianza con el radicalismo se convierta en un peso, teniendo en cuenta que se trata de un partido tradicional, con vicios de vieja política?
–Lo interesante del radicalismo es que tiene una realidad territorial importante, con intendentes en el interior de la provincia que llevan adelante propuestas muy cercanas a las necesidades de la gente. Es una base territorial importante que suma a una propuesta de cambio en la provincia.
–¿No es un contradicción competir con el ARI, que lo apoyó en varias oportunidades?
–Es que ellos tienen una forma diferente de construir, que es la que define. Hay que buscar consensos y acuerdos, tratar de sumar y por eso nosotros avanzamos en una sumatoria con los movimientos sociales. En nuestra provincia, y en el país en general, hay una cultura del disenso, de pensar en qué me diferencio del vecino. Y si vemos cómo han avanzado Chile, Uruguay, se comprueba que se avanzó gracias a los consensos, sin pensar que la verdad de uno es la verdad de todos.

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