EL PAíS › LOS DIRECTORES DE IRSA, ENFRENTADOS A ECONOMIA, REVALIDARON SU SALARIAZO

Película de acción en el Hipotecario

Acusado por la Comisión Nacional de Valores de manipular el precio de la acción para cobrar indebidamente 30 millones de pesos en honorarios, el directorio del Banco Hipotecario logró convalidarse en la asamblea de accionistas, por escaso margen y con oposición de los representantes del Estado.

 Por Claudio Zlotnik

Por el rango de sus protagonistas, y si fuese bajo las potentes luces de un ring de Las Vegas, podría publicitarse como “La pelea del siglo”. Podría venderse así: de un lado nada menos que el Ministerio de Economía. Del otro, uno de los grupos económicos más poderosos de la Argentina: IRSA, dueño de la mayoría de los shopping centers y de miles de hectáreas de tierra. La puja está planteada alrededor del Banco Hipotecario, activo en que el Estado y el grupo privado son socios. La contienda se desarrolló ayer durante la asamblea de accionistas. En medio de las graves acusaciones de la Comisión Nacional de Valores por el cobro indebido de 30,9 millones de pesos y la manipulación en el precio de la acción de la entidad financiera, IRSA, de Eduardo Elsztain, obtuvo un apretado triunfo, con el 50,9 por ciento de los votos a favor y el 49,1 en contra. Aunque desde el Gobierno juran que habrá un segundo round que se dirimirá en los tribunales.
La multitudinaria asamblea se realizó en el séptimo piso de la casa central del Hipotecario. El edificio ideado por el arquitecto Clorindo Testa, que en repetidas oportunidades fue galardonado por su diseño vanguardista, ayer fue la sede de las acusaciones cruzadas. Los directores que representan al Estado y a los empleados mostraron su oposición a que sus socios del sector privado se repartieran indebidamente 30,9 millones de pesos. Y resaltaron que existen dos investigaciones de la Comisión Nacional de Valores (CNV), ente regulador del mercado de capitales, en las cuales se denuncian las irregularidades. La CNV depende del Ministerio de Economía. Los directores de IRSA se defendieron. Y a media tarde, cuando la reunión ya había finalizado con su triunfo, y en diálogo con este diario, algunos de ellos acusaron directamente a Guillermo Nielsen, secretario de Finanzas, de llevar adelante una ofensiva “con el objetivo de manejar el banco”.
Las dos pesquisas de la CNV se abrieron en el último mes. En la primera se objetó que entre los integrantes de la cúpula de IRSA se distribuyeron nada menos que 30,9 millones de pesos a espaldas del resto de los accionistas: se decidió en el Comité Ejecutivo del banco, sin darle participación a la asamblea. La segunda investigación concierne a si existió una manipulación en el precio de la acción del banco. El papel subió 50 por ciento en los dos meses posteriores a que se anunciara la probable compra de la filial local de la Banca Nazionale del Lavoro.
Esta circunstancia es muy importante, ya que las bonificaciones que se repartieron fueron en concepto de lo que en el banco se denomina Sistema de Apreciación de la Acción (SAR), que les corresponde a los directores que integran el Comité Ejecutivo, del que quedan excluidos los representantes del Estado. Es decir, si la cotización llega a determinado monto, hay premios. Fue lo que sucedió.
Desde IRSA desestiman la posibilidad de un manejo discrecional, y ofrecen una prueba: en ese lapso, las ofertas de ventas de acciones del Hipotecario triplicaron a las de compras, lo cual desmentiría cualquier especulación a la suba.
Durante la asamblea de dos horas y media, Julio Macchi, director en representación del Estado, hizo una fuerte crítica al hecho de que los socios de IRSA hayan decidido unilateralmente el cobro de los suculentos honorarios, sin informarle al resto del directorio. De acuerdo con su apreciación, el Hipotecario debería compensar las pérdidas sufridas durante la crisis antes de enriquecer a sus directores. “¿Acá hay algún acreedor del banco?”, preguntó Macchi, para resaltar la injusticia de que mientras a los bonistas se les aplicó una quita en la reestructuración de los pasivos, poco tiempo después los dueños se están repartiendo suculentos dividendos. Edgardo Fornero, en representación de los empleados de la institución, avaló la postura crítica de Macchi. Incluso fue más allá, al cuestionar la privatización. Elsztain encabezó la defensa de la gestión privada. Enumeró los principales indicadores del banco, que dan cuenta de una situación de solvencia: el patrimonio neto asciende a 2014 millones de pesos, el segundo más importante del sistema financiero, resaltó. Muchos de los presentes lo vivaron. Clarisa Lifsic de Stol también hizo una cerrada defensa del grupo empresario.
Anoche, en Economía analizaban la posibilidad de recurrir a la Justicia para impugnar la asamblea. Resaltaban que otros socios privados, como las AFJP y el Bank of New York, habían desistido de votar a favor de IRSA. En tanto, en el grupo concluían que ya no hay más espacio para la guerra: “Es inminente una decisión política que ponga fin a esta situación”, especularon. Esperan que Roberto Lavagna defina si acepta la oferta de Elsztain de retirarse del negocio.

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Eduardo Elsztain, titular del grupo IRSA, junto a su rival de hoy, Lavagna. Ayer logró un apretado triunfo en la asamblea.
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