EL PAíS › DETUVIERON AL REPRESOR DE AUTOMOTORES ORLETTI EDUARDO RUFFO

Un torturador en Barrio Parque

Miembro de la banda de Aníbal Gordon, estaba prófugo y fue arrestado ayer por la tarde. Está acusado por más de treinta desapariciones. Se apropió de una menor que fue restituida.

 Por Victoria Ginzberg

Su firma aparece en el contrato de alquiler del centro clandestino Automotores Orletti. Se apropió de la hija de una desaparecida. Tenía una orden de captura por los crímenes que cometió durante la última dictadura. Y, sin embargo, caminaba como cualquier hijo de vecino por Barrio Parque. Eduardo Alfredo Ruffo fue detenido ayer por la tarde por Interpol. Su arresto había sido ordenado por el juez Daniel Rafecas, que investiga las violaciones a los derechos humanos en el Primer Cuerpo de Ejército en los años del terrorismo de Estado.

El represor fue detenido en la calle Juez Tedín al 2700 del Barrio Parque y fue trasladado a la Unidad Antiterrorista, en Cavia 3350.

Está acusado de “privación ilegal de la libertad agravada” en treinta y dos casos y de haber cometido “tormentos reiterados” contra los desaparecidos de Automotores Orletti, la sede del Plan Cóndor en Buenos Aires que regenteaba la SIDE. El hombre, que fue mano derecha del jefe de ese centro, Aníbal Gordon, siguió trabajando para la SIDE en democracia y recientemente mantuvo contactos con periodistas uruguayos, a quienes aportó información sobre represores y víctimas de ese país que tuvieron conexión con la Argentina.

El arresto de Ruffo, alias Zapato, se produjo en el marco de la causa sobre los crímenes cometidos en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército, en la que se encontraba Orletti, que funcionó en un taller mecánico alquilado en Venancio Flores y Emilio Lamarca, entre mayo y noviembre de 1976.

En agosto pasado, el juez Rafecas solicitó a Interpol una investigación “nacional e internacional para lograr la detención del ex agente operativo de la SIDE”, que ya estaba prófugo. A partir de ese reclamo se ordenaron varias intervenciones telefónicas hasta que se detectó al propio Ruffo por una de las líneas. Ayer por la tarde el hombre fue detenido cuando salía de una casa en Barrio Parque. Quienes participaron del operativo señalaron que el represor, que llevaba un cédula de identidad con su nombre, se mostró “sorprendido”. Hoy será indagado por el juez Julián Ercolini, quien reemplaza a Rafecas, actualmente de licencia.

Además de su responsabilidad en las torturas y desapariciones de los secuestrados de Orletti, Ruffo se apropió personalmente de una niña. Carla Rutilo Artés fue secuestrada junto con su madre, Graciela, en Bolivia. Ambas fueron entregadas en la frontera de Villazón-La Quiaca a las fuerzas de seguridad argentinas y fueron llevadas a Automotores Orletti. Graciela nunca apareció. Carla fue anotada como hija propia por Ruffo y fue hallada por Abuelas de Plaza de Mayo en 1985. El agente de inteligencia fue condenado por la falsificación del documento de la menor, pero no fue juzgado por la apropiación de la niña.

Ruffo es parte del grupo de represores que actuó en Orletti que mandó a detener Rafecas. También fueron de la partida el coronel Ruben Visuara, el vicecomodoro Néstor Horacio Guillamondegui y el general Eduardo Rodolfo Cabanillas y los ex agentes de inteligencia Honorio Martínez Ruiz –que estaba preso por el robo a las cajas de seguridad del Banco Nación– y Raúl Antonio Guglielminetti. El resto de los acusados del caso son diez represores uruguayos que participaron desde Orletti en los secuestros del Plan Cóndor, de coordinación entre las dictaduras del Cono Sur. Las extradiciones de estos hombres están siendo tramitadas por la Justicia uruguaya.

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El agente de inteligencia Eduardo Ruffo en 1985 y el centro clandestino Automotores Orletti.
 
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