EL PAíS › EN MEDIO DEL SILENCIO OFICIAL, EL OBISPO PIÑA DESCARTO UNA CARRERA POLITICA

“Les diría que aprendan la lección”

Tras su triunfo contra la reelección indefinida de Rovira, el obispo Piña aclaró que su participación fue sólo “en defensa de la democracia”. La oposición, en tanto, analiza cómo posicionarse luego del resultado, aunque admite que es muy difícil armar un frente parecido a nivel nacional. Ningún funcionario del Gobierno salió a analizar el resultado.

Joaquín Piña dejó en claro que el triunfo obtenido el domingo no es el principio de una carrera política –de la que se bajó ayer expresamente–, sino el cierre de una misión que se propuso en defensa de la democracia. “El gran ganador no es Piña, es el pueblo de Misiones, la democracia, esto es lo que hay que ponderar”, indicó el sacerdote y cabeza del frente opositor que puso punto final a las pretensiones del gobernador Carlos Rovira de reformar la Constitución para obtener la reelección indefinida. El impacto de la derrota dejó sin palabras a la primera línea de los gobiernos local y nacional, mientras que la abigarrada oposición debió admitir que la alianza lograda en la provincia mesopotámica no se trasladará mecánicamente al resto del país.

Piña se convirtió en la figura de la jornada y no sólo debió explicar los alcances del triunfo, sino también marcar los límites de su incursión política ante las especulaciones que lo hacían cabeza de una entente para buscar la gobernación en el 2007.

“Yo tengo muy clara cuál es mi vocación. En absoluto pienso seguir en política. El Papa lo dijo hace poco, que la política es campo para laicos. No acepté nunca ni voy a aceptar un cargo público, eso no es lo mío. Insisto, esto no se vuelve a repetir, esto pasó una vez y no más. Ya tengo 76 años y me toca un poco de retiro y descanso”, cerró el tema que empezaba a entusiasmar a algunos referentes enfrentados con el Frente Renovador de Rovira.

Cuando le insistieron de los movimientos existentes para seducirlo con alguna candidatura, Piña fue al grano: “Sé que me van a tentar, pero yo sé lo que voy a hacer, soy catalán y cuando digo una cosa es hasta el final”.

El obispo emérito de Puerto Iguazú dedicó un tramo de su arenga a Rovira y compañía. “Este es el gran paso de la gente, que se dio cuenta que no pueden vender su voto por una dádiva. Por encima de todo eso está la dignidad de la persona. Yo le diría que aprendan la lección, se bajen un poquito de su soberbia, porque la soberbia es una mala consejera”, aseveró.

Sobre su participación activa en los comicios, Piña se defendió y hasta pareció hacer una alusión a Néstor Kirchner, quien lo había cuestionado por su incursión en la pulseada misionera. “Algunos dicen que por qué la Iglesia se mete, y lo malo sería que la Iglesia no hablase y no enseñase, el pastor es maestro también y todo esto que sucedió nos dejó enseñanzas a todos.”

En ese sentido dijo que su militancia “ha servido para que la gente vaya tomando conciencia de sus derechos, sepa cómo defenderse y organizarse. Es propio del pastor anunciar el Evangelio, con todas sus consecuencias, no sólo es una doctrina celestial. El Evangelio –dijo– tiene una incidencia en nuestra vida práctica, no se puede separar la fe de la vida, de la vida de todos los días”.

“Yo –continuó– tuve mucha experiencia con la dictadura de (Alfredo) Stroessner, cuando viví en Paraguay, y también acá en Argentina y me dije: no podemos volver a eso. Lo bueno es que encontré mucho apoyo en la gente, y está la diócesis que ha ido creciendo en estos años con el apoyo de los laicos, pero también debo reconocer que tuvo mucho apoyo de mis hermanos del episcopado, prácticamente desde el cardenal Jorge Bergoglio a los demás, y eso a mí me reconfortó.”

Claro que Piña rápidamente aclaró sobre el punto: “No me metí en esto porque me lo pidieron ellos, fue por decisión propia, pero haberlo hecho y que me brindaran su apoyo, me reconfortó mucho. La palabra política se puede entender de distintas maneras, hay una alta política, que sería la ciencia del bien común, la que nos corresponde a todos, la de los derechos humanos, de la dignidad de las personas, pero lamentablemente en el lenguaje común, la gente entiende por política la pelea por el poder, la politiquería, en esa baja política, no entramos”, aseveró.

Silencio oficial

El Frente Unidos por la Dignidad de Piña le sacó 13 puntos de ventaja al Frente Renovador de la Concordia Social, que lideró la prima del gobernador, Viviana Rovira. El sacerdote logró aglutinar detrás suyo a sectores heterogéneos del ámbito nacional, como el PRO de Mauricio Macri, el ARI de Elisa Carrió, la CTA de Víctor De Gennaro, la CGT de Hugo Moyano, dirigentes radicales, lavagnistas y hasta Juan Carlos Blumberg.

El senador Luis Viana, peronista él pero encolumnado con el frente de Piña, explicó ayer que si bien el cuerpo de constituyentes opositores no tomó una resolución sobre la futura asamblea dijo que les pedirá que analicen la posibilidad de que no sesione para evitar gastos innecesarios ya que allí se debe discutir un solo artículo. “El mensaje fue muy claro, el no a la reforma y a la reelección indefinida”, dijo.

Viana es un legislador que tiene contacto con la Casa Rosada y uno de los tantos dirigentes que sueña con la gobernación. Esa alternativa parece menos imposible ahora que se cayó el proyecto continuista de Rovira.

Las encuestas fueron estrellas de la elección, por lo lejos que estuvieron de acertar el resultado. El Gobierno difundió numerosos sondeos que mostraban vencedor a Rovira. Algunos veían a un gobernador triunfante por 5 puntos, otros por 20. El único que daba ganador a Piña, y que no manejó el kirchnerismo, fue el de Opinión Autenticada (ver página 4).

Poco tiempo después de su incursión por Posadas, donde encabezó un acto de apoyo a Rovira, Kirchner decidió no retornar a la provincia de tierra colorada. El dato fue entendido por la oposición como un signo de que conocía las escasas probabilidades de éxito electoral.

Algunas fuentes aseguraron que militantes roviristas pensaban hacer presencia en las calles primereando los festejos. Iba a ocurrir en momentos en que los cómputos oficiales todavía marcaban un punto de diferencia a favor de Rovira, ya que se demoraba la entrega de datos de las zonas urbanas, donde Piña consiguió las mayores adhesiones.

Todo cerraba con las sospechas de fraude esgrimidas por la oposición. Pero una llamada desde el gobierno nacional frenó las manifestaciones callejeras del oficialismo. La orden de Aníbal Fernández habría pedido a la provincia que se ocupe de garantizar la “paz social”.

Hasta ahora Rovira se mantuvo en un silencio de radio, apenas cortado por un comunicado de pocas líneas en el que aceptaba la derrota. Lo mismo Kirchner, a quien la adversidad de su aliado misionero lo encontró en la Patagonia. Habrá que ver si hoy, en un acto anunciado en la Casa Rosada, alude directa o indirectamente al tema. Por ahora, desde el Gobierno sólo se animó a hablar Luis D’Elía, quien hizo una suerte de autocrítica.

“No se puede convocar a una constituyente por un solo artículo. En todo caso, debe significar reformas de toda la carta o aspectos que el pueblo considere sustantivos de la constitución”, dijo el subsecretario de Tierras.

El funcionario también vio allí “un mensaje para el resto de los gobernadores que plantean reelecciones”, como (el bonaerense Felipe) “Solá, (el tucumano José) Alperovich, (el jujeño Eduardo) Fellner. La lista es larga, es un mensaje claro en ese sentido”.

Finalmente, consideró que los comicios tuvieron “varias paradojas: uno, que Piña es un hombre de la izquierda cristiana teológica de la liberación, y el principal beneficiado parece ser Ramón Puerta. Creo que Piña no trabajó para que el menemismo accediera a instancias ejecutivas, pero por estas horas aparece como el principal beneficiario”.

En tanto, Edgardo Depetri, diputado kirchnerista e integrantes de la CTA que respaldó a Piña, se mostró como un equilibrista. “Fue un cachetazo de la población de Misiones a la reelección de Rovira. Esto ha tocado a Kirchner pero la oposición se equivoca cuando utiliza el resultado para descalificar toda la política del Gobierno, porque la mitad de los que votaron al frente opositor votarían por Kirchner”, dijo Depetri, un impulsor de la candidatura de Alberto Balestrini a gobernador bonaerense, con quien compartió un acto el sábado en La Matanza. “La oposición –concluyó– intenta hacer aparecer una derrota de Rovira como una derrota de Kirchner cuando en realidad nosotros no tenemos problemas electorales.”

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El obispo emérito Joaquín Piña, ayer, en Iguazú, donde atendió a los medios luego de su resonante triunfo electoral.
 
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