EL PAíS › EDUARDO MACALUSE, TITULAR DEL BLOQUE DEL ARI

“No buscamos un matrimonio de conveniencia”

Crítico del “autoritarismo” del Gobierno, al que acusa de “sacar tajada” en el caso Gerez, confirma que Carrió será candidata y que su partido busca una elección digna. “Lavagna es un pulmotor de los sectores más tradicionales.”

 Por Eduardo Tagliaferro

No le molesta pasar el verano en Buenos Aires si puede cambiar su rutina. Aunque la ciudad aparece vacía, la política todavía no se tomó descanso. El caso Gerez todavía lo encuentra con las defensas altas. “Es un miserable quien busque sacar tajada con el tema derechos humanos”, dice a este diario el titular del bloque del ARI, Eduardo Macaluse. Afirma que no quiere que el Gobierno le imponga los tiempos ni la agenda electoral. En esta entrevista con Página/12 confirma que Elisa Carrió será la candidata a presidente y que en Santa Fe apoyarán al socialista Hermes Binner. Aunque dice que hay tiempo, calcula que en Buenos Aires irán con fórmula propia. “No le veo ninguna perspectiva a Roberto Lavagna”, dice luego de calificar la candidatura del ex ministro como parte de “la interna del gobierno”.

–¿Por qué el ARI pide una sesión especial para tratar el caso Luis Gerez? –El caso es gravísimo. Si es verdad que hubo un secuestro realizado por paramilitares, es muy grave. Si no lo realizaron paramilitares o se debió a una cuestión interna del justicialismo, el tema es también muy grave. Cuando se conoció el caso nos pusimos a disposición de las autoridades institucionales, ya que estamos convencidos de que con el tema derechos humanos no se juega. No quisimos sacar tajada política y nos parece de cuarta que el Gobierno quiera lograr un rédito político con el caso.

–¿Cómo sacaría ventaja política con este tema?

–Me parece que quien busque sacar tajada con el tema derechos humanos es un miserable. Se ubique en el espectro político que se ubique. El tema tiene que ver con el futuro, con la democracia, con el respeto por las personas. Por eso no hicimos críticas y nos ubicamos al lado de quienes querían que Gerez y Jorge Julio López aparezcan con vida. El silencio genera fantasmas en todos los órdenes de la vida. Si desde el Gobierno se diera información precisa, los fantasmas se evaporarían. No se le puede reclamar a Gerez esa información. Se supone que el Gobierno evaluó el caso, se supone que hay una Secretaría de Inteligencia que además de revisar la vida íntima de la clase política y del empresariado argentino hará otra cosa, ¿no? Alguna información tendrán para dar.

–Elisa Carrió llamó fascista al gobierno de Kirchner. ¿Qué le parece?

–Este es un Gobierno fuertemente autoritario. Por concentrar poder pueden generar acciones que luego terminamos sufriendo todos los argentinos. A veces se les cae encima de sus cabezas, como el tema de la Quinta de San Vicente, la reelección indefinida en Misiones. Por concentrar más poder son capaces de no tener límites.

–Después de Misiones parecería que la alternativa de la oposición fuera unificarse contra Kirchner. ¿Qué escenario vislumbra el ARI?

–No es bueno juntarse para ganarle a una persona o a un partido. Lo que necesita la Argentina no es una oposición fuerte sino una alternativa política seria. Cuando se mira de derecha a izquierda el espectro político, está claro que no hay propuestas serias ni consecuencia. No buscamos un matrimonio de conveniencia para la elección que viene porque si no terminaríamos convirtiéndonos en lo que combatimos. Hay un reclamo constante por una alternativa política diferente.

–Pero ese reclamo es del 2001.

–Es cierto que ese reclamo es espasmódico. Le diría que si la economía está estable la sociedad tolera agresiones a la ley, tolera que no se cumpla con las promesas de campaña o con una justa distribución del ingreso. La democracia no se puede limitar a agradecer que no se hagan olas o mirar para el costado. Los grandes medios de comunicación fueron algunos de ellos. Basta revisar la tapa de los grandes diarios, mirar lo que decían los noticieros durante semanas y meses antes del corralito. Incluso durante el menemismo. Buena parte de la dirigencia política se recicló y acomodó de manera oportunista. Cuando el techo se nos viene encima se convierten en los más vehementes denunciadores de lo que ya pasó. Rosa Luxemburgo decía que “ser revolucionario es denunciar las cosas que pasan en el momento que pasan”. En la dirigencia política argentina hay mucho oportunismo, hay mucha gente que se autodenomina progresista y aunque nunca tuvieron definiciones progresistas, sin embargo se los tiene por progresistas. Por ejemplo a este Gobierno, que tiene una gran simulación.

–¿Por qué ocurre?

–Porque el progresismo argentino tiene mucho de litúrgico. Si uno cumple con el rito progresista, es progresista más allá de que haga lo que haga, de con quién haya estado, de lo que haya votado. Eso deteriora la calidad de la democracia.

–¿Por qué funcionaría la seducción?

–Por varias cosas. Una porque no hay mucho para elegir. Incluso hasta parece bueno que hubiera un gobierno que no repitiera el discurso menemista. Algunos podrían considerarlo como una transición hacia otra cosa. Otros fueron cooptados con subsidios o con un cargo en el gobierno. También están los que de buena fe piensan que este Gobierno es un avance respecto del menemismo.

–¿Por qué se opusieron a la Ley de Educación?

–Con números en la mano nosotros demostramos que se podía haber destinado el 6 por ciento del PBI para la educación desde este año. Teniendo el Gobierno el excedente que tiene, demorar hasta el 2011 destinar el 6 por ciento del PBI para la educación es una decisión política que deja aulas sin construir, escuelas sin construir, y sobre todo deja dudas de que la mayoría de los artículos se apliquen. Creemos que esta ley no llegará a las aulas y en educación una buena ley es la que llega a las aulas. Todo el mundo sabe que con más de 15 alumnos en inicial y más de 25 en media, no se puede dar clases. Esto alguien lo tenía que decir.

–¿La ley fue una puesta en escena?

–La misma semana que la ley entró al Senado se lanzó la candidatura de Daniel Filmus. El nacimiento de la candidatura venía con una ley de educación debajo del brazo. Eso también había que decirlo. Si no hay voluntad de la Nación, ni presupuesto, los problemas van a seguir existiendo.

–Usted y muchos dirigentes del ARI se identifican como centroizquierda. Carrió dialoga más con referentes de derecha. ¿Cuál es el espacio del ARI?

–El ARI tiene un problema que es bueno tenerlo pero que es de difícil resolución. Es un partido cuya mayoría se ubica en la centroizquierda pero que tiene un liderazgo que va mucho más allá de la centroizquierda. Hay muchos sectores de centro que ven en Carrió un liderazgo positivo. Esa tensión la tenemos que resolver inteligentemente. No podemos reclamar al liderazgo que abarque menos de lo que abarca. Tampoco podemos tirar nuestras ideas y nuestra trayectoria para tener más votos.

–¿Qué hará el ARI en Santa Fe?

–Apoyaremos la candidatura de Hermes Binner.

–¿En provincia de Buenos Aires?

–Lo más probable es que vayamos solos. Tenemos una buena base electoral en la provincia. Quizá sumemos gente honesta de algunos proyectos vecinalistas. Lo que sí tenemos claro es que no lo haremos con los partidos tradicionales. Por ahora el escenario es lábil. Vamos a esperar que se vaya definiendo el escenario para tomar posición.

–¿Considera que Lavagna podrá sumar sectores de la derecha, como Macri, y polarizar con Kirchner?

–Lavagna es como una suerte de pulmotor que alarga la vida de las fuerzas políticas más tradicionales: el radicalismo y parte del PJ. Ahí va a jugarse la interna del PJ. No creo que Lavagna tenga capacidad para liderar la oposición porque es parte de la interna del Gobierno. Ha tenido páginas y páginas de diarios y su candidatura está muy por debajo de Carrió. No le veo ninguna perspectiva a Lavagna.

–¿Qué expectativa tiene el ARI para la elección presidencial?

–Está definido que Carrió será nuestra candidata. Nuestra principal expectativa es sostener nuestras ideas y demostrar que se puede hacer política sin dinero espurio del Estado y hacer una elección digna.

–¿Qué es hacer una elección digna?

–No hicimos cálculos electorales, pero superaremos tranquilamente el 15 por ciento obtenido por Carrió en la última elección.

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Imagen: Sandra Cartasso
 
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