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El fallo de la Corte de La Haya hizo transpirar al canciller uruguayo

Fue interpelado en el Senado y la oposición reclamó su renuncia. Le reprocharon la decisión del tribunal internacional sobre la pastera.

Entre pedidos de renuncia y versiones de una cercana remoción, el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, atravesó uno de los días más difíciles de su mandato. Los partidos opositores al Frente Amplio lo citaron en el Senado para una interpelación, durante la cual los legisladores le reclamaron que dé un paso al costado. Le reprocharon el fallo de la Corte de La Haya sobre las papeleras, desfavorable para el Uruguay, y también le endilgaron haber quedado al margen de negociaciones importantes, tanto en el caso del conflicto con Argentina como con la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Las críticas a la gestión de Gargano fueron en aumento luego de que trascendiera que el presidente George W. Bush visitará Uruguay en los primeros días de marzo, algo de lo que el ministro dijo no estar al tanto. “No sabía nada” sobre la visita, declaró el miércoles, cuando una pregunta sobre el tema lo tomó por sorpresa.

Los legisladores de la oposición remarcaron que Gargano tuvo un papel secundario en la cuestión de las papeleras, ya que las negociaciones con la Argentina fueron timoneadas por el secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández. Sacaron provecho, además, de la interna que divide al gobierno de Vázquez por la firma del Tratado de Libre Comercio con Norteamérica. Como se sabe, el canciller tiene una postura de defensa del Mercosur y ha mantenido distancia de las conversaciones para el Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones (TIFA) firmado con el gobierno norteamericano el pasado 25 de enero en Montevideo, en una ceremonia a la que Gargano no asistió.

“Su gestión ha sido muy pobre”, sostuvo el líder del Partido Nacional, Jorge Larrañaga, poco antes de que comenzara la sesión al argumentar el pedido de renuncia. Una vez en el recinto, el legislador Carlos Moreira, del mismo partido, fue quien hizo los mayores cuestionamientos al sostener que Tabaré Vázquez ha “sustituido” en materia de política exterior al canciller, transformándolo en un “ministro virtual”. En la misma línea, el senador del Partido Colorado Washington Abdala auguró la segura caída del ministro, señalando las “ofensas” y “desaires” que, dijo, soporta desde el gobierno, en el marco de un “conflicto con el presidente Vázquez que daña al país”. La sesión tuvo así un tono áspero, pero el oficialismo respaldó a su ministro y lo puso a salvo de daños mayores.

Gargano, que consideró “respetables” los reclamos opositores, pasó por cinco horas y cincuenta minutos de interpelación y dijo a los periodistas que no va a renunciar, aunque aclaró que “el presidente de la República” tiene a su disposición una carta con su renuncia para dale uso en el momento en que lo decida.

El pase del canciller por el Congreso se produjo en medio de fuertes versiones sobre su eventual remoción. El semanario Búsqueda publicó que Gargano se encuentra en una “delicada situación política” por sus choques con otros integrantes del Gabinete, como Danilo Astori, el titular de Economía. El semanario añadió que el presidente Vázquez está evaluando relevarlo. A su vez, el diario El Observador sostuvo que el embajador uruguayo en Estados Unidos, Carlos Gianelli, es candidato a reemplazar al canciller. Sin embargo, Gargano calificó de “especulaciones” lo publicado por la prensa. Y al término de la interpelación, el Frente Amplio difundió un comunicado de prensa en el que ratificó su “categórico respaldo político a la gestión realizada por el ministro”.

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El canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, pasó ayer un mal día.
 
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