Viernes, 29 de junio de 2007 | Hoy
EL PAíS › MACRI Y TELERMAN ACORDARON LA TRANSICION, PERO NO COINCIDIERON SOBRE LAS CUENTAS
Macri le dijo a Telerman que sus números eran “optimistas”. “Pero reales”, le respondió el jefe de Gobierno, quien negó la existencia de empleados ñoquis como insisten en el PRO. Los temas serán discutidos ahora por los equipos técnicos designados por cada uno. Confirmaron que el traspaso de mando será el 10 de diciembre.
Por Santiago Rodríguez
Mauricio Macri y Jorge Telerman se juntaron ayer y definieron los ejes de la transición. Sin embargo, hubo algo en lo que no se pusieron de acuerdo: en el estado de las cuentas de la ciudad de Buenos Aires. Fue el jefe de Gobierno electo –quien reclama la entrega de la administración porteña con las finanzas equilibradas y sin ñoquis– el que abrió el fuego. “Tenemos diferencias con los números”, planteó y calificó de “optimistas” los cálculos del actual mandatario local. “Pero realistas”, respondió Telerman y le explicó que los ñoquis de los que hablan los macristas no existen. El tema será ahora materia de discusión de los equipos que ambos designaron para coordinar el traspaso del gobierno.
Lo que Macri y Telerman acordaron como principio rector de la transición fue que “todos los temas que vayan más allá del presente mandato se discutirán”. Eso incluye, entre otras cosas, el presupuesto 2008, las obras que están previstas pero aún no comenzaron, las licitaciones pendientes y diversos programas de gobierno.
Los dos coincidieron también en la necesidad de concretar la entrega del mando en la fecha prevista. La salida anticipada es un fantasma que por estos días agitan en el kirchnerismo porteño. Macri no tiene ningún interés en asumir antes de tiempo –tampoco Telerman quiere que lo haga– y lo dejó bien claro: “Vamos a garantizar la gobernabilidad hasta el 10 de diciembre”, remarcó.
La voluntad de ambos de no acelerar los tiempos del recambio quedó reflejada también tras la firma del Acuerdo para la Implementación de la Transición de Gestión de la Ciudad de Buenos Aires. “Te estás llevando uno de mis fetiches”, le advirtió entonces Telerman a Macri, al ver que se metía en el bolsillo su lapicera. De inmediato, el jefe de Gobierno electo amagó con dársela, pero Telerman no lo dejó: “Me la devolvés el 10 de diciembre”.
En el acuerdo refrendado por Telerman y Macri –que fue rubricado también por la vicejefa electa, Gabriela Michetti– el análisis de la situación de las finanzas porteñas quedó incluido en el punto referido a la “Ejecución presupuestaria ejercicio financiero 2007”. Los encargados de comparar los números que manejan unos y otros serán Néstor Grindetti, el futuro ministro de Hacienda de Macri, y Sergio Beros, quien hoy desempeña ese cargo.
En la previa de la reunión entre el jefe de Gobierno y su electo sucesor, Grindetti puso una cuota de presión: consideró que no va a ser fácil para la actual gestión equilibrar las cuentas e insistió en que hay que eliminar los ñoquis. “Telerman se comprometió a dejar las cuentas de la ciudad ordenadas y aseguró que tenía un proyecto para ello”, completó después del encuentro el futuro jefe de gabinete porteño Horacio Rodríguez Larreta, a quien Macri confió la interlocución con el jefe de Gobierno mientras descanse en París.
La respuesta del gobierno porteño corrió por cuenta del secretario de Prensa y Difusión, Oscar Feito: “Nosotros no tenemos conocimiento de que existan ñoquis”.
De similar tono fue la contestación que Macri se llevó al respecto de parte de Telerman, con quien conversó casi media hora a solas en el despacho que ocupará una vez que asuma y en el que había estado ya alguna vez. “¿Siempre fue así?”, preguntó al ingresar y Telerman no pudo con su genio: “No. Mis antecesores tenían mal gusto”.
A continuación le manifestó que su objetivo con la transición es allanarle el camino. “Uno recién se hace conocedor de la gestión a los seis u ocho meses de asumir. Este esquema te ofrece la oportunidad única de asumir con un handicap muy grande”, cuentan sus colaboradores que le dijo ya acomodados en los sillones grises de su despacho.
Después del tramo mano a mano, los dos se dirigieron a una reunión ampliada en la Sala de Acuerdos de la Jefatura de Gobierno. Allí los aguardaban Beros, Feito y el ministro de Gobierno porteño, Diego Gorgal, junto a los macristas Rodríguez Larreta, Michetti, Grinde-tti y el vicepresidente primero de la Legislatura, Santiago De Estrada, quien coordinará los aspectos legislativos de la transición con Florencia Polimeni.
Como si fuese un guía turístico, Telerman le explicó que allí se hacían las reuniones de gabinete y su interlocutor le devolvió una broma que encerró una ironía hacia Aníbal Ibarra: “Ah, la inauguraste vos”.
La reunión que Macri y Telerman compartieron con sus colaboradores fue casi protocolar. Lo sustancial fue la charla entre sí a puertas cerradas.
Así como Macri planteó su preocupación por las cuentas, Telerman manifestó su inquietud por la continuidad de las acciones culturales –le recomendó no cerrar el canal Ciudad Abierta– y de los planes sociales. Obtuvo por respuesta que “todo lo que sirva lo voy a continuar”.
A solas hablaron también de la necesidad de sancionar una ley que posibilite a la ciudad recibir la policía tras la derogación de la Ley Cafiero. Telerman se comprometió a enviarle a Macri un borrador que ya tiene preparado en ese sentido y a consensuar sobre esa base un proyecto para remitir a la Legislatura.
Macri también le confirmó a Telerman su idea de reformar la Constitución porteña para modificar el sistema de ballottage y reducir el número de comunas. Y no puso obstáculos para que avance con la demorada licitación del mobiliario urbano. No hubo referencias a la posibilidad de pedir durante la transición préstamos que le permitan al próximo gobierno contar con mayores recursos para obras ni tampoco a eventuales modificaciones de la actual estructura ministerial.
“Acordamos llevar una transición republicana y ordenada para que Macri tenga un conocimiento cabal del estado de la ciudad”, fue el balance público de Telerman y sus colaboradores completaron: “No se acordó un cogobierno. Acá hay una sola cabeza bien visible al frente de la gestión y un jefe de Gobierno electo, que van a colaborar entre sí para la transición y a discutir todo lo que vaya más allá del 10 de diciembre”.
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