EL PAíS

“Quieren países subordinados, no entienden la política de amistad”

Al asumir la presidencia del Mercosur, Cristina Kirchner se refirió al diferendo con la Casa Blanca por el juicio en Miami.

 Por Fernando Cibeira
desde Montevideo

“Hacen operaciones sucias y políticas sucias en la región”, enfatizó ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su discurso de asunción de la presidencia pro témpore del Mercosur, como cierre de la cumbre de Montevideo. La presidenta argentina hizo varias referencias al caso de las valijas de Antonini Wilson que se ventila en Miami. En sus mensajes, Cristina Kirchner siguió siempre la misma línea: fue una operación urdida por el gobierno norteamericano para estropear la relación entre Argentina y Venezuela. “Quieren países empleados y subordinados y no entienden la política de amistad que sí entendemos los pueblos de Latinoamérica”, definió. No hubo confirmación oficial sobre un encuentro entre la presidenta argentina y Hugo Chávez para discutir la cuestión, aunque posibilidades tuvieron, porque se alojaron en el mismo hotel y también hubo algunos minutos libres antes de la sesión plenaria. El presidente venezolano no se refirió al caso en su discurso –se preocupó más en defender la estabilidad del gobierno de Evo Morales en Bolivia–, pero hizo declaraciones a la salida. “Es una infamia, una gran mentira”, sostuvo. Consideró todo el caso una “operación del imperio” destinada a “presionar” a la presidenta argentina para que se aleje de Venezuela.

Fue el único discurso interrumpido por aplausos por el acotado público de presidentes y ministros que la escuchaban. “En esto no tenemos que ser ingenuos, amigos y amigas presidentes, creo que muchas veces vamos a sufrir, como lo estamos sufriendo en estos momentos, ‘interferencias’, por llamarlo de algún modo generoso en términos diplomáticos o eufemísticamente. En esto tenemos que ser muy serios, no recurrir al discurso panfletario, pero sí al discurso firme, sincero y genuino de que no nos van a doblegar. Vamos a seguir luchando por la profundización de este Mercosur. Vamos a seguir abogando por un mundo multipolar, la multipolaridad que da equilibrio en las relaciones internacionales”, sostuvo Cristina Kirchner.

Desde que reapareció el caso de la valija fogoneado por el Departamento de Justicia y la fiscalía de Miami, la Presidenta se mantuvo en la misma línea dura que no modificó pese a las declaraciones componedoras que intentaron el embajador Wayne y el subsecretario de Asuntos Hemisféricos, Tom Shannon. “Operación basura”, la definió la Presidenta. Wayne y Shannon trataron de aclarar que no había sido Estados Unidos sino uno de los detenidos quien había declarado que la valija tenía como destino la campaña de Cristina Kirchner. Pero no alcanzó a atemperar los ánimos en la Casa Rosada. En la audiencia del lunes, el mismo fiscal de La Florida, Thomas Mulvihill, añadió el dato de que el gobierno argentino y el venezolano intentaron sobornar al empresario devenido informante del FBI para que no revelara el origen de los dólares.

Taiana se reunió el mismo lunes con su par venezolano, Nicolás Maduro, aquí. Por la noche, recibió a la Presidenta en la puerta del hotel Radisson y la puso al tanto. Como es su costumbre, Chávez llegó de madrugada. No se sabe si los mandatarios llegaron a hablar del tema. En público, ambos siguieron la idea de que este caso judicial había sido armado para separar a sus gobiernos. En la Casa Rosada tienen la idea de que también habría molestado a la Casa Blanca la gestión de Cristina Kirchner para que el colombiano Alvaro Uribe acepte retomar la negociación por la liberación de Ingrid Betancourt, rehén de las FARC.

En cierta manera tiene que ver con lo mismo, porque la idea argentina sobre la cuestión era que la mediación de Chávez había avanzado en buena dirección, pero que luego se frustró por una pelea con Uribe. La familia Betancourt y hasta el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, son de la misma idea. Pero no Colombia, ni su aliado Estados Unidos.

Ayer, la Presidenta se ocupó del caso Antonini en las dos veces que le tocó hablar en la breve cumbre. En la sesión plenaria, cuando mencionó a “las visitas en el vecindario” a las que les molesta que “los vecinos se unan”. “Entonces promueven acciones tendientes a intentar dividir, separar, o que los unos y los otros nos concibamos como impedimento o algo molesto”, definió, flanqueada por Taiana y el ministro de Economía, Martín Lousteau, ambos muy serios. Acto seguido, apuntó que durante su presidencia pro témpore buscaría que “podamos sumar definitivamente a la República Bolivariana de Venezuela” al Mercosur.

En su segundo mensaje, una hora después, reiteró algunos conceptos, pero fue más enfática en el conflicto con Estados Unidos. También era más significativo el contexto: ya había recibido la presidencia del bloque de manos de Tabaré y estaba de pie sobre el escenario, de cara a sus colegas. Recordó una expresión que había utilizado un rato antes Evo Morales, quien refiriéndose a la situación interna que vive Bolivia sostuvo que “no sabía que la política podía ser tan sucia”. “Quisiera referirme a las manifestaciones del presidente de la hermana República de Bolivia, Evo Morales, en cuanto a cierto grado de desilusión que evidenciaron sus palabras cuando hablaba de que nunca creyó que la política fuera tan sucia. Presidente, con todo el respeto: creo que la política no es sucia, creo que algunos que hacen política desde adentro y desde afuera de nuestros países son los que hacen operaciones sucias y políticas sucias en la región”, remarcó. Los presidentes y cancilleres la aplaudieron. Cristina Kirchner rescató a la política como “algo maravilloso, que ha servido para mejorar la vida de nuestros pueblos”.

Chávez no hizo alusión al caso Antonini, aunque sí reiteró la “campaña” de Estados Unidos contra su país. Fue más extenso a la salida del Edificio del Mercosur, cuando enfrentó los micrófonos del brazo de Evo Morales. El venezolano hizo un repaso de la historia del caso y recordó cuando en sus orígenes se dijo que Antonini Wilson había llegado a cenar con él antes de viajar. “Prácticamente decían que yo le había dado el dinero”, sostuvo, para contrastarlo con su nuevo papel, donde aparece colaborando con la Justicia de Miami como testigo protegido. “La CIA y el FBI intentaron armar un escándalo en plena campaña, en la nuestra para el referéndum y en la de Cristina”, aseguró. También mencionó que “los que están detenidos allá son socios de Antonini” y negó el supuesto rol de agentes encubiertos de Venezuela. En general, dio la sensación que el tema había pegado más en la comitiva argentina que en la chavista, donde parece ser sólo uno de los varios conflictos de su relación con Estados Unidos.

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El encuentro de los presidentes de Uruguay y Argentina se dio en un clima de distensión.
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