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Picadita para pocos. El enjambre de cámaras, radios y curiosos volvió a acosar a Mauricio Macri a la hora de votar. La vez anterior habían derribado copas y tazas de los comensales mientras intentaban sacarle una declaración al candidato. Pero esta vez, pese a la profusión de micrófonos y celulares, Macri consiguió probar la picadita que le prepararon en el café de la esquina de Santa Fe y Scalabrini Ortiz. Luego se dirigió a votar a la escuela que estaba en frente, mientras dos señoras bien PRO, enfundadas en sus abrigos de piel, comentaban:

–¿Viste que no se queda más de quince minutos?

–Ay, pero si ni lo dejaron comer en paz.

Los fiambres fueron rematados por los noteros que se quedaron atrás.

Fútbol y verticalismo. Aunque cumplió con su cábala de jugar un partido de fútbol el viernes, Macri reconoció que se trató de una “puesta en escena” ya que llegó tarde y ni siquiera participó del asado. Pero sí se calzó los botines por unos minutos. “Ganamos 5 a 1 con cuatro goles de quien les habla, lo que demuestra que hay bastante verticalismo en mi partido”, sostuvo el líder de PRO. Sin embargo, elogió las dotes actorales de sus contrincantes: “Igual era creíble, se corrían al último momento y todo”.

Amarillo, fucsia y blanco. La organización PRO repitió el despliegue de credenciales que permitían acceder a los distintos niveles. Los 551 periodistas –incluyendo un corresponsal chino– contaban con cartones negros y amarillos, mientras que los dirigentes lucían otros de color verde que decían “vocero”. Las figuras de más peso llevaban pulseritas amarillas (para invitados) y blancas (para autoridades), que tenían acceso a una carpa blanca instalada en el frente de Che Tango, que funcionaba como VIP. La más codiciada era la pulserita fucsia de aquellos que tenían “acceso irrestricto”. Hasta los empleados de limpieza y catering estaban clasificados: llevaban su credencial blanca.

Gaby no se arrepiente de este amor. Los fans de PRO rompieron en aullidos cuando apareció en las pantallas gigantes el backstage del spot de campaña de Gabriela Michetti. En la pantalla, la vicejefa electa cerró los ojos y con todos los gestos de una estrella se lanzó a imitar a Gilda: “No me arreeepiento de este amooor, aunque me cueste el coraaaaaazón”, cantó. La tribuna la acompañó con las palmas hasta que se superpuso el cover de Attaque 77 de esa letra y la pantalla fundió a amarillo: “No me arrepiento de este amor: PRO”.

El Bulldog deshoja la flor amarilla. Ricardo López Murphy llegó campante con 65 flores amarillas por el porcentaje que había calculado y los colores de campaña. Dejó de lado algunas flores, cuando bajó el porcentaje y se las entregó a Gabriela Michetti, que igualmente se llevó una carrada de flores, con sus muchos votos. El Bulldog no quiso decir si las que se guardó las deshojará, mientras espera que Mauricio Macri le dé el apoyo para su candidatura a presidente.

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