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Los problemas de la noche

–Esta semana enviará a la Legislatura un proyecto para modificar las normas en los boliches, como limitar el horario de cierre. ¿Con qué argumentos?

–Esto está en el marco de la lucha por la vida, como hemos encarado la problemática de la droga o de la seguridad vial. En este caso, el exceso en el consumo de alcohol, como nos muestran los índices en las guardias de los hospitales con los intoxicados, los accidentes que hay fruto del exceso de alcohol. Esta situación de extender en forma indeterminada los horarios ayuda al descontrol. Apelo a la responsabilidad social de todos los sectores porque no puedo meterme adentro de cada hogar; como en el tema de la seguridad vial, no puedo subirme arriba de cada auto a ponerle cinturón de seguridad y a apretar el freno. Por eso se necesita del compromiso de toda la comunidad para tomar conciencia.

–Hay cuestionamientos al límite de horarios porque ahora los chicos salen de los boliches de día y tienen transportes.

–A las 5.30 de la mañana hay colectivos. No había a las 3 de la mañana y por eso fracasó hace años, cuando se impuso ese horario límite. También queremos que el ingreso sea hasta la 1.30 para achicar la “previa”, donde también toman mucho. Pero algunos quisieron instalar una polémica por el horario de cierre de los boliches, cuando el tema de fondo es el exceso de alcohol y la falta de control. En su momento se va a hablar de horarios. Y también del horario límite para venta de bebidas alcohólicas, que es una hora antes del cierre del boliche. Nosotros queremos lograr una uniformidad en la provincia y luego avanzar con la ciudad de Buenos Aires, como tenemos que avanzar en el norte de la provincia con el sur de Santa Fe.

–¿Va a haber acuerdo con Mauricio Macri en este tema?

–Sí, hay voluntad de uniformar y conciencia de que hay que hacer todo el esfuerzo posible, como lo hechos al coordinar el control de alcoholemia de los conductores.

–A veces las leyes son buenas y fallan los controles para su cumplimiento.

–Ya estamos aplicando las leyes que existen con la máxima rigurosidad, con responsabilidad penal al que venda alcohol a los menores. Y vamos a hacer inspecciones de todo tipo, desde la Subsecretaría de Adicciones y de ARBA hasta inspecciones laborales.

–Algunos dueños de boliches obviamente se oponen.

–Me reuní con ellos y los escuché. Reconocen que estamos ante un problema. Hay mil muertos por año por exceso de alcohol. A algunos no les gustará, darán su punto de vista, pero hay un punto donde se termina el debate y hay que pasar a las acciones. Cada fin de semana tenemos 270 intoxicados en las guardias de los hospitales. Les digo a los empresarios que se oponen ¿qué propuesta alternativa me traen?

–Otro problema es la venta de droga en los boliches.

–Tenemos toda la decisión de mostrarles a los narcotraficantes que acá no se van a instalar. Sabemos que los chicos mezclan en la jarra loca o jarra atómica alcohol con psicofármacos, por ejemplo. Pero a la vez tenemos que atacar las causas profundas que llevan a los jóvenes a esto: la falta de expectativas, la falta de contención, el no ser escuchados, la falta de oportunidades. Ante ese cuadro piensan que nada vale la pena y se amasijan. Quiero apuntalar el trabajo de los padres y también necesito que los padres me ayuden.

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