EL PAíS › EL CONFLICTO PONE A LOS PRODUCTORES FRENTE A UNA ENCRUCIJADA

La exportación de soja, en riesgo por el lockout

 Por Fernando Krakowiak

Las entidades del campo iniciaron el lockout para preservar la renta que obtienen con la soja, pero el conflicto se extendió tanto que ahora algunos ruralistas también buscan forzar una solución para que los cortes de ruta no pongan en riesgo la exportación del principal cultivo del país. Pese al paro, las labores de cosecha comenzaron y los granos se fueron almacenando en los campos y silos cercanos. La capacidad de acopio que tienen los empresarios es insignificante frente a las 45 millones de toneladas de soja que se espera obtener en esta campaña (el sector privado estima que podrían llegar a 47 millones). Por lo tanto, si el enfrentamiento con el Gobierno se mantiene, sólo tienen dos opciones para evitar pérdidas millonarias: liberar las rutas o permitir el paso de los camiones con soja.

Si optan por la primera alternativa, sin antes lograr un acuerdo, debilitarían su propia protesta, pero la segunda opción es muy difícil de defender ante la opinión pública. “¿Cómo van a justificar el paso de los camiones con soja hacia los puertos mientras desabastecen de alimentos a las ciudades?”, señaló ayer a este diario una fuente del sector.

Los especialistas estiman que la totalidad de la producción podría estar levantada dentro de un mes porque las cosechadoras modernas pueden cubrir hasta 100 hectáreas por día. Si las rutas siguen cortadas, la limitada capacidad de acopio plantea el principal problema logístico. Además de los silos, los productores pueden guardar los granos en silo-bolsas y acopiarlos en sus campos, pero eso supone un costo extra no sólo por el precio de las bolsas sino por los equipos especiales que se necesitan para llenarlas y vaciarlas. Otra opción es retardar las tareas de cosecha. Muchos productores estuvieron haciendo eso, pero en el sector coinciden en que no se puede postergarla por demasiado tiempo y además existe el riesgo de que una tormenta con granizo, una inundación o una plaga destruyan todo.

El transporte también es una preocupación de los dirigentes del campo. Todos los años se suelen generar cuellos de botella a la hora de llevar los granos al puerto porque los camiones no alcanzan para transportar una producción que, en el caso de la soja, creció de 15 a 45 millones de toneladas en la última década. Ahora la situación será mucho peor porque cuando el conflicto se destrabe todos querrán cargar su mercadería cuanto antes y no habrá fletes suficientes. “Un camión carga cerca de 30 toneladas, imagínese la cantidad de camiones que se van a necesitar para llevar a los puertos la producción exportable que, en el caso de la soja, es casi la totalidad”, relató un dirigente de una de las entidades del campo.

Con los fletes internacionales también empieza a haber problemas. Los barcos que transportan cereales tienen a Buenos Aires y a otros puertos del país como una escala importante, pero no las únicas. También cargan en Brasil y luego siguen viaje hacia China y otros destinos. Por lo tanto, si cuando pasan por los puertos locales la mercadería no está, siguen viaje y luego hay que esperar 28 o hasta 45 días para que vuelvan porque las naves tampoco sobran. De hecho, a fines de la semana pasada varios barcos graneleros fueron desviados hacia Brasil y Estados Unidos porque el lockout les impidió cargar la soja argentina.

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