Una estrella de cinco puntas que se estrecha a medida que sube y se convierte en una torre de mármol gris de 139 metros. Así es el monumento al héroe independentista cubano José Martí, donde ayer la presidenta Cristina Kirchner dejó una ofrenda floral. Una estatua de 70 metros del poeta en posición pensativa termina el memorial. Enfrente, está la famosa réplica en acero de la foto del Che Guevara tomada por Korda que ocupa toda la fachada del Ministerio del Interior. En el medio se levanta la Plaza de la Revolución.

Antes de que llegara la Presidenta, la banda militar ensayaba al ritmo de garota de Ipanema. Un funcionario del gobierno cubano daba instrucciones a los camarógrafos que estaban en el lugar para que todo saliera según lo planeado. “Tú tienes que correrte porque ella va a hacer una devolución con su arma y no queremos que nadie salga herido”, le indicó a un cronista mientras señalaba a una soldada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias vestida de uniforme de gala y bayoneta en mano. Finalmente llegó la delegación argentina. Primero se ubicaron los ministros y legisladores y a continuación el canciller cubano Felipe Pérez Roque, quien acompañó a CFK. La banda tocó los himnos de Cuba y de la Argentina. Tres soldados, que caminaban llevando la rodilla casi hasta el pecho y luego estirando las piernas a noventa grados, dejaron la corona en la base del monumento. Cristina Kirchner tiró de una cinta con los colores de la bandera argentina para dejar a la vista la leyenda “Presidenta de la Nación”. La soldada movió su bayoneta en señal de “devolución” y no hubo heridos. Luego, la comitiva recorrió el museo José Martí, que cuenta la vida del prócer a través de cartas y fotografías. También allí se exponen su revólver Colt grabado con su nombre y el Winchester que llevó a su única batalla. Martí, fundador del Partido Revolucionario Cubano en 1892, murió tres años más tarde en el primer enfrentamiento armado contra los españoles en el que participó.

Pérez Roque acompañó a la guía de la comitiva y contó detalles de la historia de la isla que sorprendieron a los visitantes. Narró, por ejemplo, que entre los soldados españoles que llegaron para combatir a Martí estaba el padre de Fidel Castro. Luego, el canciller cubano y la Presidenta subieron a la cúpula del monumento, que ofrece una panorámica de La Habana. Allí, Pérez Roque hizo un comentario sobre la recuperación de Cuba luego del “período especial”, como se llama a los años posteriores a la caída del bloque soviético, cuando la economía de la isla atravesó su peor momento desde la revolución y las calorías consumidas por habitante se redujeron notablemente. Según narraron algunos miembros de la comitiva, CFK destacó entonces la importancia de contar con “una sociedad organizada”, que contribuyó a sobreponerse a esa etapa.

En el Centro

Más temprano, en lo que fue su primera actividad en la isla, Cristina Kirchner visitó el Centro de Energía Genética y Biotecnología, un complejo formado por varios edificios donde funcionan laboratorios e institutos de investigación que reúne a más de dos mil científicos. “El Centro es grande, pero yo espero que sean grandes también los resultados científicos que se obtengan en este centro”, dijo Fidel Castro en 1986, cuando se inauguró el lugar, según un cartel colgado en el anfiteatro donde Cristina Kirchner escuchó la exposición del doctor Luis Herrera, director del complejo.

La Presidenta entró al salón con la música de “La Cumparsita” de fondo. Una foto suya con las banderas argentinas y cubanas se vio en una pantalla poco antes de las imágenes de Bernardo Houssay, Luis Leloir y César Milstein, los tres premios Nobel argentinos vinculados con la ciencia. Herrera mencionó algunos indicadores de salud de Cuba –la esperanza de vida es de 78 años, que se redujo la mortalidad infantil hasta alcanzar el índice más bajo del continente, que el 80 por ciento de los medicamentos usados son de producción nacional– y señaló que “hubo un desarrollo sostenido en biotecnología aun en épocas de crisis de la economía cubana”.

Mencionó también algunos productos en los que trabaja el centro, como la vacuna contra la hepatitis B (que es obligatoria y gratuita), la pentavalente (la quíntuple), una vacuna terapéutica contra algunos tipos de cáncer y una vacuna contra la garrapata para los bovinos. Antes de salir, Cristina Kirchner les dedicó un momento a las cámaras para destacar el “nivel de desarrollo alcanzado por Cuba en materia de salud” y la unificación entre investigación y producción del país. Según explicó la Presidenta, Cuba alcanzó “el desafío de superar el nivel académico y la frontera universitaria para pasar al resultado que tiene que ver con el desarrollo humano y social”.