Desde La Habana

Es una casa sencilla, en la calle 47 entre Conill y Tulipán, en el barrio Nuevo Vedado, de La Habana. Tiene un jardín delantero con el pasto prolijamente cortado, una Santa Rita en flor y una ventana con vidrios azules y naranjas. Allí vivió entre 1962 y 1965, cuando se fue a el Congo, Ernesto Che Guevara. Cruzando la calle está el nuevo edificio del Centro de Estudios dedicado al guerrillero argentino. Algunos legisladores aprovecharon el viaje para conocer el lugar y conversar con Camilo Guevara y Aleida March, hijo y esposa del Che.

El Centro de Estudios se inauguró en 1982 por iniciativa de March y, en la casa que fue del Che, comenzó trabajando en el rescate de documentación y escritos. Ahora dispone de un edificio moderno, de piedra y madera y con un jardín interior, que aún no fue formalmente inaugurado. Está dedicado a estudiar y difundir la vida y obra de Guevara, pero también a un trabajo social con niños, que incluye talleres de plástica, fotografía y teatro.

“Aquí en Cuba todos los días los chicos dicen ‘seremos como el Che’, pero, como en todo el mundo, los valores se han deteriorado y para que eso deje de ser un lema, la idea es que el centro ofrezca un camino de formación”, les contó la directora científica del sitio, María del Carmen Ariet, a los legisladores Daniel Filmus, Ariel Basteiro, Jorge Obeid, Jorge Alvaro, Roxana Bertone, Blanca Osuna y Julia Perie.

Obeid le entregó a March una caja de alfajores santafesinos de dulce de leche y Basteiro le dejó a Camilo Guevara anotadores y biromes con el logo de Aerolíneas Argentinas. Los diputados y senadores se entusiasmaron con la posibilidad de exponer en el Congreso una muestra de las fotografías tomadas por el Che. “Si también era un buen fotógrafo”, dijo Ariet. Son 238 imágenes que incluyen momentos familiares y retratos hechos en sus viajes.